Emec Cherenfant nació con dos corazones y, aun así, dicen que le hace falta un tercero para almacenar en su pecho la buena voluntad, el amor y la solidaridad con la que se entrega por los pacientes más desposeídos y que más necesitan de la cirugía plástica reconstructiva. Otros lo llaman ángel.
Él mismo se define como un hombre común y corriente al que Dios le ha dado la oportunidad de servir a sus semejantes de la misma forma en que lo ordenó el Señor Jesucristo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Hasta hoy, esa ha sido la filosofía de vida de uno de los personajes más populares, queridos y admirados de Honduras, Emec Cherenfant, el Doctor 5-04, un indiscutible líder de nuestro tiempo.
Hablemos de Emec Cherenfant, el hombre.
Es un hombre común, sencillo, que tiene sentimientos comunes y que desea servir y ayudar, sobre todo, a los pacientes más pobres que necesitan con urgencia de una cirugía plástica.
¿De dónde nacen estos sentimientos de solidaridad de Emec Cherenfant?
Lo bueno y lo malo se aprende en el hogar. Mi padre, Joseph Michelet Cherenfant, no se cansó nunca de ayudar al necesitado.
Siempre daba, siempre su mano amiga estaba extendida para socorrer, a pesar que mi madre Elmyre Laurent protestaba porque a veces daba hasta lo que necesitábamos en casa.
Decía que lo que no necesitábamos nosotros le servía a alguien más. Así era mi padre, y él me enseñó que hay más alegría en dar que en recibir, porque Dios bendice infinitamente al dador alegre y sincero.
¿Por qué estudiar cirugía plástica?
En realidad, soy médico por accidente. Siempre quise ser músico, un artista. La música es mi verdadera pasión, y como tenía que vivir de algo, lo más cercano al arte dentro de la medicina es la cirugía plástica.
La cirugía plástica transforma, cambia, embellece, hace personas felices; la cirugía plástica moldea el cuerpo humano, lo esculpe, lo mejora y, ¿por qué no decirlo?, lo perfecciona. Y el arte es igual. Por eso me hice cirujano plástico.
Entonces, podemos decir que la cirugía plástica le ha dejado muchas satisfacciones.
¡Infinitas! Y todas se resumen a la alegría del paciente que sale del hospital sin la malformación, sin el tumor que atormentaba su vida, sin la cicatriz horrorosa que lo acomplejaba, sin el delantal abdominal, ese abdomen exagerado que restaba calidad a su existencia…
Esa es, en esencia, la satisfacción, el mejor pago que he podido recibir a lo largo de mi carrera.
Usted ha ayudado a muchos pacientes pobres que no pueden pagar sus servicios, gente que le paga solo con una sonrisa y una frase de agradecimiento; entonces, ¿es caro ser altruista, es costoso ser solidario?
(sonríe) Dios es el que paga.
¿Qué sería lo más doloroso en el ejercicio de su profesión como cirujano plástico?
La muerte de un paciente. Es algo que no se espera, que no se desea… Es algo que hace pedazos el corazón…
¿Emec Cherenfant es un hombre sensible? ¿Ha llorado alguna vez Emec Cherenfant?
Sí, soy un hombre sensible, y he llorado muchas veces… He llorado por muchos pacientes. Cuando tus esfuerzos no producen los resultados esperados, duele; duele no ver curado por completo a un paciente, sobre todo al pobre, al que no tiene dinero para seguir un tratamiento largo y costoso.
Duele, por ejemplo, ver a don German con cirrosis hepática, a pesar que le reparamos una hernia abdominal gigantesca que lo atormentó por años, pero no podemos ir más allá para prolongarle la vida…, y eso entristece mucho…
A pesar de esto, ¿es feliz Emec Cherenfant?
Muy feliz. Tengo muchas razones para serlo. Edinora Brooks, mi esposa bella, paciente, sabia y tolerante que me ha acompañado veinticinco años de mi vida, que me dio dos hijas preciosas, Lyanne y Elaine, que me ayudó a salir adelante, que se convierte en mi cómplice, en mi enfermera, en mi amiga, en mi madre… Y, luego está mi profesión, mi carrera, mis amigos, mis pacientes… Sí, soy feliz.
Hablemos de Honduras. En su opinión, ¿cuál es la mayor necesidad de nuestro país en este momento?
Como médico diría que lo que más necesita nuestra Honduras es salud, salud de calidad, medicina especializada, que llegue a todos los rincones del país y que esté al alcance de todos, desde el más rico hasta el más pobre… Si hay salud se trabaja mejor y si se trabaja mejor, se prospera…
¿Cuál es el mayor anhelo de Emec Cherenfant?
Poner la cirugía plástica al alcance popular, al servicio de quien no puede pagarla… pero que la necesita con urgencia. Ese es mi sueño.
¿Qué tan necesaria es la cirugía plástica en Honduras en este momento?
Se tiene la idea de que la cirugía plástica es cosmética y que está al servicio solo de los ricos o de quienes pueden pagarla para verse mejor… Esa es una idea equivocada…
En Honduras hay personas de todas las edades que viven con una malformación congénita, con una cicatriz deformante, con un tumor, con hernias, niños y niñas con las piernas atrofiadas y que no pueden caminar, cánceres horribles, ¡en fin!, personas que necesitan con urgencia de la cirugía plástica pero que no pueden pagar un cirujano plástico…
Y son miles… Así es de necesaria la cirugía plástica en Honduras…
Hablemos del Doctor 5-04. ¿Qué representa?
Es un personaje de la vida real en la medicina de Honduras. 5-04 es el Código de Área de nuestro país; es Honduras en el mundo de las telecomunicaciones, por lo tanto, Doctor 5-04 es Honduras en la Cirugía Plástica.
Hablemos del Emec Cherenfant político. ¿Por qué incursionar en política?
Como dijo el poeta: “Cuando la patria es pequeña, uno grande la sueña”. Creo que la política debe estar al servicio del pueblo, que los políticos deben servir a su país y a sus compatriotas y que la política debe ser como la cirugía plástica: una ciencia que cambia, transforma, moldea, esculpe, mejora y perfecciona la vida del ser humano y de la sociedad… La política en democracia debe ser el primer gran paso en el bienestar de las mayorías…
Por eso me gusta la política…
En una encuesta reciente sobre los personajes más queridos de Honduras, Emec Cherenfant fue escogido entre dos de las mujeres más populares y más bondadosas del país: Mary Flakes de Flores y Sor María Rosa. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Le doy gracias a Dios.
¿Es religioso Emec Cherenfant?
Nací en un hogar cristiano. Mi padre era misionero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y era un hombre bueno. Desde niño soy adventista.
¿Basta la religión para adorar a Dios?
¡No; claro que no! La fe hay que acompañarla con obras, y opino que las mejores obras son las que hacemos desinteresadamente por nuestros semejantes más necesitados. Es la acción del buen samaritano que hace el bien sin mirar a quien.
Así debemos ser los seres humanos. Esto agrada a Dios.
Aparte de la música, ¿tiene alguna otra pasión artística Emec Cherenfant?
Me gusta la pintura. Tengo la segunda colección privada de pintura más grande del país. Es una pasión irresistible, y la colecciono para regalársela un día a Honduras.
¿Le gusta la poesía a Emec Cherenfant?
Me fascina… De hecho, he escrito poesía…, en francés, pero con un amigo vamos a traducirlas al español y publicaremos una colección… Me gusta.
¿Un libro favorito?
Después de la Biblia y del Libro de Job, mi favorito es “Los miserables”, de Víctor Hugo… Creo que es el mejor libro que se ha escrito en todos los tiempos. Son mil libros en un solo libro.
Hablemos de los pacientes de Emec Cherenfant. ¿Se ha encontrado con pacientes desagradecidos a lo largo de su carrera?
De todo hay en la viña del Señor, pero recordemos que el agradecimiento nace del corazón, no de lo que se recibe.
Emec Cherenfant no tiene pacientes desagradecidos, y el Doctor 5-04 no los recuerda.
En nuestra misión en la vida hagamos por los demás lo que nos gustaría que los demás hagan por nosotros en los momentos de mayor necesidad… Y digamos como dijo Jesucristo: Pater, dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt, (“Perdónalos porque no saben lo que hacen”).
¿Hasta donde llegará Emec Cherenfant en su misión de servir a sus semejantes?
Quisiera vivir mil años, tener mil vidas y servir y ayudar al mayor número de personas posible, pero llegaré hasta donde Dios lo permita.
¿Cómo define Emec Cherenfant su trabajo a favor de los pobres que no pueden pagar una cirugía plástica?
Es un sacerdocio, es un apostolado; es una cruzada misionera… Es hacer parte del trabajo de Dios sobre la Tierra…
¡A mi papá le hubiera gustado que hiciera esto! (Se le ruedan las lágrimas y la entrevista se detiene. Explica:) No estoy llorando; solo es que se me metió un recuerdo en los ojos.
¿Está solo en esta misión Emec Cherenfant?
¡No! Dios está con nosotros y nos acompaña un maravilloso equipo médico quirúrgico en el que hay especialistas de todas las ramas de la medicina…, gente bondadosa, de buen corazón.
Un personaje al que admira Emec Cherenfant.
Mary Flakes de Flores, una mujer excepcional que lleva en el pecho un corazón de oro. La conocí cuando inicié mis estudios en la Facultad de Medicina.
La veía barrer, limpiar, bañar niños desnutridos, alimentar niños enfermos, y lo hacía todos los días, sinceramente.
¿Tiene algún mensaje para sus colegas y para sus compatriotas hondureños?
Para mis colegas de la medicina, que hagamos por nuestros semejantes que sufren, lo mismo que deseamos que hagan por nosotros en los momentos difíciles; para mis compatriotas hondureños, que amemos a Honduras, que luchemos por engrandecer al país y que nos esforcemos por heredarles a nuestros hijos y nietos una patria mejor, más próspera, en paz, con trabajo, con educación y salud de calidad, más digna y respetada.