Desalojo. La presencia de visitantes a la mina genera casi siempre que los adultos mineros corran a los niños de la peligrosa zona de trabajo.
Inhumano. A su corta edad, Josué, Jairo y José pican piedra al ritmo de los hombres mineros. De su incansable búsqueda de oro depende el sustento de sus hogares en Choluteca.
Desesperanza. Bajo un abrazador sol, el pequeño Jesús descansa un rato después de trabajar toda la mañana al lado de su padre en la mina de Hilón, en la comunidad de San Juan Arriba.
Desprotegidos. Los niños mineros trabajan sin ningún tipo de protección, expuestos a sustancias tóxicas como el mercurio.