El Programa Mundial de Alimentos (PMA) pidió este jueves a la población abstenerse de consumir los frijoles que fueron enterrados en el kilómetro 9 de la carretera que de Tegucigalpa conduce al departamento de Olancho.
La agencia de las Naciones Unidas recomendó a las personas que sustrajeron el grano que “lo destruyan inmediatamente ya que su consumo será perjudicial para su salud”.
Más de mil quintales de frijoles que se encontraban en condiciones no aptas para el consumo humano y animal fueron enterrados en un predio privado al que pobladores se han introducido ilegalmente para sustraer el grano.
Los frijoles tienen un alto índice de toxicidad, de acuerdo a un reporte de laboratorio, señala el PMA, y pueden provocar intoxicación, alergias permanentes y daños hepáticos.
A raíz de este informe se procedió a su destrucción, bajo la autorización y supervisión de la Secretaría de Salud de Honduras.
Para acelerar su destrucción, los frijoles fueron rociados con productos tóxicos, añade el PMA.
El grano fue enterrado a dos metros de profundidad por recomendación de la Secretaría de Salud y se desconoce cómo los vecinos se enteraron de su existencia.
“Ya se ha reforzado la vigilancia en el predio para evitar que más personas ingresen al lugar y pongan su vida en peligro al sacar un grano que no es apto para su consumo”, señala el comunicado.
Vecinos del sector conocido como Cataluña han sustraído los frijoles y aseguran que su consumo no les ha provocado malestar.
Algunos de los pobladores se han llevado hasta sacos enteros del grano para ponerlos a la venta.
A raíz del rumor de la existencia de los frijoles en el predio, caravanas de pobladores -la mayoría niños y mujeres- han llegado con sacos, bolsas y pailas para sustraer el grano.
Efectivos de la Policía Nacional llegaron este jueves a la zona para resguardar el grano que se encuentra en sacos, bajo tierra o que yace tirado en el suelo.