Kevin Solórzano es culpable del asesinato del exfiscal Edwin Eguigure. Así lo determinó este miércoles el Tribunal de Sentencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), durante la finalización del juicio oral y público en su contra.
El juicio que se celebró en la Sala II llegó a su fin. El joven universitario fue acusado por el asesinato del exfiscal Edwin Eguigure, hecho ocurrido el 11 de noviembre de 2014.
En la lectura del fallo, los jueces desestimaron las declaraciones de los testigos a favor del universitario y únicamente validaron el testimonio de María Auxiliadora Sierra, viuda de la víctima, y su hijo, de la parte acusadora.
Igualmente, el tribunal también declaró culpable a Solórzano por tentativa de asesinato en perjuicio de testigo protegido, en este caso sería Auxiliadora Sierra, quien acompañaba a su esposo el día del crimen.
La decisión de los jueces despertó la ira y la tristeza en los familiares del acusado, quienes calificaron el hecho de 'injusticia'.
En ese sentido, en las afueras de la CSJ se armó un caos provocado por los defensores del joven. 'Kevin no debe nada (...) es inocente', exclamaron.
Por su parte, el joven fue trasladado en un camión de la Policía Militar de Orden Público (PMOP) a las instalaciones de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto (PNMAS).
En las redes sociales, la mayoría de hondureños se volcó paracondenar el fallo y criticar, a su criterio, las debilidades del sistema de justicia.
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Un día antes de conocerse este fallo definitivo, la Fiscalía solicitó de 20 a 30 años de cárcel contra Kevin Solórzano, como pena máxima por el asesinato del exfiscal Edwin Eguigure.
En la misma petición, los fiscales agregaban de 13 a 20 años más de reclusión por el delito de tentativa de asesinato en perjuicio de María Auxiliadora Sierra, viuda del exfiscal.
El proceso penal contra el joven inició desde el pasado 24 de octubre de 2016 y se extendió a lo largo de unos tres meses debido a varias reprogramaciones y atrasos. La última se día el pasado martes, cuando solo se desarrolló la etapa de conclusiones y el dictamen del veredicto se dejó para este miércoles.
El caso alcanzó notoriedad por las características del hecho: un operador de justicia asesinado, un joven universitario acusado y una serie de pruebas que más que aclarar el crimen parecían enredarlo más.
Desde un inicio gran parte de la población hondureña se volcó en apoyo al joven patentándole su solidaridad, empujados en parte por la poca confianza que tienen en los órganos judiciales del país, mientras que para otros él era culpable.
Así no lo hagan, así no'. |
El juicio de Kevin Solórzano sin duda será recordado para la historia por su extensión -pues el proceso superó los 100 días-, sino por el interés que despertó en las redes sociales entre quienes lo veían inocente o culpable.
¿Cómo se originaron los hechos?
El sonado caso comenzó cuando la mañana del 11 de noviembre de 2014 ocurrió el fatídico hecho que marcaría la vida -de manera negativa- de dos familias residentes en el sector de 'El Chimbo'.
Frente a sus hijos (menores de edad) y su esposa María Auxiliadora Sierra (también fiscal del Ministerio Público), el exfiscal Edwin Geovany Eguigure (39) fue cobardemente asesinado a puñaladas y tiros a pocos metros de donde residía.
Pocos días pasaron cuando las autoridades, luego de un operativo, capturaron al joven Kevin Solórzano, aduciendo que se parecía al retrato hablado que peritos realizaron con el testimonio de la viuda, quien presenció el crimen pero resultó ilesa.
Del 24/10/2016El juicio contra el universitario
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Tras una larga espera de 23 meses, Solórzano finalmente conoció la fecha de su juicio oral y público: el 24 de octubre de 2016.
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Sin embargo, este solo sería el inicio de un largo proceso que duró un poco más de tres meses.
Incluso, en el caso se ventilaron sensibles acusaciones por parte de la familia de la víctima y la viuda sobre la compra de testigos, el financiamiento de la defensa por parte de criminales y la victimización de Solórzano en los medios de comunicación.
Por otra parte, en los medios salió a luz un supuesto testimonio que calificaba el hecho de crimen pasional y, ya en el juicio, un testigo afirmaba que la viuda había ordenado la muerte del exfiscal, además del señalamiento beligerante de un cambio en la versión de la parte acusadora que, primero, apuntaba en dos los criminales y, luego, en tres los participantes en el hecho.
