Marbin López, el periodista que nunca renunció a su sueño

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El nombre de Marbin Joel López ha hecho eco en los últimos días en las redes sociales, al viralizarse parte de su historia en el día de su graduación el pasado 22 de marzo.

Vestido con un su toga y birrete, se levantó a reclamar su título que lo acredita como licenciado en Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), pero entre los cientos de graduados, llamó la atención que Marbin sostuvo una hoja que decía “De los papeles que tiraban a la basura construía mi meta”.

El significado de este título en la vida de Marbin es enorme. “Encierra todos los sueños que he traído desde niño. Es un sueño que se ha hecho realidad, encierra muchos esfuerzos y vivencias en este recorrido”, contó el periodista que labora en la sección Metro de Diario EL HERALDO.

Es así como nos remontamos a la historia de Marbin, un hondureño oriundo del municipio de Lepaterique, en Francisco Morazán, que a pesar de los obstáculos de la vida y del sistema educativo del país, no se rindió hasta alcanzar su sueño de convertirse en periodista.

Desde muy pequeño, el Periodismo estuvo presente en la vida de Marbin. Creció en una aldea, donde no había electricidad, y donde el único medio de comunicación al que tenía acceso era la radio.

“A través de la radio me sentí influenciado por el Periodismo. Escuchar las diferentes radioemisoras y programas de noticias me influenció”, recordó Marbin.

Para Marbin, la comunicación es inherente a los seres humanos, haciendo énfasis en que los profesionales del Periodismo tienen una gran responsabilidad que puede construir o destruir, unir o desunir a las sociedades.

Fue creciendo y su conexión con la comunicación continuó afianzándose con la lectura de los periódicos. Tomó el hábito de visitar a su abuela y leer las decenas de diarios que su tío enviaba una vez al mes. En ese entonces, los periódicos eran su principal fuente de información, a falta de acceso a libros o revistas.

Marbin, atribuye su constante deseo de aprender gracias a los maestros que tuvo a lo largo de su vida académica. Entre ellos, recuerda con mucho aprecio a un profesor de apellido Amador, quien le daba clases cuando estaba en secundaria.

El docente le insistía a Marbin y a sus compañeros en hacer de la lectura un hábito de su día a día, pues a través de ella, encontrarían las respuestas de lo que buscaran. “Todo lo que tenga letras, leánlo”, fue una de las clases que quedó marcada en la vida de Marbin.

“La mayoría de maestros que he tenido me han inspirado e impulsado a seguir adelante. Ese agradecimiento siempre lo voy a llevar. Un maestro que inspira es un maestro modelo”, afirmó.

No es desconocido que, lastimosamente, en Honduras la educación universitaria se asemeja más a un privilegio que a un derecho para los ciudadanos, principalmente por los factores económicos.

Marbin, ingresó a la universidad del pueblo, la UNAH, en el año 2016. Pero poder costear sus estudios fue un gran reto. Para poder solventar sus gastos estudiantiles, trabajó recolectando basura junto a un primo suyo.

Esta labor presentaba un riesgo para la salud del universitario, ante la eminente contaminación. A pesar de ello, se mantuvo firme en que debía cumplir con su meta.

A medida se dedicaba a sus labores entre los desechos, enriquecía su conocimiento con los cientos de libros que encontraba entre la basura. Lo que para muchos ya “no servía”, para Marbin era una fuente para cultivarse.

Debido a las limitaciones, Marbin no podía tener libros, cuadernos u otros materiales nuevos. En lugar de ellos, reciclaba aquellos que encontraba entre la basura con algunas hojas en blanco y arrancando las páginas usadas de las libretas.

“Las condiciones económicas han sido mi mayor obstáculo”, reveló el periodista egresado. López, confesó que en muchas ocasiones se vio entre la disyuntiva de querer asistir a sus clases, pero no contaba con los ingresos para cubrir su transporte, sacar fotocopias o comprar libros nuevos, cuando algunos profesores exigían que estos fueran nuevos.

También, se vio afectado por la pandemia del covid-19 en 2020. El cambio a la modalidad virtual lo retrasó en avanzar con sus materias, pues cuenta que en ese tiempo tuvo que regresar a su natal, Lepaterique, donde no tenía la forma para acceder a las clases en línea.

Pero aunque el camino pareciera espinoso, Marbin no desistió de su objetivo, porque no quería fallarse a sí mismo.

“Es un sueño que tenía que cumplir, porque desde pequeño me lo había propuesto, y si renunciaba me iba a sentir como un perdedor”, recordó.

De igual forma, el nacimiento de su hijo lo impulsó a seguir adelante: “Cuando uno ya se convierte en papá lucha por ellos y por la familia”, resaltó.

Las dificultades las asoció con aquella frase: “Se pueden perder batallas, pero no la guerra”. Y en esa guerra para poder titularse, Marbin salió victorioso gracias a su convicción a ese sueño que se remontaba desde su infancia.

Su triunfo es compartido por sus familiares, amigos y compañeros de EL HERALDO, entre ellos, el director Carlos Mauricio Flores, quien dijo estar orgulloso del logro de Marbin.

Los estudios del admirable periodista no terminarán solo con su licenciatura. Entre sus nuevas metas ya contempla estudiar una maestría en el arte que más disfruta y admira, la literatura.

Asimismo, continuará aportando a través de sus reportajes culturales en la sección de Tegucigalpa (Metro) de este rotativo, para informar a la sociedad desde una óptica diferente. Para Marbin, la cultura es indispensable para las sociedades.

“Me encantan los reportajes culturales. A través de ellos recuperamos datos, historia e identidad. La cultura genera identidad y cuando generamos identidad, tenemos un sentido de pertenencia”, explicó.

No es para menos que su historia resulte inspiradora para muchas personas. Incluso, Marbin se sintió sorprendido porque en en cuestión de minutos se viralizó su fotografía de graduación. “Pude sentir en carne propia esa inmediatez con la que se comparte la información”, comentó.

Marbin logró su sueño y es creyente de que los demás hondureños también pueden lograrlo si tienen elementos claves en su mente: convicción y objetivo.

“Convicción para no desmayar ante las circunstancias que estamos viviendo y también saber qué es lo que queremos y hacia donde vamos”, puntualizó.

De igual forma, instó a los estudiantes a estudiar aquello que les gusta, que les apasiona y no dejarse guiar solamente por lo que tenga más demanda laboral.

“Estudien lo que más les nazca, lo que les guste. Aquello que lo apasiona, que siente atracción hacia ello”, recomendó. Pues, reconoce que muchas personas eligen estudiar algo que solo les puede traer el beneficio económico, pero que corren el riesgo de sentirse insatisfechas con su vida por no disfrutar lo que hacen.

A su vez, Marbin, sin dejar de lado su esencia como periodista, aprovechó para señalar que las autoridades tienen que tener un mayor compromiso con la educación de los hondureños.

Para Marbin, es a través de la educación que se desarrollan las sociedades, y lamenta que en tiempos electorales solo se utiliza como bandera política, pero que no se materializa.

“Privar del saber a los alumnos es algo inhumano, ya que el no saber ha sido una forma de someter a las sociedades”, apuntó.

Es por ello que hace un llamado a las autoridades del Estado a priorizar la educación a través de dotación de más recursos, más docentes calificados y actualización en las mallas curriculares.