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Eliminatoiria: Duelo de experiencia, seguridad, reflejo y achique en las porterías

09.11.2016

Tegucigalpa, Honduras
Si bien uno está un poco más curtido que el otro, ambos guardianes están unidos por el común denominador de ser auténticos sellos de seguridad para los marcos de Honduras y Panamá.

Donis Escober y Jaime Penedo, dos cancerberos probados y comprobados.

“Los dos son porteros muy seguros. Penedo tal vez tiene un poco más de experiencia porque ha jugado la mayor parte afuera, pero Donis ya tiene un gran recorrido”, compara el exportero catracho Belarmino Rivera.

Ambos con grandes reflejos
Tal como sus edades (35 años), los dos cancerberos comparten varias fortalezas... Reflejos para reaccionar a tiempo, velocidad de piernas para volar y agilidad para tapar en el mano a mano son las principales cartas de presentación del portero canalero que juega en el Dínamo de Bucarest, de Rumania.

“Todos los porteros tenemos que estar un poco locos, metemos la cabeza y el pecho allá donde otros patean con todas sus fuerzas”, confiesa el cuidamallas canalero.

Similares credenciales tiene un Escober que entre sus virtudes cuenta con un gran achique, capacidad para estirarse a sacar pelotas de gol y un destacable juego en las alturas. “Yo creo que Donis tiene mejor juego aéreo que Noel Valladares. Para mí es el que mejor garantía da en la pelota aérea. Además, tiene potencia de piernas para hacer tapadas, le pega bien con sus pies a la pelota, tiene un gran saque de manos y tiene todas las características de un buen portero”, describe Nino Rivera.

Penedo sufre con los pies
Los dos están respaldados por una gran experiencia, aunque el panameño está un peldaño por encima del hondureño. Jaime suma 112 juegos con la Selección Panamá y tiene bagaje en equipos extranjeros como Cagliari de Italia, Osasuna de España, Municipal de Guatemala, Saprissa de Costa Rica y Galaxy de Estados Unidos, mientras que el Pimpollo registra 45 duelos con la H y todo su colmillo lo ha forjado con Olimpia.

“Ambos dan confianza a plenitud”, apunta Nino al unificar en un concepto a dos cuidapalos que naturalmente tienen algunas flaquezas.

La mayor deficiencia de Donis, quizá, radica en su 1.79 metros de altura que le quita presencia física, en tanto que la carencia de Jaime es al momento de jugar con sus botines. “No tengo muy buen dominio con los pies, y eso que fui delantero en mis inicios. Tengo que hacer mucho énfasis allí para mejorar, y lo otro no descuidarlo”, reconoce el cancerbero, que también ha sufrido problemas con la colocación. Y estos factores podrían ser muy determinantes en el Estadio Olímpico de San Pedro Sula.

“Donis tiene que comunicarse con su gente porque él en el campo tiene el mejor panorama del partido, ya que está enfrente, mira todo y debe estar atento para dirigir a sus defensas”, advierte Nino, aquel exportero catracho de los ochenta y noventa.

Mañana, muchos ojos estarán puestos en Donis y Penedo, pero ellos tienen los pergaminos necesarios como para que su gente esté muy tranquila...