Hondureños en el Mundo

Exclusiva de EL HERALDO: Cerca de 25,000 catrachos viven el 'sueño canadiense”

El equipo recorrió cuatro ciudades de esta nación para exponer qué hacen, cómo viven, cuáles son las vicisitudes y los sueños de los hondureños en estas tierras. + Fotogalería

FOTOGALERÍA
09.07.2012

Las ciudades cosmopolitas de este país, que estilan un aire pluricultural similar al de Nueva York, se han convertido en el nuevo polo migratorio para miles de hondureños.

Con un estilo de vida bastante costoso, por cierto, similar al de Estados Unidos, pero con mayor tranquilidad, las metrópolis de Canadá albergan a cerca de 25,000 hondureños. Todos ellos, llegados incluso desde mediados del siglo pasado, vinieron a buscar un sueño casi desconocido en Honduras: el “sueño canadiense”.

La migración de hondureños que más se había conocido, durante la primera década de este siglo y la última del siglo pasado, era la que se registraba hacia Estados Unidos y España.

Pero a partir hoy EL HERALDO le muestra la historia no contada por ningún medio de comunicación hondureño sobre la migración de catrachos en Canadá.

EL HERALDO se encontró con diferentes realidades, unas más agradables, honrosas y orgullosas que otras.


Canadá en la mira

Los hondureños pareciera que tienen el exquisito arte de aventurarse en otras naciones, quizá obligados por una realidad de país nada alentadora.

Esta nación se convirtió, en el transcurso de la última década, en una de las cuatro donde se concentra la mayor cantidad de hondureños en el exterior.

Ni el calor marcado del verano ni el frío incesante del invierno han impedido que unos 25,000 connacionales (viviendo con documentos de residentes, ciudadanos y en condición de refugiados o asilados, o sea con papeles en trámite) luchen por alcanzar lo que ellos denominan “sueño canadiense”.

De los 25 mil compatriotas que se estima residen en este país, unos 15 mil tienen sus documentos en regla.

Se calcula que puede haber un subregistro cercano a los 10,000 compatriotas que están en trámite de papeles (con refugio o asilo político) y que por tanto no han solucionado su estadía legal en esta nación.

Entonces, estos 25 mil hondureños superan en creces los cerca de 10,000 que había en 2007.

En ese año los catrachos en ese país no llegaban a más de 5,000 legales (y otros 5,000 refugiados que gestionaban su legalización), según lo confesó en ese entonces la que se desempeñó como embajadora de Honduras en Canadá, Beatriz Valle, y que después pasó a fungir como vicecanciller del tema migratorio.

Hoy en día, la cifra alcanza los 15,000 legales y hay otro subregistro no muy bien estimado, afirmó a EL HERALDO la embajadora de Honduras en Ottawa, Sofía Cerrato.

Con estas cifras, Canadá se ubica solo por detrás de Estados Unidos, España e Italia, donde residen un millón 50 mil, 50,000 y 25,000 hondureños, respectivamente, según los datos que maneja la Cancillería.

Hay otras comunidades de hondureños en Belice, México y Centroamérica que también concentran varios miles, sin embargo, no han tenido el crecimiento que ha tenido la radicada en Canadá.

Todo cambiará

Canadá es un país donde se puede vivir tranquilamente, hay seguridad, su economía es fuerte, aunque su estilo de vida es costoso y de cierta forma las oportunidades de trabajo no son tan escasas.

Posiblemente eso ha motivado a miles de inmigrantes que pidieron refugio en esta nación, que más tarde les otorgó (a muchos, pero no a la mayoría) una residencia y una ciudadanía.

Mientras Canadá se muestra al mundo como una madre impoluta que ha acogido a seis millones de inmigrantes de más de 150 países de todo el mundo, según el último censo de Statistics Canadá, en el Parlamento canadiense se debaten reformas migratorias que cambiarán las reglas del juego.

A pesar de que Canadá es catalogado por los hondureños como “país generoso”, también maneja una política migratoria rígida, donde una persona que no es productiva no puede aplicar a muchos de los beneficios migratorios.

Tampoco pueden ser beneficiados los que soliciten una protección (refugio o asilo) sin tener una buena justificación.

A eso debe sumarse los “abusos” de las “lagunas” que tiene el sistema migratorio canadiense, principal razón que ha motivado los debates para implementar nuevas reformas que cambiarán el sistema de otorgamiento de refugios y asilos.

Clima y economía

En Canadá prevalece en la mayor parte el año el clima frío, con temperaturas que provocan lluvias de nieve. Las temperaturas en algunas ciudades pueden alcanzar hasta los 30 centígrados bajo cero. La más baja temperatura en Honduras llega a los 7 grados en época de frío.

Pero la idea de alcanzar un mejor porvenir ha motivado a miles de connacionales a hacer sacrificios y soportar las inclemencias de la madre naturaleza y mucho más.

Y es que Canadá se presentó, luego de la recesión económica que abatió a Estados Unidos a partir de 2008 y del endurecimiento de las leyes migratorias estadounidenses, como una alternativa menos coercitiva y conflictiva para alcanzar los sueños de los hondureños.

Esa nación, con cerca del 60 por ciento de su población en edad madura, requiere de mano de obra útil y productiva, pero siempre enmarcándose en el respeto de las leyes migratorias.

Canadá y Estados Unidos mantienen, por decirlo de cierta forma, una lucha por imponer su moneda. La vida es más cara en Canadá.

En este país no se puede hablar de hondureños (ni de ningún otro inmigrante) indocumentados, todos, absolutamente todos los que ingresan a esa nación deben comenzar un trámite legal para legalizar su estadía.

Los inmigrantes han optado históricamente a figuras como el asilo y el refugio como primer paso para ordenar su situación legal en el país.

Los que obtienen una negativa a esas peticiones son deportados. Otros han aplicado a programas de profesionales especializados en ciertas áreas que solicitan regiones como las de Quebec.

Mientras tanto, otros permanecen en Canadá de manera temporal, mediante los programas de trabajo en fincas agrícolas y de carnes.

El fenómeno migratorio hacia Canadá es relativamente nuevo, empezó a mediados del siglo pasado.

EL HERALDO logró hablar con catrachos que permanecen en esa nación desde 1968 y con otros que han ingresado en el transcurso de los últimos 20 años.

La principal razón que han expuesto la mayoría de estos connacionales es, en esencia, la misma, a pesar de haber emigrado en épocas distintas: las pocas oportunidades que ofrece Honduras. Otro pequeño segmento alega la falta de seguridad que abate actualmente el país.

Este crecimiento de connacionales en Canadá obviamente ha favorecido la economía nacional de Honduras, pues muchos de ellos aún tienen familiares en el país y envían una cantidad importante de remesas, datos que aún no han sido contabilizados por el Banco Central de Honduras.

Aunque de manera general el Banco registró el año anterior 2,600 millones de dólares por concepto de remesas enviadas por todos los compatriotas que viven en el extranjero.

¿Dónde están los catrachos?

Los trabajos en ciudades como Vancouver, Calgary, Winnipeg y al norte de Quebec pueden ofrecer remuneraciones de hasta 25 dólares canadienses por hora.

En ciudades como Leamignton, Toronto, Montreal y Ottawa, el salario puede ser pagado hasta 10.50 u 11.50 dólares por hora. En estas ciudades el estilo de vida es más costoso y están más cerca de EE UU.

Los hondureños hacen sacrificios (percibir menos dinero por hora trabajada) para residir lo más cerca posible de la frontera con EE UU, donde el invierno no es tan severo.

El nivel de vida de Canadá ocupa el quinto lugar entre los más altos del mundo (según el PIB). Lo preceden únicamente Estados Unidos, Suiza, Luxemburgo, Alemania y Japón y, si se consideran otros factores además del PIB, como la esperanza de vida y educación, el nivel de vida de Canadá es aún más alto.

Canadá y Honduras recientemente firmaron un tratado de libre comercio.

Este documento abre esperanzas a los connacionales y autoridades hondureñas radicadas en esa nación, sobre todo porque puede haber un potencial comercial que podría beneficiar a ambos países.

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