La representante de Honduras en Miss Universo, Sirey Moran, dio por primera vez su versión sobre lo ocurrido con el director de la agencia Carimaxx, Carlos Rivera.
A través de un comunicado enviado a EL HERALDO la joven progreseña detalló cómo ocurrieron los hechos de esta noche del 30 de junio en la casa de Rivera cuando ella no tenía ni 10 días de operada.
En las declaraciones, Morán asegura que tuvo que salir a la calle gritando a pedir ayuda porque querían arrebatarle el celular con el que había grabado todo lo que ocurría.
De igual forma, asegura llamó a la policía de Nueva York para que la auxiliarán por sentir vulnerada su dignidad como mujer.
Aquí el documento que envió a EL HERALDO:
“Ante informaciones difundidas en torno a la agresión de la que fui objeto por parte del señor Carlos Rivera, representante para Honduras de Miss Universo, comunico lo siguiente:
El día 30 de Junio de 2016 y respondiendo a una cita de trabajo la cual solicitaron para que habláramos del contrato que tenemos entre ambas partes, me apersoné a la residencia del Sr. Rivera para conversar entre otros asuntos en relación a la invitación que me había hecho FEIH y la Limón-Feria Deportiva New Orleans INC, organización de garífunas de Honduras que luchan por el desarrollo de su comunidad, ubicada en el departamento de Colón.
Mi sorpresa fue mayúscula al ver la negatividad y actitud de rechazo del Sr. Rivera para presentarme en el mencionado evento, a lo que riposté pues consideré que era injusto que se me negara la posibilidad de colaborar con mis compatriotas garífunas y que me prohibiera a ser parte de labores sociales para mi país, las cuales se realizan sin ningún fin de lucro.
De conversación pasamos a discusión y luego a agresión verbal y golpes de parte del Sr. Carlos Rivera y Bryan Alexis que fue el primero en atacarme tratando de quitarme mi celular y que seguidamente Carlos lo apoya agrediéndome física y verbalmente.
Por su parte el señor Ricardo caballero hizo presencia de todo y no hizo nada físicamente para detener la situación, después de que esto paso salí a la calle gritando a pedir ayuda y el amigo que me acompañaba y estaba en el carro donde en cuál nos transportamos salió a ayudarme ya que Ricardo y Bryan venían detrás de mí a quererme quitar mi celular para que no quedara ninguna prueba de lo sucedido por lo que opté por llamar a la Policía de Nueva York, que llegó en seguida pero como es sabido, no hubo arresto por considerar que no habían moretones o sangre en el cuerpo más sin embargo se levantó un reporte policial en contra de mi principal agresor Carlos Rivera.
Agradezco el pronto auxilio de la Policía neoyorquina pues de esa forma se evitaron males mayores ante la actitud iracunda del Sr. Rivera.
Con su reacción el Sr. Rivera y sus compañeros hacia mi persona considero que vulnera mi dignidad como mujer y un atentado contra mi salud porque pocos días antes había sido sometida a una operación algo que el Sr. Rivera conocía y que el día que todo pasó había llegado directamente del aeropuerto a su casa por la insistencia que él tenía de que nos reuniéramos y que a esas fechas no tenía ni 10 días de haber sido sometida a operación y mis heridas no estaban totalmente sanas.
Extrañamente he visto la reacción del Sr. Rivera en diferentes medios de comunicación y redes sociales, donde se proyecta como víctima de este hecho, desconozco los propósitos de él, pero posiblemente haya sorprendido a quienes no me conocen y no conocen el hecho.
Y día 25 de julio empezaron a circular por medios digitales, que se me había destituido de mi cargo sin recibir un oficio de manera legal, y esto empezó a circular en un medio digital conocido como “EL DIARIO.HN”, y el día de hoy 26 de julio del año en curso, sale por todos los medios digitales e impresos, sin recibir una notificación oficial por parte de mis directores.
Con el debido respeto y humildad con Honduras y tal como lo muestra la grabación, tan solo me negué en primera instancia a salir de ese lugar porque consideré que no estaba recibiendo el trato digno que merece toda persona, únicamente. Exigía en ese instante el trato correcto y que arregláramos todo, de ninguna manera buscaba despertar la ira del Sr. Rivera y menos que me agredieran.
En ningún momento recibí las disculpas del Sr Rivera, ni ninguna otra muestra de reparación sobre ese infeliz suceso.
Si no me califica para ser destinataria de sus disculpas, bueno sería que lo hiciera con todas las mujeres de Honduras y del mundo, debemos dar enseñanza de un trato correcto hacia las mujeres e irnos alejando de las faltas de respeto, mala crianza y todas las formas de violencia que nos afecta.
Hasta el momento no he sido informada de manera oficial de despojo del título, no he hecho absolutamente nada para ello, más que respaldar a la población garífuna, sector de nuestra nacionalidad hondureña que goza de mi admiración, respeto y cariño, pero que es también mi obligación en mi calidad de Miss Honduras”.