Tegucigalpa, Honduras
Las garras de la violencia han cobrado la vida de al menos 2,090 hondureños, según las cifras que maneja la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina) desde el 1 de enero hasta el 25 de mayo del presente año.
Esta cifra representa una disminución de 843 homicidios en comparación al mismo período de 2013 en que el Observatorio de la Violencia contabilizaba de manera homologada con la Policía Nacional 2,933 homicidios.
Según las estadísticas de 2014, el mes con mayor número de muertes violentas fue enero, con un total de 512, le sigue abril, con 436, marzo con 416, febrero con 373 y en los 25 días del mes de mayo se habían contabilizado 353.
Las cifras de Fusina revelan que a nivel nacional, las zonas con mayor incidencia de asesinatos son el valle de Sula y el departamento de Francisco Morazán, con un promedio mensual de 478 y 285 homicidios, respectivamente.
Muertes semanales
La cifras oficiales también muestran que la menor incidencia semanal de homicidios fue del 27 de enero al 2 de febrero, es decir el momento en que asumió la presidencia de la República Juan Orlando Hernández, días que coinciden con la mayor saturación de los dispositivos de seguridad que se establecieron a nivel nacional.
En esa semana se registraron 75 homicidios. Durante los cinco meses restantes, el promedio semanal ha sido menor a esa cifra.
Por otra parte, la semana en que ha reportado el mayor número de asesinatos fue la del 17 al 23 de febrero. En ese período se contabilizaron 113 casos.
El resto de las semanas se han mantenido en un promedio entre los 80 y los 110 homicidios.
Proyección de tasa
Las 2,090 muertes violentas registradas en los 145 días de 2014 dan como resultado que el promedio de homicidios diarios sea de 14.41.
En caso de que este promedio diario se mantuviera, se podría decir que al final de 2014 se estarían reportando 5,259 homicidios, es decir 1,168 menos que los 6,427 contabilizados en 2013, según cifras de la Policía Nacional.
Así las cosas, haciendo una proyección, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes cerraría en 61.87 este año, versus 75.1 que se reportó en 2013, según la Policía Nacional.
Cabe señalar que el Observatorio de la Violencia dice que la tasa de homicidios en 2013 fue de 79 por cada 100 mil habitantes.
Buena política
En relación a la disminución de homicidios, Santos Nolasco, portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), dijo que se debe a la política de Seguridad del Estado.
Expresó que al integrar a las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia y a la Dirección de Migración y Extranjería se ha logrado obtener resultados positivos en las operaciones que se han realizado a nivel nacional.
Como una de las principales causas de la reducción de las muertes violentas se encuentra la captura de delincuentes y la desarticulación de varias bandas criminales.
El mayor sostuvo que estos logros se han logrado debido a las operaciones preventivas a nivel de patrullajes móviles, fijos, retenes y saturaciones en los sectores de mayor incidencia delictiva a nivel nacional.
“Parte de estos frutos también se debe a la confianza que se ha recobrado de la población la cual brinda información y ha contribuido al éxito de muchas operaciones”, aseguró.
Actualmente, más de dos mil efectivos militares participan en los patrullajes, allanamientos, operativos y saturaciones que se realizan en las zonas más peligrosas del país.
Las autoridades gubernamentales también han establecido un espacio terrestre-aéreo-naval en el combate al narcotráfico, al cual se relacionan muchas de las muertes que se producen en el país.
Radiografía de homicidios
Jorge Galindo, portavoz de la Fiscalía de Delitos contra la Vida, en relación a los homicidios registrados en el departamento de Francisco Morazán, dijo que muchos ya están judicializados y otros se encuentran en proceso de investigación.
“En la mayoría de casos de homicidios el arma utilizada, en al menos el 85 por ciento es el arma de fuego y el resto es por arma blanca y otras por arma contusa, como piedras”, dijo el vocero.
Sostuvo que en el presente año se ha reflejado una disminución en las cifras de homicidios. Aseguró que el Ministerio Público ya ha judicializado varios casos, entre ellos la masacre registrada hace una semana en la colonia Villa Nueva de Tegucigalpa
Parricidio
En las estadísticas de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) se establece que uno de los delitos que se ha incrementado en comparación al año anterior es el de parricidio.
Hasta el mes de abril, las autoridades registraron 46 parricidios, 26 casos más en relación al 2013.
De los casos registrados en el 2014, solo diez han sido judicializados, el resto continúa en proceso de investigación.
Según las autoridades, el principal móvil de estos crímenes está relacionado a los celos por parte de uno de los miembros de la pareja, con mayor frecuencia en los hombres.
También está el despecho y el resentimiento de estos hacia su expareja una vez que deciden dejarlos o que los denuncian por haberlas maltratado.
Por este tipo de casos la Policía ha detenido a varios sospechosos, los cuales guardan prisión en las diferentes cárceles del país.
Círculo perverso
Por su parte, la socióloga Mirna Flores piensa que para que las cifras sigan en descenso debe haber “un control del delito pero también debe haber prevención del delito”.
Sobre la participación de jóvenes en la incidencia delictiva que vive el país afirmó que su participación se debe a que no ha habido políticas integrales de seguridad que combinen el control con la prevención.
“Al no tener prevención lo que se tiene es un fenómeno de descomposición social que al menor problema exalta porque no hay prevención, porque no se han tocado los problemas estructurales de la delincuencia que han enviado a las familias a la pobreza, a la desigualdad y al descuido de los jóvenes”, sostuvo.
Afirmó que la violencia ha creado un círculo perverso en el que los jóvenes se están socializando en violencia, es decir se sociabilizan para ejercer o son víctimas de la violencia.
Flores es del criterio que si los jóvenes siguen participando en los hechos delictivos lo que le espera a Honduras es la “desesperanza”, ya que los niños y los jóvenes son el presente y el futuro del país.
Soluciones
El gobierno debería, de una manera intersectorial, aplicar políticas que privilegien los intereses del país, deben tomar decisiones de corto, mediano y largo plazo en las cuales se incluyan el control y la prevención para que los jóvenes y niños no se involucren en estas acciones, recomendó la socióloga.
Otra de las medidas que debe tomar el gobierno, según Flores es controlar el mercado ilegal de bienes y servicios relacionados con las armas, la droga, la expansión del narcotráfico y el crimen organizado en todas sus ramificaciones.
Pero para poder controlar el delito en sí, es necesaria “una policía eficiente, profesionalizada, que no solo salga a la calle, sino que sepa dónde, quiénes, cuándo y cómo operan los involucrados en la criminalidad organizada”.
Cese a la violencia
En relación a los hechos violentos en que han perdido la vida muchos hondureños, el padre Carlo Magno Núñez, en representación de la Iglesia Católica, pidió un cese a la violencia.
“Como Iglesia Católica el consejo es que cesen la violencia que se genera a través de no darle al necesitado lo que corresponde”. Recordemos que seremos juzgados en el amor por Dios y cuando promovemos o somos causales de violencia entonces no amamos al prójimo y tenemos que rendir cuentas a Dios, agregó.
El religioso pidió a la población que piensen en Dios y que recuerden que “el hermano, que el prójimo es imagen y semejanza de Dios”.
“Cuando promovemos la violencia contra alguien la promovemos contra el mismo Dios. Paremos la violencia y seamos gestores de vida y paz en el país”, sostuvo.
Reconoció que si bien es cierto que (el gobierno) está haciendo esfuerzos, el esfuerzo no tiene que quedar en documentos de oficina, sino que deben quedar en el campo de la acción.