Honduras

Honduras: Querían abrir centros regionales olvidando las necesidades del campus

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08.05.2017

Tegucigalpa, Honduras
Instalaciones físicas en condiciones deplorables, construcción de dormitorios para los estudiantes sin presupuestarse la conexión a la tubería de aguas negras o la creación de lagunas de oxidación, son otra parte de los hallazgos que la Comisión Interventora encontró en la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), ubicada en Catacamas, Olancho.

Igualmente, encontró un total de 161 guardias de seguridad cuidando albergues externos y bienes de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI). 94 de los gendarmes presentaban contratos vencidos el 31 de diciembre de 2016.

Asimismo, de 24,642,688 lempiras que la UNA presupuestó que produciría en 2016 como ingresos propios en aplicación del plan de arbitrios y traslado de fondos de Casa Presidencial por becas, solo generó 8,455,303.13, de los cuales tres millones corresponden a transferencia de Casa Presidencial.

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Deterioro
Las instalaciones de la universidad se han ido descuidando, las aulas, la cocina, el comedor, las habitaciones de los estudiantes, la lavandería, las bodegas, no cumplen con las mínimas condiciones de higiene y salubridad.

Tras una inspección, el Cuerpo de Bomberos dio un plazo de 90 días a la institución, de los cuales ya pasaron más de 30, para que se arreglen las condiciones de sobrecarga en las instalaciones eléctricas, por existir gran riesgo de siniestro.

De la misma forma, la Regional Departamental de Salud realizó una serie de recomendaciones para prevenir el cierre institucional por insalubridad.

Estudiantes de la UNA regresando a sus clases en la UNA.

Estudiantes de la Universidad Nacional de Agricultura solicitaron la intervención de ese ente.

La UNA cuenta con un total de 38 espacios físicos utilizados actualmente como aulas, (con capacidad para ubicar 35 estudiantes por aula) dichos espacios cada vez se reducen debido a la instalación de oficinas en varios de ellos. De esas 38 aulas, solamente el 29% (11 aulas) están aptas para el proceso de enseñanza aprendizaje.

El 71% se encuentra en condiciones deplorables, ya que no tienen la iluminación y ventilación necesaria para brindar un ambiente adecuado al estudiantado, además, la ubicación de los salones no fue construida tomando en cuenta la ubicación del sol y ninguna tiene cortinas para retener la filtración de los rallos solares; sus pizarras están manchadas, carecen de instalaciones permanentes de equipo multimedia, no hay suficiente mobiliario para el número de estudiantes que asisten a clases, lo que fuerza a que muchos se sienten en el piso y las sillas existentes en su mayoría están muy dañadas.

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La UNA cuenta con 29 laboratorios (11 de las ciencias básicas y 18 de las ciencias especializadas) distribuidos y utilizados en común para las diferentes carreras. Siendo los de la carrera de Tecnología Alimentaria los mejor acondicionados, tanto en infraestructura como en equipo. Los demás tienen un factor en común, no tienen equipamiento, materiales, ni los reactivos necesarios o suficientes para el desarrollo de las prácticas educativas.

También es urgente que la universidad cuente con una plataforma tecnológica que le permita el manejo adecuado de su funcionamiento, tanto en lo académico, administrativo y productivo para considerarse como una institución de educación superior de calidad del siglo XXI.

Es importante mencionar que aunque la universidad no evidencia una capacidad suficiente para resolver las carencias con que cuenta en su campus de Catacamas, sus autoridades anteriores realizaron esfuerzos importantes para abrir centros regionales y más de 200 Escuelas de Campo en otras regiones del país.

Ello evidencia la ausencia de una visión estratégica de su futuro y falta de racionalidad en la priorización de sus proyectos, pues no es recomendable una expansión física de sus actividades cuando no es capaz de consolidar y fortalecer antes su principal base de operaciones en Catacamas.

La Junta Interventora de la Universidad Nacional de Agricultura fue nombrada por el Congreso.

Otra evidencia de la inadecuada o incompleta planeación se observa en la serie de proyectos que están en proceso de desarrollo en Catacamas, con financiamiento de organismos internacionales y donde se construyen dormitorios estudiantiles sin respetar los estándares arquitectónicos respectivos y que, estando próxima la fecha de finalización de las obras, se advierte que posiblemente no se puedan habitar a corto plazo, en vista de que no se presupuestó el pegue para la conexión de su tubería de aguas negras a algún sistema de desagüe, pues además, debió haberse presupuestado también la construcción de lagunas de oxidación. Tampoco se presupuestó la compra e instalaciones de transformadores de energía eléctrica para el alumbrado de los mismos.

Igualmente, en el caso del desarrollo del Sistema de Información para el área de Registro Académico y Secretaría General no se consideró la necesaria conexión con la Rectoría, Vicerrectoría Académica, Administración, Tesorería y Desarrollo Estudiantil y aunque se está intentando interconectar esas áreas, las pruebas de funcionamiento previa recepción de las obras no se pueden hacer, ya que se carece de una adecuada conectividad de Internet.

Personal
La universidad registra 801 empleados: 221 docentes, de ellos 166 son permanentes y 55 son temporales. Asimismo, posee 156 personas en el área administrativa: 119 permanentes y 37 temporales. Por otro lado, cuenta con 424 empleados como personal de servicio, 324 permanentes y 100 temporales.

Se incluyen cerca de 180 empleados para atender vigilancia y aseo de albergue externos para estudiantes, casas y fincas de la OABI, además de técnicos para las fincas OABI.

Según el informe, la relación entre el personal administrativo y docente es de 2.6 administrativos por cada docente, es decir que aproximadamente por cada docente hay tres empleados administrativos; lo cual invierte negativamente la relación de este indicador.

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Dos hechos importantes no planificados han influido negativamente en este indicador; y su correspondiente impacto de presupuesto y las implicaciones en el aumento de la deuda por alojamientos, seguridad, alimentación, personal temporal, incorporación de 2,000 nuevos estudiantes de primer ingreso en 2016, hacerse cargo de fincas, casas, vehículos (62 de los cuales 22 son OABI) y otros bienes confiscados por los cuales no se utilizan para ningún fin académico.

Es sorprendente conocer que además de ocasionar un incremento negativo en este indicador las autoridades hayan tomado medidas que afectan otros indicadores que determinan la calidad educativa, por ejemplo: contratar casas para hospedar estudiantes fuera de la UNA en condiciones inadecuadas de salubridad, seguridad y con el riesgo de factores externos de delincuencia; abusos a la dignidad humana y física. Se encontró asignación de personal administrativo (sin la formación académica) y docente para atender asignaturas, aulas y laboratorios no equipados, comedores para atender grandes cantidades de estudiantes, con una capacidad instalada para un máximo de 150 personas y con regímenes de alimentación no garantizados.

Recursos
El presupuesto asignado y aprobado por el Estado para el año 2016 fue de L 438,937,823 lempiras, de ellos se presupuestó que la universidad produciría L 24,642,688 de ingresos propios en aplicación del plan de arbitrios y traslado de fondos de casa presidencial por becas: el informe al 16 de febrero del 2017 revela que se generaron únicamente L 8,455,303.13 de ingresos propios de los cuales tres millones corresponden a transferencia de Casa Presidencial del primer período de 2016, no habiéndose recibido aún a la fecha 17 millones por transferencias de becas del segundo y tercer período académico de 2016.

En el análisis financiero y presupuestario de 2016 se refleja que la universidad presentaba deudas desde abril de ese año al 31 de diciembre por la suma de L 83,617,369, entre los que destacan 15.3 millones de sueldos, 12.4 millones de alimentos, 7.5 de alquileres, deudas de la OABI por un millón, energía eléctrica 2.4, materiales y suministros 3 millones, igual la suma de 37 millones de demanda para el pago del arancel del agrónomo, que finalmente se programó para el año 2017.

Se concluye que la universidad en 2016 incurrió en gastos (deuda) por L 35,816,812.99, sin respaldo presupuestario. Para 2017 se estableció un presupuesto aprobado por el Estado de L 451,469,185 estableciendo ingresos del tesoro nacional de L 369,485.455, recursos propios de L 32,142,688 (donde se incluyen 20 millones por becas Casa Presidencial) y L 49,841,082 por fuentes externas (BCI).

Un presupuesto destinado a L 391,101,653 millones de gastos corrientes donde se incluyen 37 millones por servicios de la deuda incurrida como producto de la demanda del pago de arancel de agrónomos y egresos de capital por L 60,367,532.

La evaluación hecha por las unidades administrativas y financieras, concluye que se requieren 54.7 millones adicionales para el 2017 de compromisos no presupuestados. Esto sin considerar 60 millones adicionales requeridos para poner en funcionamiento el Hospital Veterinario