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Ciudad Prohibida y ópera para Donald Trump y su esposa Melania en Pekín

El recibimiento de Xi al matrimonio Trump es poco habitual en visitas de Estado en China

08.11.2017

Pekín, China
China reservó este miércoles una acogida fastuosa al presidente estadounidense Donald Trump para su primera visita al país asiático, donde pudo disfrutar de un té en la Ciudad Prohibida en Pekín y asistir a una ópera tradicional.

El dirigente y su esposa Melania salieron del avión presidencial a media tarde, ambos vestidos con abrigos largos a su llegada a la capital china, donde la temperatura apenas superaba los 10 ºC.

Tras bajar la pasarela cubierta con una alfombra roja, la pareja presidencial fue recibida por numerosos niños que agitaban banderas de Estados Unidos y de China.

Luego se dirigieron a la Ciudad Prohibida, la antigua residencia de los emperadores, con una superficie de 720.000 metros cuadrados, donde tomaron un té en compañía del presidente chino Xi Jinping y de su esposa, la cantante Peng Liyuan.

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Trump aprovechó la ocasión para sacar una tableta y enseñarle orgullosamente a la pareja china un vídeo de su nieta de seis años en el que esta cantaba en mandarín y recitaba un poema antiguo, según la agencia de prensa Xinhua.

Xi Jinping saludó la actuación de Arabella Kushner, hija de Ivanka Trump y de Jared Kushner, y dijo que se merecía un 'A+'.

Las dos parejas subieron luego, sonrientes y calladas, los escalones de piedra que llevan a una monumental puerta de la Ciudad Prohibida, mientras el sol poniente se reflejaba en el oro de los pabellones adyacentes.

Trump pudo asistir luego a un espectáculo de ópera y acrobacias, con trajes coloridos, plumas de pavo real y un lanzamiento de confetis y de pétalos, que hicieron reír al presidente estadounidense.

'¡Bienvenido a China! Le quiero', entonaron los niños al final de la representación, antes de que el presidente posara con ellos para una foto.

'Pasamos un momento excelente, gracias', aseguró el mandatario a la prensa.

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La jornada del jueves tal vez sea menos agradable para Trump, que abordará con Xi varias cuestiones delicadas: el programa nuclear de Corea del Norte, de la que China sigue siendo aliada, y el enorme déficit comercial de Estados Unidos respecto al país asiático.