Le hablaron a Dios, a la sociedad hondureña y al gobierno. A todos les pidieron perdón.
Paredes pintadas con letras góticas y figuras de calaveras, un fuerte resguardo policial y, por supuesto, celdas penitenciarias colmadas de pandilleros fue el escenario del Centro Penal Sampedrano en el que líderes de la Mara Salvatrucha (MS-13) y de la Mara 18 (M-18) acordaron una tregua para iniciar un supuesto proceso de paz.
En un lado la imagen de la Virgen de Guadalupe dominaba desde una de las paredes del recinto donde tres líderes de la mara Salvatrucha hablaron con los periodistas sobre el cese a sus actos.
Minutos después y en otro extremo del penal, los cabecillas de la Mara 18 hacían un compromiso similar.
Alto a la violencia
La tregua es con Dios y con la sociedad. Así de claros fueron los líderes de las pandillas que prometieron un cese a la violencia, pidieron perdón a Dios, a la sociedad y al gobierno por el daño causado y llamaron a las autoridades a abrir un diálogo para la pacificación del país a cambio de un espacio de rehabilitación y trabajo para sus miembros.
Ambas comparecencias tuvieron como testigos a monseñor Rómulo Emiliani, quien desde hace meses realiza un esfuerzo discreto por lograr la paz.
Emiliani dijo con tono esperanzador que la MS-13 y la M-18 han decidido tener un diálogo con la sociedad hondureña, inclusive han permitido que se entre a sus recintos.
“Es un paso histórico porque normalmente los grupos no aceptan eso”, comentó a los medios de prensa nacionales e internacionales que estuvieron presentes en el recinto.
En la cita también estuvo presente el representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), Adam Blackwell, un actor fundamental para lograr esta misma tregua, pero en El Salvador.
Llamado
El diálogo es una semilla que se está sembrando y se espera que sea un árbol que dé buen fruto, dijo Isaac Rageda, integrante de la Mara Salvatrucha.
“Ofrecemos cero violencia en las calles, cero crímenes, este es solo un primer paso y lo vamos a demostrar con los hechos”, dijo Marco, otro integrante de la MS-13.
“Pedimos perdón, le pedimos perdón a la sociedad y a las autoridades por el daño que les hemos hecho, jalemos todos por un mismo lado, tiéndannos la mano, queremos trabajar para darle ejemplo a nuestros hijos y nuestras familias”, dijo.
El pandillero habló en representación de los miembros de su organización tanto en el interior de los penales como en las calles y explicó que la tregua es inmediata y abarca todo el país.
“Hablo en nombre de toda nuestra organización, en el interior de los penales y en las calles de todo el país, todos los muchachos saben a partir de hoy lo que tienen que hacer”, dijo.
Cero violencia
Al ser consultado sobre si pararán las extorsiones, dijo que “no hablemos aún de extorsiones, vayamos paso a paso, primero cero crimen y cero violencia, y para detener la violencia que perjudica a los seres humanos empecemos a hablar de encontrar la manera de desenvolvernos”.
También dijo que se detendrá el reclutamiento de nuevos miembros para su organización. “No vamos a permitir que nadie ingrese en nuestra organización aunque quiera hacerlo”, explicó. “Yo tuve la mala suerte de acabar en esto y no se lo deseo a los niños.
Quiero que mi hijo sea doctor, diputado o camarógrafo y no pandillero”, dijo.
Otro llamado
Veinte minutos después tocó el turno a la Mara 18. Cinco cabecillas con los rostros cubiertos comparecieron ante los medios. Con voz grave, uno de los pandilleros, que prefirió no identificarse, dijo que se trata de una tregua con la sociedad.
“Muchos inocentes han sido afectados por la violencia y ofrecemos lo mismo que el otro grupo... Todos estamos dispuestos. Damos nuestra palabra de reducir el índice de violencia a partir de hoy mismo, cero violencia para reintegrarnos a la sociedad como padres y seres humanos”, aseguró el miembro de Barrio 18, que solo puso una condición para el diálogo: “que la policía deje de matarnos”.
“Hemos cometido errores, he cometido maltratos y nos han maltratado a nosotros, queremos un cambio que detenga esta dinámica en la sociedad”, señaló el miembro de Barrio 18, que también ahondó en la falta de oportunidades.
“Han sido la falta de ingresos y trabajo lo que nos empujó a llevar esta mala vida”, agregó.
Barrio 18, a través de su portavoz, insistió en que “nuestras familias pagan por nuestros errores, nuestros hijos son discriminados, nuestras mujeres maltratadas, se nos persigue y en vez de detenernos, la policía nos ejecuta”.
El miembro de Barrio 18 explicó que “el diálogo es con el gobierno, nosotros vamos a respetar al otro grupo (Mara Salvatrucha) y ellos van a respetarnos a nosotros, vamos a respetar los territorios y van a darse buenos resultados”.
Agregó que no van “a marcar el tiempo. Sabemos que el gobierno hace lo que puede con los medios que tiene. Esperemos, esperemos que actúen de buen corazón”.