La Comisión de Defensa trasladó esta madrugada a ocho reos más a la cárcel de El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara.
El nuevo traslado se realizó en total discreción en horas de la madrugada de este domingo.
La noticia fue confirmada por el mismo presidente Juan Orlando Hernández a través de un post en su cuenta de Twitter.
Hoy, se continúa traslado de criminales peligrosos para evitar sigan delinquiendo desde prisión. Sin privilegios, aislados en 'el pozo', dice el mensaje.
Más temprano, familiares de los reos trasladados se comunicaron con medios nacionales para informar que sus parientes estaban siendo llevados a El Pozo en dos helicópteros, poco después el mandatario confirmó la veracidad de los hechos.
Los presidiarios fueron llevados al Segundo Batallón de Infantería en Tegucigalpa de donde partieron al municipio de Ilama, Santa Bárbara.
Con el traslado de estos ocho nuevos reclusos, considerados de alta peligrosidad, ya suman 45 los residentes de la cárcel de máxima seguridad de El Pozo, luego que el pasado 21 de septiembre fueron trasladados 37 reclusos.
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Al parecer estos ocho reclusos estarían detrás de la muerte del subdirector de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto (PNMAS) en Támara, teniente Jorge Alberto Regalado quien fue asesinado mientras esperaba transporte en inmediaciones del centro penal.
Vistiendo trajes de color naranja los reclusos llegaron a temprana hora a El Pozo, la cárcel con capacidad para 80 reclusos que actualmente ya sobrepasa el 50 por ciento de su capacidad con los 45 reos que la habitan.
Los trasladados fueron identificados como José Luis Soto Sierra (Scarfa); Erick Joel Aguilar Izaguirre (Sonic); Héctor Mauricio Reyes Sánchez (Cholo); Darwin Agustín Pavón Martínez (Darwin); Edwin Nahun Oliva Mejía (Shack).
También Darguin Javier Bejarano (Tyson); Glen Joel Ventura Hernández (Glen ó Pantera); y Walter Alexander Amador Perdomo (Demente).
+Así fue el traslado de ocho reclusos más a El Pozo
El experto siquiatra, Javier Ucles, confió en entrevista a EL HERALDO, semanas atrás que el gobierno debía manejar esos traslados de manera discreta para evitar generar actos de rebeldía de los mismo sentenciados como de sus familiares.
Este cambio drástico de un centro penal donde tenían 'ciertas libertades' a pasar al confinamiento indudablemente tendrá una fuerte reacción, afirmó el experto al ser consultado por EL HERALDO.
Y esto no se limita a los reclusos, según el siquiatra, 'también de las familias de los reclusos se pueden esperar reacciones', situación que se vió reflejada esta semana, tras detener a varias personas que pretendían incendiar la cárcel.
