Morocelí, El Paraíso
Miles y miles de metros de serpentina, enormes muros de concreto con malla ciclón reforzada, cinco aduanas de revisión y más de 400 cámaras de vigilancia son parte de los dispositivos de seguridad que convierten a La Tolva en un cárcel más de máxima seguridad, según lo describe un boletín informativo enviado por Casa de Gobierno.
La Tolva es, ni más ni menos, el segundo pozo para los reos de alta peligrosidad que desde los viejos centros penales han seguido ordenando homicidios, extorsiones y secuestros.
Ubicada en Morocelí, departamento de El Paraíso, esta nueva cárcel ya está lista para recibir a 1,300 privados de libertad.
Actualmente, en el Pozo de Santa Bárbara, hay 66 reos de alta peligrosidad que permanecen en los dos módulos de máxima seguridad, sin derecho a visitas y con acceso a la luz solar solo una hora al día, menciona el circular gubernamental.
El documento detalla que: “La Tolva” o El Pozo 2 como se le conoce a este nuevo y moderno centro penitenciario, se encuentra a una hora de la ciudad capital y según los encargados de su construcción es casi una réplica de la cárcel en Santa Bárbara.
A lo largo de la carretera que conduce al oriente del país se levanta majestuosamente esa estructura de cemento gris, construida en una área de 16.5 manzanas y a un costo de 23 millones de dólares.
Lo primero que vislumbran las personas que transitan por esa zona son las cinco torres de vigilancia, con sus respectivos faroles.
Traslado de pandilleros
Más de 500 miembros de maras y pandillas fueron trasladados este martes por las autoridades hondureñas mediante la Operación Arpía III que se realizó en la Penitenciaría Nacional de Támara, ubicada en el valle de Amarateca, en el departamento de Francisco Morazán.
Las acciones se realizan cinco días después de que integrantes del Barrio 18 se escaparan tras pagar varios millones de lempiras en sobornos, según lo revelado por un fuente de el Ministerio Público.
En las afueras del centro penal familiares lloraban desconsolados por el traslado de sus parientes a “La Tolva” y le pedían al presidente Juan Orlando Hernández que les permitieran despedirse.
Los reclusos fueron trasladados a esa zona oriental del país bajo un fuerte resguardo militar que estuvo integrado por más de 3 mil agentes de seguridad, 245 vehículos terrestres y 5 aeronaves.
*Esta noticia fue publicada el 13/11/2016 y actualizada el 16/05/17
Máxima seguridad
De acuerdo con lo que describe dicho boletín, la Tolva tiene 24 edificios diseñados para albergar las oficinas administrativas, habitaciones para los agentes penitenciarios y ocho módulos carcelarios: cuatro para reos de media seguridad y cuatro de mínima seguridad.
Para poder ingresar a los módulos carcelarios, las visitas y los mismo empleados deben de seguir un estricto protocolo de seguridad, que consiste en atravesar cinco aduanas de revisión y un par más de inspección manual en cuartos especiales.
Una vez dentro, los reos y sus familiares o amigos comienzan a ser vigilados por más de 400 cámaras de seguridad.
En una sala de monitoreo, especialistas siguen desde los monitores cada movimiento.
Preparan la bienvenida
Unos 400 agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INP), adiestrados y certificados, se tomarán las instalaciones de este centro penitenciario y desde ese momento serán los encargados de hacer los preparativos para recibir a los primeros inquilinos.
Autoridades ordenaron que a este lugar se trasladen más reos que siguen manteniendo vínculos con redes criminales, ordenando desde el interior más hechos violentos que atentan contra la paz y la tranquilidad de los hondureños.
La orden del gobernante es que estos reos permanezcan aislados, un reo por celda, vistiendo overoles color naranja, con el pelo cortado al ras, sin derecho a visitas conyugales y sin objetos de valor.
En La Tolva cada celda está construida para albergar a dos reos. Las camas son de piedra pero se proporciona una colchoneta de seis pulgadas de espesor.
En el interior no hay más que un servicio, un lavabo y un espejo de aluminio pulido fijado a la pared.
Las luces permanecen apagadas y cada reo solo tendrá acceso a la luz solar una hora al día, en un patio de láminas traslucidas.
Meses atrás, los órganos de investigación advirtieron que “desde las principales cárceles se estaban girando órdenes de parte de los cabecillas de maras y pandillas que ejecutar acciones criminales”.
Otro infierno
A este centro penal llegarán además reos de media y baja seguridad, procedentes de otras cárceles con problemas de hacinamiento.
Al igual que El Pozo, en “La Tolva” ya no habrá pulperías ni venta de aguardiente ni trasiego de drogas.
De igual forma, se eliminan privilegios como aires acondicionados, duchas, televisores, equipos de sonido, camas King size, entre otros.
Cada celda de los módulos para reos comunes tiene capacidad para albergar nueve personas.
Las duchas están en una zona común y se han estipulados horarios para este menester.
Las llamadas telefónicas solo son posibles a través de cabinas especiales, en virtud de que se ha instalado un moderno sistema de bloqueo de señal celular.
Los reclusos que violenten las normas de seguridad del centro penal serán enviados por un determinado periodo de tiempo a una celda de castigo.
+ Ver aquí fotos de La Tolva
*Esta noticia fue publicada el 13/11/2016 y actualizada el 16/05/17