Washington, Estados Unidos
A pesar de sus pesares, Venezuela es un actor importante en Estados Unidos donde Citgo, filial de la petrolera nacional PDVSA, posee sus propias refinerías y oleoductos.
PDVSA adquirió el 50% de la acciones de Citgo en 1986 a Southland Corp, que ahora es conocida como la cadena de tiendas 7-Eleven. El resto del paquete accionario lo compró en 1990, ocho años antes de que Hugo Chávez fuese elegido presidente de Venezuela.
Citgo fue fundada en 1910 con el nombre de Cities Service, y posee tres refinerías de petróleo en los estados de Texas, Luisiana e Illinois.
Esas tres plantas tienen una capacidad acumulada de 750.000 barriles por día; lo que equivale a casi 4% de la capacidad total de refinado de Estados Unidos. En total, las tres plantas emplean unas 4.000 personas.
Citgo también posee tres oleoductos y tiene acciones de otros tres. Es propietaria de 48 terminales petroleros y actúa mediante las 5.600 estaciones gasolineras en todo el país que funcionan mediante un sistema de franquicia.
En 2015, PDVSA trató de vender Citgo pero no logró hallar un comprador.
El segmento de refinado es un componente importante de la actual crisis en PDVSA ya que en un esfuerzo de reestructuración de su deuda en 2016 ofreció 50,1% de las acciones de Citgo como garantías en caso de un default. Esa garantía incomoda a Estados Unidos.
Legisladores estadounidenses ya han presionado al presidente Donald Trump para que tome precauciones para evitar que la petrolera rusa Rosneft tome control de los activos de Citgo en caso de un default de P DVSA, ya que Rosneft posee una parte importante de las deudas de la compañía.
Citgo incluso donó 500.000 dólares a la ceremonia de investidura de Trump, en enero de este año, y de esa forma la empresa fue responsable por uno de los 20 mayores aportes, de acuerdo con documentos oficiales de la campaña electoral.
Otras empresas que donaron ese volumen de dinero fueron Microsoft, el banco JP Morgan y los gigantes petroleros Exxon y Chevron.
A pesar de sus pesares, Venezuela es un actor importante en Estados Unidos donde Citgo, filial de la petrolera nacional PDVSA, posee sus propias refinerías y oleoductos.
PDVSA adquirió el 50% de la acciones de Citgo en 1986 a Southland Corp, que ahora es conocida como la cadena de tiendas 7-Eleven. El resto del paquete accionario lo compró en 1990, ocho años antes de que Hugo Chávez fuese elegido presidente de Venezuela.
Citgo fue fundada en 1910 con el nombre de Cities Service, y posee tres refinerías de petróleo en los estados de Texas, Luisiana e Illinois.
Esas tres plantas tienen una capacidad acumulada de 750.000 barriles por día; lo que equivale a casi 4% de la capacidad total de refinado de Estados Unidos. En total, las tres plantas emplean unas 4.000 personas.
Citgo también posee tres oleoductos y tiene acciones de otros tres. Es propietaria de 48 terminales petroleros y actúa mediante las 5.600 estaciones gasolineras en todo el país que funcionan mediante un sistema de franquicia.
En 2015, PDVSA trató de vender Citgo pero no logró hallar un comprador.
El segmento de refinado es un componente importante de la actual crisis en PDVSA ya que en un esfuerzo de reestructuración de su deuda en 2016 ofreció 50,1% de las acciones de Citgo como garantías en caso de un default. Esa garantía incomoda a Estados Unidos.
Legisladores estadounidenses ya han presionado al presidente Donald Trump para que tome precauciones para evitar que la petrolera rusa Rosneft tome control de los activos de Citgo en caso de un default de P DVSA, ya que Rosneft posee una parte importante de las deudas de la compañía.
Citgo incluso donó 500.000 dólares a la ceremonia de investidura de Trump, en enero de este año, y de esa forma la empresa fue responsable por uno de los 20 mayores aportes, de acuerdo con documentos oficiales de la campaña electoral.
Otras empresas que donaron ese volumen de dinero fueron Microsoft, el banco JP Morgan y los gigantes petroleros Exxon y Chevron.
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