Un médico hondureño aceptó este martes haber cometido una serie de abortos de manera clandestina en la capital de Honduras, tal y como lo había denunciado Diario EL HERALDO través de la Unidad de Investigativa.
El profesional de la medicina identificado como Gustavo Francisco Carías Sarmiento aceptó su culpabilidad, luego que la Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV) lo procesó por el delito de aborto.
Las investigaciones realizadas por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), determinan que el médico atendía en una clínica ubicada entre la séptima y octava avenida de Comayagüela, como lo denuncó EL HERALDO en 2015.
En dicho lugar donde se practicaban abortos de forma clandestina, durante un allanamiento el pasado 2 de febrero de 2015, la FEDCV y la ATIC encontraron restos humanos en el cesto de basura.
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Cabe destacar que la ATIC a raíz de la 'noticia criminis', iniciaron una serie de diligencias investigativas en las que realizaron por varios días trabajos de vigilancia y seguimiento y posteriormente efectuaron una inspección al interior de la clínica denominada “Ginecología y Maternidad”.
Asimismo, entre las pruebas que presentó el Ministerio Público, estaba el dictamen preliminar de Medicina Forense, que estableció que se encontraron evidencias de cambios cervicales uterinos compatibles con embarazo.
También, según el dictamen preliminar se evaluaron restos humanos de un feto y que su edad de gestación rondaba los 8 meses.
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A dos años y ocho meses de la denuncia realizada por EL HERALDO, este martes se conoció que en la investigación efectuada por la Fiscalía se descubrió que los fetos aún tenían vida cuando fueron arrancados del seno materno.
El día del allanamiento, la FEDCV encontró que la hondureña Gelin Cenayda Pavón Toruño -hallada en el lugar- se había practicado el aborto en la supuesta Clínica de Maternidad.
La FEDCV demostró en la audiencia que el tanato crono diagnóstico, indicaban que los restos autopsiados (hallados en el basusero) tenían reacción vital, es decir, que cuando fueron causadas las lesiones al feto este estaba con vida.
La Fiscalía determinó que en promedio el feto tenía de 8 a 10 horas de haber sido abortado.
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Es de mencionar que la paciente Pavón Toruño y la enfermera Ernestina Melera Vásquez, se sometieron a una audiencia de procedimiento abreviado, tras ser capturadas el mismo día que el médico por agentes de la ATIC.
El galeno aceptó incondicionalmente que durante varios años practicó abortos en la clínica clandestina y se sometió a una audiencia de estricta conformidad.
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