Tegucigalpa, Honduras
La ola se alzó y rompió en la cara de Harvey Weinstein, pero de regreso se llevó de encuentro a muchos más que vieron cómo su máscara se rompía con cada denuncia de sus víctimas.
Las acusaciones de acoso y abuso sexual fueron el escándalo que sacudió a la industria del entretenimiento en 2017, que ciega, sorda y muda sabía desde hace muchos años lo que pasaba y hasta ahora, cuando la verdad no pudo seguir siendo contenida, reconoció la historia de atropellos y humillaciones que mujeres y hombres han vivido a manos de directores, productores y actores.
El caso del productor Harvey Weinstein destapó una olla de podredumbre que marcó la trayectoria de grandes como Kevin Spacey y Dustin Hoffman, entre muchos más.
También entran en este recuento de escándalos personajes secundarios como Kim Kardashian y Kylie Jenner.
La primera se vio en el ojo del huracán por su trasero deforme y lleno de celulitis y la otra por un supuesto embarazo que fuentes desconocidas aseguran la tiene sumida en la depresión porque su cuerpo ha dejado de ser “perfecto”.
El millonario italiano y ahora DJ que subió como la espuma, Gianluca Vacchi, fue objeto de atención por su repentino y fugaz romance con la ex miss Colombia Ariadna Gutiérrez.
Los cantantes Justin Bieber y Selena Gómez este año iniciaron la segunda temporada de su romance, tan esperado por sus fans.
Sin olvidarse de los pleitos entre Julián Gil y Marjorie de Sousa, que pasaron del amor al odio en una pelea por su hijo.
Y qué decir de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que al final no compartieron como amigos las mieles del éxito de “Despacito”.
Aquí se cuela Eduardo Yáñez, que a pulso se ha ganado el título de violento, y que esta vez lo reiteró al pegarle a un periodista que lo alteró por sus preguntas sobre declaraciones que dio su hijo.
Ríos de tinta han corrido este y todos los años sobre los famosos que fracasan en su intento de mantener su vida privada alejada de la mirada pública.
La ola se alzó y rompió en la cara de Harvey Weinstein, pero de regreso se llevó de encuentro a muchos más que vieron cómo su máscara se rompía con cada denuncia de sus víctimas.
Las acusaciones de acoso y abuso sexual fueron el escándalo que sacudió a la industria del entretenimiento en 2017, que ciega, sorda y muda sabía desde hace muchos años lo que pasaba y hasta ahora, cuando la verdad no pudo seguir siendo contenida, reconoció la historia de atropellos y humillaciones que mujeres y hombres han vivido a manos de directores, productores y actores.
El caso del productor Harvey Weinstein destapó una olla de podredumbre que marcó la trayectoria de grandes como Kevin Spacey y Dustin Hoffman, entre muchos más.
También entran en este recuento de escándalos personajes secundarios como Kim Kardashian y Kylie Jenner.
La primera se vio en el ojo del huracán por su trasero deforme y lleno de celulitis y la otra por un supuesto embarazo que fuentes desconocidas aseguran la tiene sumida en la depresión porque su cuerpo ha dejado de ser “perfecto”.
El millonario italiano y ahora DJ que subió como la espuma, Gianluca Vacchi, fue objeto de atención por su repentino y fugaz romance con la ex miss Colombia Ariadna Gutiérrez.
Los cantantes Justin Bieber y Selena Gómez este año iniciaron la segunda temporada de su romance, tan esperado por sus fans.
Sin olvidarse de los pleitos entre Julián Gil y Marjorie de Sousa, que pasaron del amor al odio en una pelea por su hijo.
Y qué decir de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que al final no compartieron como amigos las mieles del éxito de “Despacito”.
Aquí se cuela Eduardo Yáñez, que a pulso se ha ganado el título de violento, y que esta vez lo reiteró al pegarle a un periodista que lo alteró por sus preguntas sobre declaraciones que dio su hijo.
Ríos de tinta han corrido este y todos los años sobre los famosos que fracasan en su intento de mantener su vida privada alejada de la mirada pública.