El gobierno conservador de Michel Temer lanzó este miércoles una serie de medidas de austeridad con la intención de recuperar la confianza de los inversores, pero el despegue se anuncia lento: el Banco Central estima que el PIB de la mayor economía latinoamericana crecerá 0.8% este año; el mercado prevé 0.5% y el FMI apenas 0.2%.
El Banco Central redujo además las elevadas tasas de interés adoptadas para combatir la inflación pero que inhiben la inversión y el consumo.
Esto en lugar de mejorar la situación vino a provocar protestas en Río de Janeiro donde pobladores estallaron en una jornada violenta contra las medidas austeras.
Las medidas 'todavía no han surtido efecto' y el empleo 'es la última variable en la que se experimentará una mejora', afirma Alex Agostini, economista jefe de la consultora Austin Rating.
Ello se debe, explica, a que las medidas tienden ante todo a mejorar la productividad, con lo cual 'quienes tienen trabajo deberán trabajar más', antes de que las empresas vuelvan a contratar.
Por eso, prevé que la tasa de desempleo llegue 'a un 13% hacia mayo' antes de empezar a reducirse, para cerrar el año en torno a un 12,5%.
¿'Gratas sorpresas'?
Una mejora de los indicadores de confianza en la industria y en los servicios sorprendieron al gobierno este mes. Según Agostini, queda por ver 'si esa grata sorpresa es consistente o momentánea'.
Como para enfriar cualquier entusiasmo anticipado, la Confederación Nacional de Industria (CNI) anunció el martes que la utilización de la capacidad instalada de la industria brasileña cayó a fines de 2016 a un 76%, su menor nivel desde 2003.
En las estadísticas de empleo, entre el tercer y el cuarto trimestre de 2016 hubo un aumento del número de contrataciones en los ramos 'comercio y reparación de automóviles' (+3.3%) y 'transporte, almacenamiento y correos' (+3.1%).
Pero en los sectores de administración pública, defensa, educación, salud y servicios sociales siguieron contrayéndose (-1,3) y en los demás se mantuvieron estables.
El desempleo en Brasil alcanzó un nivel récord en 2016 y puede seguir aumentando hasta mediados de año, en espera de que la reducción de las tasas de interés y otras medidas promercado reviertan la tendencia de un país sumido en la recesión.