La muerte del cantautor hondureño Guillermo Anderson este sábado 6 de agosto ha dejado un gran vacío a nivel internacional.
Su legado musical, que traspasó no solo fronteras sino también barreras del idioma, terminó conquistando culturas enteras con su música.
Autor de varios discos de música para niños, Anderson encontró éxito además con sus canciones en defensa del medio ambiente, los pueblos autóctonos, las costumbres y además se convirtió en un inspirador de los migrantes de Honduras, Centroamérica y el mundo.
Anderson realizó múltiples presentaciones en Japón y Corea del Sur, donde las personas de ese lugar siempre apreciaron su música y traviesa guitarra que encontró hogar con frecuencia además en Ecuador, Estados Unidos, España y Costa Rica.
Guillermo sin duda fue uno de los mejores embajadores de Honduras, sin credencial diplomática, pero con un talento plenipotenciario que puso a Honduras siempre resaltado en el ámbito mundial.
