Un diagnóstico inesperado de microcefalia: “Mi sueño es verlo caminar”

Un diagnóstico inesperado de microcefalia: “Mi sueño es verlo caminar”

Fátima Mena cuenta cómo ha sido su vida dedicada al completo cuidado de su hijo Cristian, quien nació -pese a que las continuas revisiones no detectaron nada- con microcefalia

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mié 20 de septiembre de 2023 a las 22:9

02:43 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Como dice un dicho: “Dios le da la peores batallas a sus mejores guerreros”, es una frase peculiar, pero es exactamente lo que vive Fátima Zepeda.

Fátima se convirtió en madre primeriza el 27 de agosto de 2016. Dio a luz a su hijo Cristian Daniel Muñoz Zepeda, un niño que padece de microcefalia, la cual fue detectada hasta cuando él tenía alrededor de seis meses.

Según lo explicado por la madre, ella no recuerda haberse contagiado de zika, sin embargo, estuvo al tanto de lo que decían en las noticias: “Las mujeres embarazadas que se contagien de zika tienen mayor probabilidad de que sus hijos nazcan con microcefalia”.

Lo anterior alertó significativamente a Fátima, por lo que cuando estaba embarazada pasaba yendo a realizarse ultrasonidos.

$!Fui a tenerlo al Hospital del Sur y no me dijeron nada. Todo comenzó en casa, pues fue ahí cuando empecé a ver que no iba como debería: no comía bien ni fijaba la mirada, por ver cómo eran otros niños sabía que no se estaba desarrollando como debía”

Entre todos los ultrasonidos que se hizo, nunca le detectaron que su bebé tendría microcefalia sino hasta los seis meses de nacido.

Fui a tenerlo al Hospital del Sur y no me dijeron nada. Todo comenzó en casa, pues fue ahí cuando empecé a ver que no iba como debería: no comía bien ni fijaba la mirada, por ver cómo eran otros niños sabía que no se estaba desarrollando como debía”

Tiempos difíciles

Fátima, junto a su esposo y tío, viven al cuidado del pequeño Cristian en un pueblo llamado San Jerónimo, ubicado en Choluteca, zona sur del territorio hondureño.

Viven en una casa no llena de lujos, pero sí de muchas bendiciones. Cada día luchan para poder darle una vida de calidad a Cristian.

“Mi esposo trabaja en una camaronera, pero no todos los días. Gana menos del salario mínimo y con eso costeamos la comida del niño, la leche, los pañales y cuando lo llevo a Teletón”, contó.

Desde que le dijeron que su bebé tenía microcefalia, ella no se quedó de brazos cruzados, aceptó la ayuda de los médicos, pues ellos la remitieron a la fundación.

Cristian desde los seis meses de su nacimiento ha recibido los tratamientos que ofrece la institución. “El niño ha cambiado desde que lo llevo a la Teletón, incluso, ahí me le recetaron unos medicamentos por dos años por sus convulsiones, pero ahora ya no los toma, creo que les funcionaron”, expresó Fátima.

También indicó que “él no se ponía así como está ahora que se puede sostener porque él se iba para atrás, no abría las manos, solo poco, los piecitos no los movía y hoy tiene movimiento. Tiene bastante mejoría aquí, él no movía así la cabecita como la estamos viendo, pero todavía no se puede sostener solo, no se sienta”.

Ante su evolución, Fátima lo lleva a una escuela cercana de su vivienda. Aseguró que a Cristian le gusta ir para convivir con otros niños, pero su estadía solo dura dos horas.

“De arriba para abajo”, así lo camina la madre del adorable Cristian. Una de las situaciones más difíciles de ella es que tiene que andarlo cargando para todos lados, tanto para llevarlo a la escuela como en lo cotidiano de su casa.

“Yo recibí tratamientos también, fui al psicólogo, porque eso me golpeó mucho, no me lo esperaba. Yo a él lo llevo a todos lados y ya me acostumbré. Solo hay que tenerle paciencia porque él a veces se enoja”, comentó.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus consultó a Fátima si en algún momento ha recibido ayuda del gobierno hondureño, a lo que ella respondió que nunca ha sido beneficiada con apoyo estatal.

Cristian debería tomar leche especial, pero le dan una presentación básica porque no cuentan con los recursos necesarios. Los alimentos tienen que ser cocidos y licuados, sin embargo, buscan la manera de conseguirlos sin ayuda del gobierno.

“Nosotros como podemos le damos lo que necesita, nunca hemos recibido ayuda de autoridades. En el niño se gastan más de 3,000 lempiras y nos cuesta mucho”, explicó.

Independientemente de las cosas, Fátima sí espera una reacción del Estado, pero anhela, más que nada, ver a su hijo caminar. “Los doctores me dicen que él tiene mayor probabilidad de caminar, y ese es mi sueño, verlo caminar un día y que no dependa de mí”.

$!Fátima y su familia viven en San Jerónimo, Choluteca, uno de los departamentos más afectados por casos de niños con microcefalia asociada al virus del zika.

Periodistas

Jessy López

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