Tegucigalpa, Honduras
Por dos años consecutivos se registró una considerable reducción en el precio de importación de combustibles.
De acuerdo con cifras preliminares del Banco Central de Honduras (BCH), la factura petrolera habría cerrado en 2016 con una disminución de casi 200 millones de dólares, unos 4,700 millones de lempiras al cambio actual.
“A octubre se habían pagado 208 millones menos que al mismo mes de 2015, pero por el aumento del precio del petróleo que se registró puede ser menos”, manifestó Manuel Bautista, presidente del BCH.
En términos comparativos significa que el valor total de la importación de carburantes cayó de 1,356.1 a 1,100 millones de dólares aproximadamente.
El precio promedio de los derivados de petróleo disminuyó en 22.2%, pero se aumentó el consumo de combustibles en cerca de 5%.
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Es decir, la factura petrolera habría disminuido más por concepto de bajo precio, sin embargo, el comportamiento fue contrarrestado por el elevado consumo.
Representantes de los consumidores y miembros de la coalición patriótica cuestionan que los precios bajos a nivel internacional no se traduzcan al consumidor final. Asimismo, rechazan las constantes alzas que se aplican a los carburantes. Solo en diciembre, los aumentos sumaron más de cuatro lempiras por galón.
Al respecto, el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (SDE), Arnaldo Castillo, informó que las variaciones obedecen al precio del crudo establecido por los países productores de petróleo que anunciaron un recorte en la producción y no del gobierno.
También dijo que “esperamos que el galón de gasolina no llegue a los L 100, por los momentos tenemos los precios del combustibles como en 2014, cuando el barril estaba en 56 y 58 dólares”.
A nivel regional
Entendidos en el tema afirman que la diferencia de precios en los países de Centroamérica se debe al impuesto aplicado. Honduras es el segundo país de la región con los precios más altos, superado solo por Costa Rica.
Estas dos naciones también tienen los impuestos más altos, ya que representan casi el 40% del precio al consumidor final.
En el país, por ejemplo, se paga 33 lempiras al fisco por cada galón de la gasolina superior y 29 por el de regular.
Las tasas están dolarizadas, por lo que al devaluarse el lempira se eleva el impuesto.
