Tegucigalpa, Honduras
E l castillo de cristal que el DT Diego Vazquez había construido desde su llegada a Motagua en 2014 se ha ido resquebrajando con el paso del tiempo; la relación entre la directiva motagüense y el argentino no es la misma desde hace algunos meses.
Y es que no levantar la copa es algo frustrante e imperdonable para un equipo que invierte millones todos los torneos. El título es la única satisfacción para la familia azul...
Casi lo corren
Pocos saben que Diego Vazquez estuvo a un paso de ser separado de su cargo; en diciembre, tras perder la final ante Honduras, la familia Atala estuvo muy cerca de marginarlo. Es más, en los últimos días la situación se puso tensa en el Nido.
Un directivo que pasa muy cerca de la familia Atala (que tomó las riendas de Motagua luego de que la familia Gutiérrez se viera implicada en un caso de corrupción estatal) nos comentó que “existe mucho malestar por parte de Pedro y Eduardo. ¿Por qué no lo despedimos?”, se plantearon los hermanos luego de que el argentino dejara al equipo prácticamente a la deriva por irse a su país tremendamente molesto por no recibir ni el último pago mensual ni los premios por llegar a la final.
“Luego, los dirigentes se dieron cuenta que la Barbie mantiene un vínculo contractual que lo liga por seis meses y ahí se echaron para atrás”, comentó la fuente.
El antecedente
No es la primera vez que Diego está en la cuerda floja. En el torneo Clausura 2014 la cabeza de la Barbie estuvo pendiendo de un hilo, ya que Motagua solo le ganó 1-0 a la Real Sociedad en la primera fecha y luego acumuló cinco partidos sin ganar, hasta que un triunfo en La Ceiba le devolvió la tranquilidad.
A partir de ese momento todo cambió y el Ciclón alcanzó a salir de la zona de descenso y entrar al repechaje, donde el Verde los dejó afuera de la fiesta grande.
Vazquez se molestó con Maxi Lombardi porque falló el penal decisivo; el entrenador no defendió la continuidad del medio uruguayo, que sí le agradaba a los directivos de entonces.
Las fisuras...
Las cábalas del técnico, los balones desinflados, la desaparición de los peloteros y el constante palabreo con Héctor Vargas ya tienen cansado al cuerpo dirigencial, que cree que esto no le abona.
Por el contrario, está dañando la imagen de la institución, lo que ha acarreado a llenarse de multas económicas por conductas inapropiadas y expulsiones del DT.
Vazquez tiene seis meses de contrato y la dirigencia planea respetarlo, pero la renovación se está empezando a poner color negro. Acá te desglosamos las ocho aristas que tienen molestos a los que ponen la plata...
Las tres finales, disco rayado
Manda más el pato
El presi pidió un cambio
Durante el descanso, Atala le mandó a decir a la Barbie que sacara al argentino, pero el estratega no hizo caso a la opinión del presidente; Vergara continuó fallando en los tiros libres del segundo tiempo y botó el segundo penal que sepultó al Mimado en El Progreso. En Diego cayó toda la responsabilidad por no haber sustituido al medio.
Parecía otro jugador
Querían al Pitbull, pero...
Diego se fue molesto
Todo el plantel recibió la misma medida disciplinaria, pero el estratega les dijo a los directivos que le dieran su dinero completo o no agarraba nada. Al ver que los jerarcas no atendieron su queja, se marchó furioso a su país natal, dejando el equipo con sus asistentes. Con esta acción se desató la cólera de los Atala. Uno de ellos dijo: “¿Y por qué no lo cortamos?”. Hoy se reúnen.