El 6 de agosto no será una simple efeméride para Honduras, ese día quedará en la historia como la fecha en que esta nación vio partir a uno de sus hijos más queridos y más luchadores, uno de esos hondureños que merecen ser inmortales.
Guillermo Anderson murió a los 54 años de edad, quedaban tantos años para seguir disfrutando de su talento, de su alegría, pero el cáncer de tiroides que le fue diagnosticado en noviembre de 2015 no quiso darle más tiempo, no quiso que el artista volviera a alegrar con su vida la existencia de muchos.
La noticia llegó como un golpe ayer por la mañana. Qué bueno hubiera sido que fuera una mentira, que alguien se hubiera equivocado, pero esta vez fue de verdad.
Cadenas de oración se hicieron por la vida del artista que el 31 de julio arribó de emergencia a La Ceiba, trasladado desde Guatemala. Aún había esperanza y su familia, amigos y admiradores rogaban por su recuperación.
A cuentagotas llegaban las noticias sobre su salud. Nadie quiso decir desde el principio que el pronóstico médico era que solo le quedaban tres meses de vida; pero no fue así, aún quedaban seis meses de esperanza, plazo que terminó ayer a las 8:30 de la mañana, cuando el cantautor dio su último aliento en un hospital de su ciudad, rodeado del amor de su familia, que a pesar del desalentador diagnóstico disfrutó de los últimos días de su ser amado.
La muerte de Guillermo Anderson estremece, porque él fue uno de los hondureños que representó dignamente a Honduras, que demostró que en este país hay talento y gente luchadora, que nuestra cultura es grande y que el mundo debe conocerla, que esta es la cuna de grandes talentos en todas las disciplinas del arte, y es que él se dio a conocer en todas, por eso no solo los músicos lloran su partida, también lo hacen los actores, los artistas plásticos y los gestores, porque él fue una mano solidaria para todos ellos; y es hoy esa solidaridad recíproca la que abraza a su esposa Lastenia Godoy y sus tres hijas.
Cronología de una tragedia
La noticia de su enfermedad no se dio a conocer inmediatamente, sino hasta mediados de enero, cuando su mánager Manuel López Moreno informó de la cirugía a la que fue sometido el cantante, y que traería consigo muy malas noticias.
El mismo Guillermo recibió el nuevo año compartiendo algunos detalles de su situación. En ese momento dijo que se mantendría alejado de los escenarios y giras durante unos meses, y agradeció los buenos deseos, oraciones, visitas, consejos saludables y buenas vibras de parte de quienes ya estaban enterados de su condición de salud; y expresó que mientras se recuperaba seguiría trabajando en sus proyectos, y que esperaba incorporarse en más de alguno dentro de lo posible... pero no fue así.
En abril, el artista señaló que circulaban rumores “a veces hasta amarillistas” sobre su salud, y agradeció el apoyo a todas sus amistades, colegas y público de Honduras, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Italia... En todos estos países y muchos otros hay gente que llora su muerte, pero se tiene el consuelo de que en su música está impregnado lo mejor de este gran creador, que hizo de Honduras su mejor canción.
