Tegucigalpa, Honduras
Factores como la cohesión social y las relaciones entre personas e instituciones contribuyen a que en varios municipios del país haya una baja incidencia de homicidios.
A Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se le consultó por qué en algunos municipios de Honduras no se registran hechos delictivos, ante lo que considera que es porque “hay una buena cohesión social y buenas relaciones entre personas y las familias, lo que significa que las relaciones de convivencia ciudadana son buenas”.
A eso se suma que los municipios donde no se registran muertes violentas por homicidios “tienen una población menor a los diez mil habitantes y porque los gobiernos municipales tienen una muy buena relación con la población”.
En estos lugares los alcaldes o los gobiernos locales “están pendiente de sus problemas y apoyan para buscar soluciones de forma conjunta”.
Otro de los factores que contribuyen a ello, según Ayestas, es que “hay una interacción entre la sociedad, es decir que la población y las instituciones del Estado, como la escuela, el centro de salud... y los organismos de seguridad y operadores de justicia, tales como la Policía Nacional, jueces y fiscales”.
Convivencia
Eso se traduce en una relación de “convivencia pacifica” donde los diversos actores comparten y los gobiernos municipales están pendientes y la ciudadanía ha aprendido que todos son complementarios en las diversas actividades que se desarrollan.
“Hay una cohesión social y la gente se conoce con nombre y apellidos, se protegen entre ellos a tal grado que están viendo formas de control social y están viendo quienes son los que están llegando a su zona”, dijo Migdonia Ayestas.
En la actualidad el Observatorio de la Violencia hace un análisis en seis municipios del país que en los últimos cuatro años han presentado no más de dos muertes violentas.
Lo que se busca es construir un modelo de las características que allí se dan para poderlas replicar en otros municipios.
Es del criterio que “siempre se habla de los municipios más violentos y no de los que tienen una buena convivencia o que no hay muertes violentas”.
Considera que es importante es “ir más allá” y conocer que es lo que se hace para que un municipio sea más violento, donde se deben detallar aspectos como ser el robo de vehículos, tráfico de personas y de armas, entre otros.
Políticas de seguridad
En cuanto a las políticas de seguridad implementadas por las autoridades gubernamentales, considera que dan buenos resultados en aquellos municipios que son los más violentos, es decir, donde hay mayor incidencia, pues es allí donde se ejerce un mayor control por las autoridades.
Y es en esos municipios más violentos donde se habla de la presencia policial.
“En los municipios menos violentos no hay mucha presencia policial porque el trabajo de organización y empoderamiento es por parte de la sociedad y no hay tanta presencia policial sino que los operadores de justicia llegan a los sectores de mayor presencia de la criminalidad organizada”, aseguró Ayestas.
“Para el caso en el municipio de Potrerillos, El Paraíso, no hay policía en la cabecera municipal, sino que está en la carretera”, dijo.