Dos mujeres le dijeron al New York Times que Donald Trump las tocó inapropiadamente — manoseando a una de ellas y besando a la otra — en distintos encuentros que ocurrieron hace varios años, reportó el miércoles la publicación. Una tercera relató un suceso similar a otra publicación.
Trump le dijo al Times que ninguna de esas afirmaciones era cierta. En un comunicado, el portavoz de la campaña del empresario, Jason Miller, dijo que 'todo el artículo es ficticio' y acusó al periódico de lanzar una 'difamación coordinada y completamente falsa'.
Otro diario, el The Palm Beach Post de Florida, reportó la noche del miércoles que una mujer aseveró que Trump la manoseó en su propiedad de Mar-a-Lago hace 13 años. La campaña de Trump dijo que esa acusación 'carece de cualquier mérito o veracidad'.
Y la noche del miércoles, una periodista de la revista People reportó un incidente de 2005 en el que asegura que Trump la besó en contra de su voluntad en Mar-a-Lago. La campaña de Trump afirmó que 'No existe mérito o veracidad en esta historia fabricada'.
Las historias de las mujeres se presentan menos de una semana después de que se difundiera una grabación de 2005 en la que el candidato republicano presumía de toquetear a las mujeres.
Trump se disculpó por sus comentarios, pero también les restó importancia al decir que era 'charla de vestidor' y una distracción para la campaña.
Las dos mujeres que hablaron con el Times dijeron que hacían públicas sus historias debido a la grabación y a las respuestas de Trump cuando fue cuestionado al respecto durante el debate entre candidatos del domingo. El empresario neoyorquino asegura que nunca ha hecho las cosas de las que se jactaba en dicho video.
Jessica Leeds, de 74 años y originaria de Nueva York, dijo que se sentó junto a Trump en la sección de primera clase de un vuelo comercial a Nueva York hace más de tres décadas.
Comentó que luego de menos de una hora de vuelo, el empresario levantó el descansabrazos que los separaba y comenzó a tocarla y le agarró los senos, además de intentar meterle la mano por debajo de la falda.
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'Fue una agresión', le dijo Leeds a la publicación. Agregó que huyó a la parte trasera de la aeronave y se sentó en clase turista.
La segunda mujer, Rachel Crooks, de Ohio, le comentó al periódico que conoció a Trump a los 22 años en 2005, el mismo año en que se le grabó jactándose en vocabulario soez de tocar a las mujeres en los genitales.
Crooks dijo que era recepcionista para una compañía de inversión y desarrollo de bienes raíces cuyas oficinas estaban localizadas en la Trump Tower, y se encontró con el empresario una mañana afuera del ascensor del edificio. Ella comentó que se presentó con Trump.
Estrecharon manos, pero Trump no la soltaba, dijo Crooks, y luego comenzó a besarle las mejillas y le dio un beso en la boca. 'Fue algo tan inapropiado', le dijo al periódico. 'Me molestó mucho que él creyera que yo era tan insignificante que podía hacer eso conmigo'.
Crooks dijo que ese mismo día le contó del incidente a su hermana en una conversación telefónica y a su novio horas más tarde, y ambos declararon para el Times. En el caso de Leeds, el diario reportó que entrevistó a cuatro personas a las que ella les platicó recientemente de su encuentro con Trump.
Leeds dijo que en su momento no se quejó ante la aerolínea debido a que esos avances indeseados eran comunes hacia las mujeres empresarias en las décadas de 1970 y principios de 1980, reportó la publicación. Dijo que se encontró con Trump unos años después en un evento de caridad e indicó que el candidato pareció recordarla y la insultó con un comentario hostil.
Ambas mujeres afirmaron al periódico que respaldan la campaña presidencial de Hillary Clinton. En un comunicado, Miller calificó los relatos de las mujeres como 'ficción'.
'Es absurdo pensar que uno de los líderes empresariales más reconocidos del planeta, con fuertes antecedentes de otorgarle poder a las mujeres dentro de sus compañías, hiciera las cosas de las que lo acusan en esa historia, y el hecho de que salga a la luz décadas después durante el último mes de la campaña presidencial debería decirlo todo', dijo Miller.
El Palm Beach Post reportó que Mindy McGillivray, de 36 años y originaria de Palm Springs, Florida, dijo que en su momento no acudió a las autoridades respecto a su encuentro de 2003 con Trump, pero que compartió lo sucedido con amigos y familiares. Un hombre que la acompañó ese día a Mar-a-Lago, Ken Davidoff, le dijo al periódico que recuerda vívidamente que McGillivray le dijo que Trump la había manoseado.
Davidoff dijo que había llevado a McGillivray para acompañar a su padre a tomar fotografías durante un concierto de Ray Charles, el 24 de enero de 2003. Después del espectáculo, mientras la gente se despedía del cantante, McGillivray sintió 'un toqueteo bastante fuerte, más bien me agarró', cerca del centro del trasero, narró al diario.
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'Volteé y ahí estaba Donald. Como que miró hacia otro lado. Me di vuelta rápidamente para Ray Charles y quedé en shock', recordó.
McGillivray recordó que estuvo a punto de hacer una escena pero decidió 'quedarse callada'. Las declaraciones de Trump durante el segundo debate, en las que negó toquetear a las mujeres, la hicieron cambiar de opinión.
En el sitio web de la revista People, la reportera Natasha Stoynoff escribió de un incidente de 2005 que afirma que ocurrió cuando viajó a Mar-a-Lago para escribir un artículo sobre el primer aniversario nupcial de Donald y Melania Trump.
Stoynoff escribió que mientras Donald Trump le daba un recorrido de la mansión, quiso enseñarle una habitación que describió como 'tremenda'.
'Entramos solos a la habitación y Trump cerró la puerta', escribió Stoynoff. 'Me volteé y en cuestión de segundos ya me tenía contra la pared y queriendo meterme la lengua en la garganta.
En respuesta al reporte del Times, una asesora de Clinton acusó a Trump de mentir cuando dijo que no había manoseado o besado a mujeres sin su consentimiento.
La historia del Times 'tristemente encaja en todo lo que sabemos de la manera como Donald Trump ha tratado a las mujeres' y demuestra que el 'repugnante comportamiento' del que se jacta en el video de 2005 'va más allá de las palabras', dijo la directora de comunicaciones, Jennifer Palmieri, en un comunicado.