Puerto Cortés, Honduras
Llegó entre el ruido y la desconfiansa que genera cualquier novato. Pero la Barbie tenía algo que muchos otros no: amor por el equipo. Diego Vazquez le ha cambiado el rostro al Ciclón. En seis torneos al mando, seis liguillas, cuatro finales y dos copas. ¡La injusticia es no reconocerlo!
Y esta tarde lloró con justicia. Salió expulsado por defender el club, porque la Barbie tenía ganas de volver a entrar al campo para defender la estrella que el Mimado hoy puede lucir en su camiseta.
Diego Vazquez en una ilustración por su nuevo logro en el Azul.
'No puedo contener las lágrimas', dice el entrenador entre la algarabía de su cuerpo técnico y una afición de Platense que le rinde méritos a su equipo. 'En la arenga les dije (a los jugadores) que ibamos a llorar de la emoción y aquí estamos', dijo con lágrimas en las mejillas.
El entrenador argentino, exjugador del club (y otros tantos) solo tiene una dedicatoria: 'A la gente que está cerca mío', dijo y se fue a saltar al campo.
Llegó entre el ruido y la desconfiansa que genera cualquier novato. Pero la Barbie tenía algo que muchos otros no: amor por el equipo. Diego Vazquez le ha cambiado el rostro al Ciclón. En seis torneos al mando, seis liguillas, cuatro finales y dos copas. ¡La injusticia es no reconocerlo!
Y esta tarde lloró con justicia. Salió expulsado por defender el club, porque la Barbie tenía ganas de volver a entrar al campo para defender la estrella que el Mimado hoy puede lucir en su camiseta.
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'No puedo contener las lágrimas', dice el entrenador entre la algarabía de su cuerpo técnico y una afición de Platense que le rinde méritos a su equipo. 'En la arenga les dije (a los jugadores) que ibamos a llorar de la emoción y aquí estamos', dijo con lágrimas en las mejillas.
El entrenador argentino, exjugador del club (y otros tantos) solo tiene una dedicatoria: 'A la gente que está cerca mío', dijo y se fue a saltar al campo.
