El Corpus, Choluteca.
El equipo de forenses que viajó a la mina San Juan Arriba, donde se realizan labores de rescate de ocho mineros, explicó que en caso de que los excavadores hayan muerto desde que sucedió el derrumbe, la semana pasada, las labores de identificación serán complicadas.
El doctor Vladimir Núñez, miembro de la delegación de expertos, refirió que, incluso, se ha pensado en que para lograr el reconocimiento podría ser necesario buscarles algunos rasgos particulares en vista de que pueden estar con un elevado grado de descomposición en que puedan estar.
“Previo a ese trabajo hay que hacer un trabajo de campo para recolectar información de los datos generales de las personas que se encuentran atrapadas y de igual forma se debe recabar información de algunas características especiales de las víctimas, como ser si están tatuadas o si tienen alguna cicatriz o si tenían algún defecto físico o si usaba otra cosa particular para que los pueda identificar”, explicó Núñez.
“Considerando que han pasado varios días y pueden haber fenómenos de putrefacción porque eso altera el estado normal del cadáver fresco y hace que la identificación sea más difícil”, enfatizó el especialista en medicina forense.
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Desaliento
Las esperanzas de encontrar con vida a los ocho mineros que aún no son recuperados de la veta que se desplomó el miércoles pasado se diluyen con el inexorable paso del tiempo.
Las autoridades de socorro solo han podido liberar a tres mineros que relatan que cuando la mina sucumbió lograron escuchar algunos gritos de auxilio de sus compañeros, pero con el transcurso de los minutos las voces se apagaron.
Las autoridades del Ministerio Público desplegaron hacia Choluteca un grupo de especialistas que está integrado por 15 personas, entre las que se encuentran cuatro médicos forenses, tres especialistas en dactiloscopia, dos odontólogos, dos técnicos, un fotógrafo para practicar autopsias en caso de que no haya más sobrevivientes.
Después que se realice la identificación de los cadáveres se procedería a determinar la causa de muerte a través de la autopsia, explicó.
“Es probable que sean autopsias parciales dependiendo de cómo se encuentre la situación para ver de manera exacta la causa de la muerte de cada uno de ellos”, dijo.
La necropsia se prevé que se practique en Choluteca, ya que no se quiere generar más dolor a los familiares al trasladar los cuerpos de sus parientes hasta la capital para hacer esa labor y después regresen a la zona sur a enterrarlos.
“El plan que se ha manejado de manera inicial es hacerlo aquí, de forma local, porque ya se ha hecho en algunos casos y la experiencia es como hacer una exhumación y entonces es algo no tan complejo”, agregó.
Medicina Forense no cuenta con una morgue en Choluteca, por lo que se vuelve imperioso la práctica de una autopsia en esa zona y por tal razón es que se ha hecho la recolección de la información de los desaparecidos para hacer el respectivo cotejamiento con los cuerpos.
“En este momento no tenemos dónde guardar los cuerpos, pero como previamente se está realizando una labor para tener datos porque no vamos (a trabajar) sin información, sino que ya sabemos que se tiene una determinada información de cada uno de ellos, por lo que el personal de dactiloscopia y de odontología van a aportar información que va a ayudar a identificar a cada uno de los cuerpos”, subrayó el forense.
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Tiempo
Una disección implica, entre otras cosas, un meticuloso trabajo de medición y registro de las lesiones y al considerar que los cuerpos de los mineros pueden presentar diversas contusiones, el estudio puede tardar varias horas, dijo Núñez.
“En promedio una autopsia puede durar entre una hora y media y dos horas, o hasta más en algunos casos, pero es posible que no se demoren”, acotó el galeno.
En ese sentido, la posible entrega de cuerpos a los familiares se hará hasta que haya una certeza total de la identidad del cadáver, aclaró Núñez.
