Nepal ha establecido nuevas reglas para persuadir a los escaladores a limpiar sus desechos en el Monte Everest, con la esperanza de despejar las toneladas de basura que se han ido acumulando camino del monte más alto del mundo.
A partir de la primavera, las autoridades nepalesas en el campamento base del Everest controlarán que cada escalador que descienda de la montaña cargue aproximadamente 8 kilogramos (18 libras) de basura, la cantidad que el gobierno calcula que va descartando un montañista agotado a lo largo de la ruta.
'No pedimos a los escaladores que busquen y recojan la basura que han dejado otros', aclaró Maddhu Sudan Burlakoti, director del departamento de montañismo en el ministerio de turismo. 'Solo deseamos que traigan de vuelta lo que llevaron'.
El objetivo es asegurarse de que no se acumule más basura en el Everest, que ha merecido el mote de 'vaciadero de basura más alto del mundo' debido a la tonelada de papeles de envoltorio, carpas desgarradas y tubos de oxígeno vacíos que ensucian la montaña.
Desde hace tiempo el gobierno pide a los montañistas que limpien su basura, pero no había ningún mecanismo para controlar lo que traían a su descenso. Y rara vez se cumplían las amenazas de retener los 4,000 dólares del depósito de ascenso para los equipos que dejaran basura.
El gobierno no dijo qué medida tomará con los escaladores que desciendan sin sus 8 kilos de basura.
Unas 230,000 personas —casi la mitad de todos los visitantes extranjeros en Nepal— vinieron el año pasado específicamente para escalar los Himalaya, y de ellos 810 intentaron trepar el Everest.
Más de 4,000 montañistas han llegado a la cumbre de 8,850 metros (29,035 pies) desde 1953, cuando fue conquistada por primera vez por el neocelandés Edmund Hillary y su guía sherpa Tenzing Norgay. Cientos de personas han muerto en el intento y muchos lo lograron con la ayuda de tanques de oxígeno, portaequipajes y guías sherpas.
Las autoridades nepalesas nunca han tenido demasiado control sobre lo que ocurre a gran altura y en regiones remotas.
En cambio, las compañías privadas de montañismo organizan la logística y reportan cualquier problema. También se encargan de limpiar la basura con expediciones anuales para recoger todos los desechos que hayan quedado de la temporada anterior.
'No hay modo de calcular cuánta basura queda en el Everest', dijo Dawa Steven Sherpa, que ha dirigido expediciones al Everest desde 2008 y que planea este año conducir a unos 30 escaladores extranjeros y 45 nepaleses. 'Es imposible saber lo que ha quedado sepultado bajo el hielo'.
De todos modos los sherpas y los ambientalistas elogiaron la decisión.