El amor por el cine y la actuación corrían por las venas de Carrie Fisher, ya que su mamá, la actriz Debbie Reynolds, fue muy famosa por su actuación en Singin' in the Rain.
Sin embargo, la admiración y el cariño no fueron suficientes para mantenerlas unidas. Fisher y Reynolds dejaron de hablarse durante 10 años, cuando Carrie era muy joven.
Según la propia Debbie esto fue por decisión de su hija y fue un periodo que describió como “muy difícil y doloroso”.
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Esta tormentosa relación estuvo documentada en una de las novelas de Fisher, 'Postcards from the Edge', y fue adaptada a una película con el mismo nombre en 1990. En ella, Meryl Streep interpreta a un personaje detalladamente parecido a Carrie, quien regresa a su casa después de haber estado en rehabilitación por abuso de drogas y alcohol.
Ambas dieron más detalles de su tortuosa relación en una entrevista con Oprah Winfrey. “Tuvimos una relación muy volátil en mis 20s. No quería estar alrededor de ella, no quería ser la hija de Debbie Reynolds” dijo Carrie.
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Las cosas mejoraron cuando Fisher tenía 30 años y desde entonces se mostraban más unidas, sobre todo en los últimos años.
Justo a un día de la muerte de Carrie, Debbie Reynolds sufrió un accidente cerebral que le costó la vida en un hospital de Los Ángeles.