Tegucigalpa, Honduras
Lo que comenzó como un sueño de unión familiar para la familia Perla, cinco años después podría estar a punto de romperse.
Abel Perla y su madre viajaron de manera irregular en el 2012 hacia Estados Unidos, pero al cruzar la frontera fueron detenidos por los agentes de inmigración. Esa situación permitió que Abel fuera beneficiado por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) en Estados Unidos, sin embargo, ahora no sabe cuál será su futuro.
Este programa fue aprobado en el 2012 por el gobierno de Barack Obama para que los jóvenes inmigrantes pudieran obtener un permiso de trabajo, gestionar una beca, acceder a la educación y solicitar una licencia de conducir, beneficios que podrían perder el próximo 10 de septiembre.
“Si regresamos (a Honduras) sería un impacto muy grave para el país y para Estados Unidos porque no solo nosotros nos estamos beneficiando del programa”, dijo a EL HERALDO el joven hondureño.
Y es que la incertidumbre de no saber si el presidente estadounidense Donald Trump renovará el programa ha provocado intranquilidad en al menos 38 mil jóvenes hondureños que gozan del beneficio.
“Aunque él (Trump) había dicho que cancelaría este programa, en los últimos días ha dicho que a estos jóvenes los va a tratar con el corazón, es decir que posiblemente no cancele el DACA”, confió Francisco Portillo, presidente de la Organización Francisco Morazán en Miami, Florida.
Ante esta situación, varios congresistas republicanos y demócratas en Estados Unidos presentaron el mes anterior un anteproyecto de ley para solicitar que estos jóvenes puedan acceder a una residencia permanente.
Por su parte, María Andrea Matamoros, canciller de la República, hizo un llamado a los compatriotas para que se acerquen a los consulados para solicitar información, ya que “el programa actualmente no está vigente”, dijo.