Al menos 300 centros de voto para el referéndum de autodeterminación prohibido en Cataluña fueron clausurados este domingo por las fuerzas de seguridad, según el gobierno catalán, mientras en otros lugares se votó a veces en medio de la improvisación, comprobaron periodistas de la AFP.
El ejecutivo regional catalán anunció este domingo por la tarde que 319 centros habían sido cerrados por la policía. El ministerio del Interior informaba por su parte de 92 cierres en toda Cataluña a las 17H00 locales (15H00 GMT), tres horas antes del fin de la votación.
Según el gobierno independentista, la votación se desarrolló en numerosos centros de la región pese a la prohibición de la consulta por la justicia.
En un principio, había previsto unos 2,300, pero se ignoraba cuántos pudieron abrir realmente.
Largas colas se formaron a partir de las cinco de la madruga frente a todos los centros de votación que los periodistas de la AFP visitaron en las provincias de Barcelona y Girona.
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En la mayoría, la movilización fue masiva en un intento de impedir que los colegios fuesen cerrados cumpliendo la orden judicial y las personas votaron en un ambiente de calma.
En Girona, a 50 metros de un gimnasio donde el presidente Carles Puigdemont no pudo votar porque la policía había confiscado las urnas por la fuerza, una asociación de vecinos en el pueblo de Sarrià de Ter tenía una urna donde numerosas personas votaban tras verificación en una lista electoral impresa.
El ejecutivo catalán anunció en el último minuto el domingo por la mañana la creación de un sistema de censo universal que permitía votar en cualquiera de los centros abiertos.
También aceptó que ciertos electores votasen sin sobre, con simples papeletas impresas en su casa, incrementado el riesgo de irregularidades. En Barcelona, en la escuela Reina Violant del barrio de Gracia, la aplicación informática para consultar el censo electoral no funcionó durante varias horas.
Aquí también los electores traían sus papeletas impresas desde casa y las introducían en la urna sin sobre. En un tercer centro de voto barcelonés, se pudo constatar la misma situación y que los miembros de las mesas olvidaban de inscribir sus datos en las listas.
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'Al principio nos ha costado entrar, se ha colgado el sistema (informático), lo hemos tenido que reiniciar', explicaba a la AFP Oriol Giner, de 42 años, que aceptó ser miembro de mesa en un centro de Barcelona, la escuela jesuita Infante Jesús.
Según él, unas tres mil personas habían votado hacia la media jornada. España vive desde principios del mes de septiembre uno de los mayores desafíos políticos registrados desde hace 40 años, en relación con la organización de este referéndum que Madrid prometió impedir por considerarlo contrario a la Constitución.
El domingo y pese a las amenazas de sanciones, los independentistas no renunciaron a su proyecto, provocando la intervención de la policía que en algunos casos cargó contra manifestantes concentrados frente a los colegios electorales para impedir su cierre.