Medios internacionales como The New York Times, Univisión y Miami Herald aseguran que el gobierno de Donald Trump ya puso fin al Estatus de Protección Temporal (TPS), programa humanitario que ampara a más de 44,000 hondureños.
'La administración Trump ha decidido poner fin a un programa temporal que permite que 57,000 hondureños vivan y trabajen en Estados Unidos', se lee en el artículo de The New York Time.
A pesar del anuncio hecho en los importantes medios, la página oficial del Departamento de Estado de los Estados Unidos no ha confirmado la noticia.
Si la decisión se confirma, los hondureños tendrán un período de tiempo, de 18 meses, para regresar al país o regularizar, mediante una vía legal, su permanencia en Estados Unidos.
Por su parte, María Dolores Agüero, canciller de Honduras, habló con EL HERALDO y negó que la decisión de una cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), ya haya sido confirmada por las autoridades estadounidenses.
El amparo ha estado vigente desde 1999, un año después de que el territorio nacional sufriera los estragos huracán Mitch.
El 6 de noviembre del 2017, 60 días antes del vencimiento de la última prórroga, el gobierno de Trump anunció una extensión de seis meses, mientras revisaban los argumentos enviados por el gobierno de Honduras para mantener la protección a sus ciudadanos.
En noviembre del año pasado, el programa que amparaba la deportación y concedía permisos de trabajo a unos 2,500 nicaragüenses fue cancelado.
Haití y El Salvador también sufrieron las duras políticas migratorias de Trump.
Luchas
El pasado 1 de mayo un grupo de 53 legisladores demócratas pidió al gobierno de Donald Trump que otorgara una nueva prórroga al Estatus de Protección Temporal (TPS) a Honduras.
Dijeron que “ las condiciones simplemente no han mejorado lo suficiente para reintegrar de una manera segura y productiva a los beneficiarios en sus comunidades”.
Además, el grupo de demócratas señaló que los beneficiarios hondureños del TPS “son trabajadores que contribuyen a la economía estadounidense y no representan un riesgo para la seguridad pública”.
'También estamos preocupados porque el Gobierno de Honduras carece de la capacidad para facilitar su vuelta, lo que podría hacer difícil garantizar su protección. Y más importante, estamos extremadamente preocupados por los más de 53,500 niños nacidos en Estados Unidos que tendrían que acompañar a sus padres con TPS y que serían vulnerables a ser reclutados por las pandillas en Honduras', expresaron.
