Corea del Norte aseguró este martes haber disparado con éxito un misil balístico intercontinental (ICBM), lo que representaría una nueva etapa crucial para alcanzar el objetivo de tener a su alcance el territorio de Estados Unidos.
Expertos estadounidenses estimaron que el proyectil podría alcanzar Alaska.
El ensayo provocó una fuerte reacción del presidente estadounidense Donald Trump que pidió a Pekín, principal aliado de Pyongyang, 'acabar con esta tontería de una vez por todas'.
China por su parte defendió los 'esfuerzos incesantes' para resolver el problema nuclear norcoreano, y llamó a todas las partes a la 'contención'.
Pyongyang, que realizó cinco ensayos nucleares y dispone de un pequeño arsenal atómico, busca dotarse con misiles intercontinentales (ICBM) para alcanzar el territorio estadounidense, frente a lo que define como amenaza de una invasión de los 28.000 soldados que tiene desplegados Estados Unidos en Corea del Sur.
Si Pyongyang logra efectivamente dotarse de misiles balísticos intercontinentales la evaluación del riesgo que plantea el régimen cambiaría radicalmente.
El lanzamiento 'histórico' del misil Hwasong-14 fue supervisado por el líder Kim Jong-Un, según un boletín informativo especial de la televisión estatal norcoreana.
Corea del Norte es 'una potencia nuclear fuerte' dotada de un 'muy poderoso ICBM que puede alcanzar cualquier lugar del mundo', aseguró la televisión estatal norcoreana. 'El ensayo exitoso de un ICBM (...) es un avance mayor en la historia de nuestra república', agregó.
El misil subió hasta una altitud de 2.802 km y sobrevoló una distancia de 933 km, precisó.
'¿Nade mejor que hacer?'
Los analistas dudan de la capacidad de Pyongyang para miniaturizar una cabeza nuclear para armarla en un misil así como de su capacidad para controlar la tecnología de regreso a la atmósfera necesaria para un misil intercontinental.
Pero todos los expertos concuerdan en los avances notables de los programas balístico y nuclear de uno de los países más aislados del mundo, desde la llegada de Kim al poder en 2011.
Este lanzamiento, detectado por la mañana por las fuerzas surcoreanas, japonesas y estadounidenses, provocó una fuerte respuesta de Donald Trump. '¿Acaso este tipo no tiene nada mejor que hacer con su vida?', escribió en tuit en alusión al líder norcoreano Kim Jong-Un.
'Es difícil creer que Corea del Sur y Japón vayan a soportar esto por mucho más tiempo', agregó.
La ONU impuso varias tandas de sanciones a Corea del Norte por sus programas armamentísticos.
El 'misil balístico no identificado' fue lanzado desde un sitio cercano a Banghyon, en la provincia de Phyongan Norte, fronteriza de China, indicó el Estado Mayor Conjunto surcoreano en un comunicado. El proyectil cayó en el mar Oriental, como los coreanos llaman al mar de Japón.
El ejército estadounidense afirmó que se trataba de un proyectil de alcance intermedio y que voló durante 37 minutos, una duración bastante larga.
Las Fuerzas Armadas rusas también concluyeron que se trató de un misil balístico de mediano alcance.
El ministerio de Defensa japonés estimó en cambio que el misil alcanzó una altitud 'que excede ampliamente los 2.500 km', para luego caer en la zona económica exclusiva japonesa.
'¡Es un ICBM!'
'¡Ya está! Es un ICBM. Un ICBM puede llegar hasta Anchorage, no a San Francisco, pero igual', declaró en Twitter Jeffrey Lewis, investigador del Instituto Middlebury de estudios internacionales, cuya sede está en California.
David Wright, científico miembro de la asociación Union of Concerned Scientists, estimó sobre la base de los datos disponibles que el proyectil efectuó potencialmente una trayectoria 'muy curvada' y que 'podría alcanzar como máximo unos 6.700 km con una trayectoria estándar'.
'Este rango no es suficiente para alcanzar los 48 Estados (situados al sur de Canadá) o las islas más grandes de Hawai, pero sería suficiente para alcanzar Alaska', agregó.
'Este disparo muestra claramente que la amenaza aumentó', declaró por su parte a los periodistas el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón se reunirán esta semana al margen del G20, agregó: 'Aliento también al presidente (chino) Xi Jinping y al presidente (ruso Vladimir) Putin a tomar más medidas constructivas', continuó.
El presidente surcoreano, Moon Jae-In, que defiende una política de sanciones hacia Corea del Norte combinada a esfuerzos para que Pyongyang regrese a la mesa de negociaciones, advirtió al Norte que hay una 'línea roja' a no franquear.
'Espero que Corea del Norte no llegue al punto de no retorno', dijo.