Pyeongchang, Corea del Sur
El padre de Charles Flaherty tenía un negocio de inversiones y se mudó a Puerto Rico por varios motivos, incluido el de aprovechar una ley que le otorgaba beneficios fiscales. La decisión arrojó un dividendo deportivo que no se presupuestaba entonces.
Flaherty rompió una larga ausencia de Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de Invierno.
El adolescente de 17 años ocupó el 73er puesto entre 75 esquiadores que concluyeron los dos recorridos del eslalon gigante. Nada mal para su edad y ante las vicisitudes que pasaron deportistas con mucho más experiencia.
Treinta y cinco de los 110 competidores no terminaron alguna de las dos bajadas, por saltarse puertas o por caídas que fueron de lo leve a lo aparatoso.
“Supercontento por estar acá y por representar a Puerto Rico”, manifestó Flaherty. “Estaba emocionado y algo ansioso, pero al final todo salió bien. Bajé mi tiempo del primer ‘run’ al segundo (de 1:28,50 a 1:27,55 minutos), y eso es lo que quería”.
Deseaba también poner de nuevo en los Juegos invernales el nombre de Puerto Rico, que había participado por última vez en estas justas en Nagano 1998. Puerto Rico no contaba ya siquiera con una federación de deportes invernales. El padre de Flaherty realizó gestiones para crearla, ayudando en la financiación. Y ello abrió la puerta al sueño olímpico del joven.
“Sí mucho tiempo sin estar acá pero lo logramos”, destacó. “Yo quería competir ya, estaba esperando por esto”.
Flaherty tenía 9 años cuando su padre Dennis decidió establecer su residencia en Puerto Rico. Evidentemente, la práctica del esquí no llegó en la isla, sino con visitas periódicas a Vail, Colorado.
Eran viajes con fines recreativos, pero también terapéuticos. William, hermano tres años menor que Charles, había padecido una enfermedad del sistema inmunológico. Desde que tenía 7 años, Charles tuvo que hacer varias donaciones de médula para la recuperación de su hermano.
Y una vez que ésta se consiguió, alguien le sugirió a la familia que el esquí podría ser una buena forma de que William fortaleciera sus huesos debilitados por la enfermedad. El chico se recuperó, pero fue Charles quien abrazó el deporte olímpico.
“Todo lo que pasó, lo de mi hermano, lo de Puerto Rico, todo influenció para esquiar en los Olímpicos”, manifestó Flaherty. “Y claro que le dedico esto a mi hermano. Pero para mí fue bien divertido. También por Puerto Rico . ¡Vamos, Puerto Rico!”
El padre de Charles Flaherty tenía un negocio de inversiones y se mudó a Puerto Rico por varios motivos, incluido el de aprovechar una ley que le otorgaba beneficios fiscales. La decisión arrojó un dividendo deportivo que no se presupuestaba entonces.
Flaherty rompió una larga ausencia de Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de Invierno.
El adolescente de 17 años ocupó el 73er puesto entre 75 esquiadores que concluyeron los dos recorridos del eslalon gigante. Nada mal para su edad y ante las vicisitudes que pasaron deportistas con mucho más experiencia.
Treinta y cinco de los 110 competidores no terminaron alguna de las dos bajadas, por saltarse puertas o por caídas que fueron de lo leve a lo aparatoso.
“Supercontento por estar acá y por representar a Puerto Rico”, manifestó Flaherty. “Estaba emocionado y algo ansioso, pero al final todo salió bien. Bajé mi tiempo del primer ‘run’ al segundo (de 1:28,50 a 1:27,55 minutos), y eso es lo que quería”.
Deseaba también poner de nuevo en los Juegos invernales el nombre de Puerto Rico, que había participado por última vez en estas justas en Nagano 1998. Puerto Rico no contaba ya siquiera con una federación de deportes invernales. El padre de Flaherty realizó gestiones para crearla, ayudando en la financiación. Y ello abrió la puerta al sueño olímpico del joven.
“Sí mucho tiempo sin estar acá pero lo logramos”, destacó. “Yo quería competir ya, estaba esperando por esto”.
Flaherty tenía 9 años cuando su padre Dennis decidió establecer su residencia en Puerto Rico. Evidentemente, la práctica del esquí no llegó en la isla, sino con visitas periódicas a Vail, Colorado.
Eran viajes con fines recreativos, pero también terapéuticos. William, hermano tres años menor que Charles, había padecido una enfermedad del sistema inmunológico. Desde que tenía 7 años, Charles tuvo que hacer varias donaciones de médula para la recuperación de su hermano.
Y una vez que ésta se consiguió, alguien le sugirió a la familia que el esquí podría ser una buena forma de que William fortaleciera sus huesos debilitados por la enfermedad. El chico se recuperó, pero fue Charles quien abrazó el deporte olímpico.
“Todo lo que pasó, lo de mi hermano, lo de Puerto Rico, todo influenció para esquiar en los Olímpicos”, manifestó Flaherty. “Y claro que le dedico esto a mi hermano. Pero para mí fue bien divertido. También por Puerto Rico . ¡Vamos, Puerto Rico!”
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