A deber, el clásico nacional se ha jugado con pocos ribetes de buen fútbol y más allá de los goles de Júnior Lacayo y Michael Chirinos, los focos se fueron al duelo aparte que se jugaron los experimentados Carlo Costly y John Bodden.
De nuevo, Héctor Vargas se interpone en el camino de Carlos Restrepo, que tropezó con la misma piedra y solo pudo recuperar el color gracias al SOS que mandó Michael Chirinos, el pequeño gladiador albo que llegó al gol en una jugada individual.
Lacayo no perdona...
En medio de la batalla personal que se jugaban Costly y Bodden apareció el “hijo” consentido del León de Formosa para recordarle a este Olimpia que en San Pedro hay un equipo que siempre lo recuerda para bien.
John Pauk Suazo se quitó como a un niño la marca de Diego Rodríguez (el novato lateral zurdo que luego le cedería su puesto al panameño Luis Ovalle, de pálido debut) y encontró debajo de la meta a Júnior Lacayo, el Lacayito favorito de los Verdes que la empujó al fondo de la red sin ninguna oposición.
En el estadio casi nadie celebró y los fantasmas del 19 de noviembre de 2017 empezaron a aparecer por el Carlos Miranda; en aquella fecha Yustin Arboleda vacunó a Donis Escober y los olimpistas salieron llorando del Estadio Nacional. Esta vez, aparecía el suéter fosforescente limón de John Bodden para aplacar los intentos de Carlo Costly, el que gozó de las mejores ocasiones para mojar...
El otro duelo
Entre el Cocherito y Bodden hubo cinco jugadas que levantaron a los hinchas de sus asientos. Todo comenzó al minuto uno, cuando un cabezazo del ex-Platense se estrelló en la base del poste para que el uno ex-Luqueño de Paraguay le diera las gracias a la providencia. La pelota le llegó mansita a sus manos, luego de transitar en silencio por la raya de gol; al 21 Costly elevó de cabeza y al 28 se encontró con los dedos milagrosos del portero verde, que mandaron la bola al tiro de esquina.
En medio de una falta de German Mejía contra Henry Romero que los sampedranos alegan como penal, el combate entre Costly y Bodden sumaba y seguía: al 51 el zurdo del Olimpia remató con su mejor pie y el arquero del Monstruo la desvió con sus manos. Y mientras el Verdolaga armaba un cerco con Allan Banegas al mando para detener a los furiosos atacantes blancos.
A la violencia desatada por Carlo Costly se unieron Rony Martínez (¿muy ansioso?), Diego Reyes (sin campo de acción), Bryan Moya (el mejor del Olimpia) y Michael Chirinos (el hombre del gol).
Ahí estaba Chirinos
Pero si al León se le miraba en la cara que no era feliz en el campo, Carlos Restrepo tuvo que aguantar el cambio de Michael Chirinos para que el pueblo blanco pudiera celebrar en el clásico... y fue un verdadero golazo que desató el enojo de Héctor Vargas.
¿Por qué? Dabirson Castillo sacó de manos y Carlo Costly cedió a Michael Chirinos, el orgullo de El Reparto que lo hizo todo solo. Eludió a tres rivales y encendió la grada olimpista con un puntazo como cuando jugaba en el barrio cuando enfrente tuvo a John Bodden, que ya no pudo hacer nada para detener el misil que salió del pie de Chirigol. Olimpia intentó, pero perdió gas y el segundo gol nunca llegó. Mientras la visita se dedicó a meter el juego en el refrigerador para celebrar un punto que no le viene nada bien en la naciente lucha por el liderato.
Sin vencidos ni vencedores el partido se fue extinguiendo entre la desesperación olimpista por llegar al gol y la serenidad marathonista por contener al enemigo. Por mejor diferencia de goles, el Verde comanda la Liga
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