Lo ha sido sin duda el anuncio de que Honduras reanudará la exportación de camarón fresco al mercado mexicano. El cierre de mercados importantes para este producto, como los de México y Taiwán, tenía a la industria al borde de la quiebra. México cerró sus mercados al producto hondureño aduciendo que desde el territorio nacional se estaba triangulando ventas desde Ecuador.
La situación fue tan crítica que la Asociación Nacional de Acuicultores de Honduras (Andah), en Choluteca, aseguró a periodistas de EL HERALDO que visitaron la zona hace unos días, que al menos 250 fincas de grandes, medianos y pequeños productores habían detenido la producción. Miles de trabajadores se quedaron sin empleo y sin mayores opciones debido a que esta actividad es una de las principales generadoras de empleo en la región sur del país.
Estimaron que solo en el primer trimestre del año 2024 se perdieron unos 20 millones de dólares (al menos 490 millones de lempiras) en divisas: 16 millones que se han dejado de exportar al mercado de Taiwán y cuatro millones hacia el mercado mexicano. Este proceso deja lecciones aprendidas, y por aprender, y una de ellas, quizá la más importante, que las gestiones ante problemas de esta magnitud se resuelven con la participación activa de autoridades y productores.
Esa labor conjunta ha concluido, al menos por ahora, con la buena noticia de la reapertura del mercado mexicano, tras pláticas al más alto nivel entre las autoridades de ambos países y la conformación de comisiones técnicas que certificaron que Honduras produce su camarón y cumple con todos los requerimientos para ser comercializados en el mercado azteca.
El camino por recorrer sigue siendo largo y se deberá trabajar para asegurar que las exportaciones del producto respetan todas las garantías solicitadas, buscar nuevos mercados y asegurar con ello el crecimiento de una industria que crea empleos y dinamiza la economía nacional