Después de 42 años de haber sido concebida la idea, el gobierno y los empresarios inauguraron ayer la primera fase del complejo turístico Indura Beach & Golf Resort,
que anteriormente era más conocido como Bahía de Tela.
La primera etapa de este proyecto turístico consta de un campo de golf de 18 hoyos, una zona residencial llamada Las Palmas, de 84 lotes, y un hotel cinco estrellas
que consta de 120 habitaciones distribuidas en 30 villas.
El campo de golf ya está terminado y abierto al público, el hotel y sus villas tienen un avance de un 90 por ciento y, en la parte inmobiliaria, el 70 por ciento de los lotes residenciales ya están vendidos.
El 51 por ciento de las acciones de Indura Beach & Golf Resort
pertenecen a los inversionistas privados y el 49 al Estado a través del Instituto Hondureño de Turismo (IHT). De este porcentaje estatal, el 7 por ciento está asignado a las cinco comunidades garífunas de la zona: Tornabé, Miami, San Juan, La Ensenada y Triunfo de la Cruz.
Antes de cortar la cinta, el presidente del Fondo Hondureño de Inversión en Turismo (FHIT), Camilo Atala, llevó al presidente Porfirio Lobo a un recorrido por la infraestructura hotelera.
Historia
La idea del proyecto Indura, ubicado en un perímetro de 312 hectáreas, fue concebida en 1972, como un complejo hotelero con el nombre de Tornasal, por estar ubicado entre la aldea garífuna de Tornabé y el parque ecológico de Punta Sal.
El primer impulsor fue el reconocido periodista Jacobo Goldstein cuando era ministro de Turismo en 1972, en el gobierno de Ramón Ernesto Cruz.
La empresa española Tecniberia fue la que realizó el primer estudio. Con el tiempo el proyecto se olvidó. Luego resurgió en el gobierno del presidente Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), con un nuevo diseño.
Aunque los gobiernos posteriores mejoraron el acceso a la zona donde estaba concebida la ejecución de la obra, esta sufrió un estancamiento durante unos ocho años, pero nuevamente renació en la administración del presidente Ricardo Maduro (2002-2006), cuando el ministro de turismo era Thierry Pierrefeu.
Desde este período gubernamental el proyecto que nació como Tornasal, los hondureños comenzaron a identificarlo como Bahía de Tela,
luego se le conoció como los Micos Beach y ahora se le cambió el nombre al de Indura,
palabra garífuna que significa Honduras.
Indura Beach & Golf Resort
está situado en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Jeannette Kawas.
Además está rodeado por las comunidades garífunas de Miami, Tornabé y San Juan, y La Ensenada y Triunfo de la Cruz están cerca, en su conjunto estas comunidades tienen unos 20 mil habitantes.
Inauguración
Aunque todavía falta para terminarla, el presidente Lobo y el presidente del FHIT inauguraron la primera fase del complejo, en el cual, según los cálculos de los mismos empresarios, ya hay una inversión de unos 120 millones de dólares, unos 2,400 millones de lempiras.
“Con mucho trabajo, esfuerzo y colaboración y una misma visión, los sueños se convierten en realidad. Esta realidad surge gracias a la alianza entre el gobierno, la comunidad y el sector privado”, sostuvo Atala.
Recordó que esta es la primera asociación público privada en el país, demostrando cómo el gobierno y la empresa privada pueden trabajar exitosamente por objetivos comunes. Las cinco comunidades garífunas en las cercanías del proyecto representan la esencia de Indura.
Atala agradeció a los más de 46 socios y directores que han sido y siguen siendo los grandes líderes empresariales de Honduras.
Asimismo, recordó a los entes financieros nacionales y regionales que han respaldado el proyecto. También agradeció a los más de 80 clientes que han creído en el potencial inmobiliario de Indura.
En su discurso no olvidó a la comunidad de Tela, que desde un inicio les abrió las puertas, y se comprometió a devolverle esa hospitalidad con oportunidades de empleo, en pos de una mejor calidad de vida para todos.
Beneficios
De acuerdo con Atala, “este proyecto de 120 millones de inversión se ha realizado de forma responsable al tener un bajo impacto ambiental y un elevado desarrollo sostenible que a su vez ofrecerá servicios para los viajeros más exigentes del mundo”.
Se estima que solo en su proceso de construcción Indura ha generado unos 1,250 empleos directos y unos 3,200 empleos indirectos, mejorando la calidad de vida de la zona. Según Atala, este es el impacto social y humano que los 46 empresarios inversionistas visualizaron cuando empezaron la obra.
Explicó que la primera fase consiste en el hotel, la parte inmobiliaria y el campo de golf, que está contratando 400 empleos directos y 800 indirectos.
El empresario espera que Indura, a medida se vaya desarrollando, reactive toda la cadena turística que incluye empresas en los rubros de servicios, alimentos y bebidas, agencias de viaje, tours operadores, artesanos, construcción, líneas aéreas, alquiler de carros y muchas más.
Esta iniciativa trae consigo nueva infraestructura de grandes inversiones, como lo será la
carretera de cuatro carriles que unirá a Tela con El Progreso,
adjudicada a Autopistas del Atlántico, que tiene proyectado iniciar construcción en el primer trimestre del 2014.
También está el proyecto de rehabilitar en los próximos 120 días, junto con la alcaldía, el aeropuerto de Tela con vuelos directos a las principales ciudades de Honduras.
“Prontamente anunciaremos que tendremos vuelos entre Tegucigalpa y Tela con la CM Airlines.
Según los planes, Indura podría contar con dos hoteles adicionales que estarán sumando 550 llaves. “Prontamente vamos a estar viendo otra construcción de hotel. Eventualmente habrá 600 unidades inmobiliarias, tres hoteles, un proyecto de una dimensión grande para la comunidad”.
“Aquí estamos los que podemos hacer grandes cambios para Honduras. Los que creemos que por medio de la inversión vienen nuevas oportunidades, generación de empleos, equidad social y una mejor calidad de vida”, agregó.
El hotel será abierto al público en febrero de 2014 y será operado por la reconocida firma Trust Hospitality, operador turístico con más de 30 años de experiencia. El campo de golf
estará bajo la responsabilidad de Troon Golf, que maneja unos 250 campos de este tipo en 30 países alrededor del mundo.
Gobierno
Por su parte la ministra de turismo Nelly Jerez se preguntó ¿por qué nos tomó tanto tiempo realizar esta obra? ¡Cuarenta años! Por algo, este era el momento perfecto. “Nosotros como hondureños necesitamos que nuestra autoestima se levante”, agregó.
Alabó a los que creyeron e invirtieron en el proyecto turístico. Son personas que dijeron “esta es mi Honduras, aquí voy a seguir viviendo, aquí voy a seguir invirtiendo y aquí está el gran logro”, pero además esto no hubiera sido posible si en la Secretaría de Turismo no se hubiera seguido una estrategia de turismo sostenible.
Entre tanto, antes de cortar la cinta que daba por inaugurado la primera etapa del proyecto Indura, el presidente Porfirio Lobo sostuvo que “los gobiernos facilitamos, coordinamos, apoyamos, pero el motor verdadero, el que invierte, el que genera dinamismo es el sector privado”.
Lo importante dentro de este proyecto es la incorporación del pueblo garífuna, por eso la obra tiene el cariño de su entorno. “Aquí se reconoce el derecho de nuestros pueblos afrohondureños, se reconoce el derecho de los municipios, o sea, es algo extraordinario que debe ser un ejemplo”, reflexionó el mandatario.
Además del presidente Lobo y el presidente de la FHIT, estuvieron en la mesa principal la ministra de turismo el alcalde de Tela, David Zaccaro; la representante de las comunidades garífunas, Andrea Valerio; y el religioso católico Juan José Pineda.
También llegaron al evento de inauguración los expresidentes Rafael Leonardo Callejas y Ricardo Maduro, impulsores de lo que hoy es Indura Beach & Golf Resort.