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Padres del niño arrastrado por caimán en Florida rompen el silencio

La autopsia mostró que el chico murió de ahogamiento y lesiones traumáticas

17.06.2016

Florida, Estados Unidos
Matt y Melissa Graves están atravesando uno de los momentos más terribles de su vida luego que su hijo de dos años fuera arrastrado por un cocodrilo durante una vacaciones en un parque de Disney.

La pareja dio a conocer a través de un comunicado que agradecen a todas las personas que pedían a Dios por encontrar al niño vivo además de la ayuda y apoyó que han recibido en este trágico momento.

'Las palabras no pueden describir el impacto y el dolor que nuestra familia está experimentando por la muerte de nuestro hijo' relata el papel.

'Estamos devastados y pedimos privacidad durante este tiempo de dificultad extremo. Para todas las autoridades locales y el staff que trabajó sin descanso las últimas 24 horas, expresamos nuestro más profundo agradecimiento', concluyó el comunicado.

El pequeño Lane Graves viajó con su familia procedente del estado de Nebraska al parque ubicado en Orlando en el Estado de la Florida.

Mientras disfrutaban la velada la noche del martes en la orilla de un lago artificial del exclusivo Grand Floridian Resort and Spa de Disney, un caimán emergió del lago y atrapó al niño de dos años de edad. Su padre luchó con el animal pero no logró detenerlo.

Horas después el cuerpo del menor fue encontrado tras una intensa búsqueda.

La autopsia mostró que el chico murió de ahogamiento y lesiones traumáticas, según el forense en Orlando.

La compañía ha informado que colocará advertencias sobre caimanes. De momento no ha sido anunciada una fecha para que eso ocurra y las playas del centro turístico permanecen cerradas.

Un comunicado de la vocera de Disney Jacquee Wahler señaló que la compañía también realiza un 'pronta y profunda revisión de todos nuestros procesos y protocolos'.

Aunque existe la regla no escrita de que los residentes de Florida alejen a niños pequeños de estanques y lagos en un estado con una población de caimanes estimada en más de un millón, muchos visitantes de otros estados no están conscientes de la amenaza que representan.

Kadie Whalen, de Wynnewood, Pennsylvania, dijo que sus tres hijos pequeños y una sobrina estaban jugando en una playa a la orilla del agua hace cuatro años cuando los ojos brillantes de un caimán de unos 2,10 metros aparecieron en un lago a poca distancia. Ella gritó y todos los presentes se dispersaron.