La angustiosa búsqueda del submarino argentino perdido en el Atlántico desde hace seis días, se reforzó este martes con una mejora de las adversa s condiciones climáticas que dificultaban la tarea de buques y aeronaves, con fuerte ayuda internacional.
Tras haberse ilusionado con dos indicios que resultaron negativos en los últimos días, la incertidumbre se fue transformando en angustia para los familiares de los 44 tripulantes del 'ARA San Juan'.
El submarino zarpó hace nueve días de Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, y era esperado el domingo pasado en Mar del Plata, 400 kilómetros al sur, su apostadero habitual.
Las previsiones meteorológicas indican que este martes comienza a calmar el fuerte viento del sudeste que sopló en los últimos días sobre el Atlántico en medio de un fuerte temporal que provocó olas de cinco y seis metros, que hacía casi imposible la tarea de búsqueda en la superficie del mar.
Fueron permanentes las exploraciones aéreas, mientras los buques en la zona debían capear el temporal, en el marco de un operativo de búsqueda en el que colaboran nueve países.
Un ruido desde el fondo del mar, que había sido registrado el martes por buques argentinos, generó ilusión por algunas horas pero finalmente se desechó que proviniera del submarino
Un día antes habían sido la noticia, luego descartada, de siete llamadas satelitales cortas y de baja señal la que por varias horas había encendido una luz de esperanza sobre la suerte de los tripulantes, entre ellos la primera oficial submarinista de Sudamérica.
'Empieza a brillar una lucecita y luego se apaga', expresó María Morales, madre de Luis, uno de los tripulantes, al llegar este martes a la Base Naval de Mar del Plata, epicentro de la espera de los familiares.
La Armada (Marina de Guerra) reveló el martes que el 'San Juan' había reportado una avería en las baterías, sin alerta, antes de su última comunicación el miércoles pasado a las 10:30 AM, cuando navegaba por el Golfo San Jorge, a 450 kilómetros de la costa argentina.