Tegucigalpa, Honduras
Importar mercaderías en cualquier país del mundo es una actividad sencilla.
El documento de embarque (bill of lading, como se le conoce en inglés) y la factura son suficientes para nacionalizar cualquier producto.
En Honduras, el empresario está obligado a presentar constancias del proveedor, formas de pago y estados de cuenta originales, lo que provoca demoras para retirar las mercaderías de las aduanas del país.
La Federación Nacional de Aduanas de Honduras (Fenaduanah) realizó un diagnóstico sobre el sistema aduanero hondureño, en donde revela la situación actual y las soluciones a los problemas.
Una de las conclusiones más importantes es que en las aduanas hay excesivos controles y revisiones físicas sin el uso de herramientas estadísticas y sin la utilización de la central de riesgo.
A lo anterior se suma la escasa infraestructura en aduanas como Puerto Cortés.
Lo anterior provoca aglomeración de contenedores en las aduanas, la que se agudiza cuando son importaciones de artículos usados como vehículos y artículos personales. El sistema aduanero ha sido objeto de críticas por los atrasos en el desaduanaje de contenedores, principalmente por Cortés, ya que por ese puerto ingresa el 80% de la mercadería importada.
La situación se ha agravado en los últimos días al denunciar varios importadores que sus mercaderías están paradas en esa aduana marítima por los controles del personal de la Dirección Adjunta de Rentas Aduaneras (DARA), a lo que se agregan los elevados costos por almacenaje y otros servicios portuarios.
Y mucho de los contenedores que no han podido ser retirados traen productos que experimentan gran demanda durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
La Federación Nacional de Aduanas de Honduras considera que por el exceso en la discrecionalidad del funcionario en los criterios aduaneros manejados a través de un manual de multas poco competitivo con otros países se ha generado corrupción, o sea el pago de mordidas.
Subraya que “hay una violación en los procesos y en los criterios de los funcionarios públicos a los tratados de libre comercio”.
Obstáculos
Las aduanas del país han sido parte de intervenciones del gobierno bajo el supuesto de agilizar el comercio transfronterizo. No obstante, los resultados están lejos del discurso oficial y de las empresas que ahora manejan varios servicios en las aduanas marítimas y aéreas.
De acuerdo con el relato de importadores nacionales, la introducción de mercaderías solo requiere del documento de embarque y las facturas de compra.
No obstante, los oficiales de aforo de la Dirección Adjunta de Rentas Aduaneras (DAR) solicitan documentación adicional como formas de pago para verificar los valores de los objetos importados, las que tienen que ser originales, cuando las mercaderías caen en canal amarillo o verde.
En otras ocasiones piden hasta los estados de cuenta de tarjetas de crédito cuando la mercadería es comprada con “dinero plástico”.
El personal de la DARA llegó al extremo hasta de pedir constancias del proveedor de las mercaderías.
Los importadores hondureños sostienen que toda esa documentación adicional provoca atrasos para el desaduanaje de los artículos, a lo que se agregan elevados costos de almacenaje.
“Es increíble que en cada aduana los criterios del personal de la DARA sean diferentes cuando es la misma mercadería que se importa”, dijo uno de los empresarios dedicados a la importación de vehículos usados.
Los entrevistados dijeron que hay que sumar otros costos de las agencias navieras que realizan por el alquiler de los contenedores.
Ante esa situación, Fenaduanah plantea el uso de herramientas científicas y congruentes con la inteligencia fiscal que permitan hacer revisiones selectivas.
Fenaduanah apoya que el Estado de Honduras tiene la facultad y la necesidad de controlar los rubros que consideren sensibles de mercancías de alto riesgo tributario como ser encomiendas y productos usados y mercaderías de origen panameño.
Pero la Federación sugiere que la actividad de revisión se realice sin detener la competitividad del resto del comercio internacional del país, por ejemplo intervenciones en la Operadora Portuaria Centroamericana (OPC), en el Coranorte y otras que por estar concentrados en estos rubros terminan creando aglomeración de mercaderías en las aduanas.
Afectados
Otro grupo de pequeños y medianos empresarios denunció que por los excesivos controles han cerrado varios negocios en el país.
Uno de los entrevistados dijo que él tiene más 10 años de dedicarse a la importación de llantas usadas y ahora está a punto de cerrar por una donación de ese producto que le hizo un proveedor. Agregó que su caso es grave porque la mercadería fue ajustada y ahora tiene que pagar casi 200,000 lempiras en impuestos para evitar que le bloqueen el RTN (Registro Tributario Nacional), pero las llantas no las podrá retirar del predio de la OPC porque no tiene recursos para cancelar el almacenaje.
“Es difícil continuar operando en el país con tanto control y abuso que comete la autoridad aduanera, hay muchas actividades comerciales que ya no son rentables por tanto impuesto y tarifas portuarias que nos vemos obligados a pagar”, dijo el empresario oriundo de la zona occidental.
El resto de pequeños y medianos empresarios que conversaron con este medio de comunicación manifestaron que son decenas de negocios los que han sido cerrados en los últimos tres años.
Uno de los entrevistados, quien pidió no mencionar su nombre, relató que desde hace 15 años se dedica a la importación de vehículos, con un ingreso de dos o tres automóviles al mes, sin embargo, las elevadas tarifas por almacenajes y los impuestos que pagan cuando son ajustados por los oficiales de aforo lo tienen al borde de abandonar esta actividad.
Subrayó que hay casos en que son obligados a pagar multas de un salario mínimo solo por el hecho de no declarar algunas características específicas de un vehículo, por ejemplo EX y LX, cuando la información que se coloca son las generales.
Soluciones
Para reducir el impacto negativo en el comercio transfronterizo, Fenaduanah plantea una serie de recomendaciones. La primera sugerencia es respetar la ley y los procedimientos establecidos por las autoridades aduaneras con el objetivo de uniformar los criterios.
Agregan que la instalación de un tribunal aduanero es urgente para dirimir las situaciones que a diario se presentan, lo que vendría a agilizar las instancias a las que puede acudir el importador para solventar los problemas cuando la mercadería cae en canal rojo.
También se debe evaluar el personal del DAR, ya que a veces envían personas jóvenes con poca experiencia a las aduanas con mayor movimiento como Cortés, La Mesa y Toncontín.
Fenaduanah propone una aduana especial para productos sensibles y de alto riesgo fiscal como encomiendas.