Honduras

Policía Nacional no investiga robo de celulares tras denuncias de hondureños

EL HERALDO realizó todo el proceso legal, como cualquier ciudadano al momento que le roban un teléfono celular, comprobando que la investigación es casi nula y pareciera que las denuncias son algo común

17.04.2018

Tegucigalpa, Honduras
Eran las 11:35 de la mañana cuando la Unidad Investigativa de EL HERALDO llegó a la DPI de la colonia Kennedy.

El objetivo era comprobar la seriedad con que la autoridad trata el delito de robo de celulares, que tal y como se ha evidenciado sigue siendo un gran negocio.

Al cruzar una puerta de vidrio polarizado en el edificio principal, se dan cinco pasos y se llega el área de recepción.

Dos agentes femeninas atiendían a los ciudadanos... “buenos días, ¿en qué les puedo ayudar?, preguntó amablemente una joven que vestía el uniforme azul de la DPI. “Vengo a interponer una denuncia por robo de un celular”, respondió el periodista de EL HERALDO. ¿Trae el IMEI?, preguntó la agente y al escuchar una respuesta afirmativa ordenó pasar al área de denuncias.

El equipo de EL HERALDO intentó ingresar en grupo, sin embargo, la joven dijo que el trámite es personal, entre agente y víctima del asalto.

El área de denuncias de la Unidad de Delitos contra la Propiedad de la DPI se ubica en el primer nivel del edificio, en un pasillo parecido al de un hospital. Ahí había tres cabinas y varias sillas con personas que esperaban para solicitar una investigación. Uno de los ciudadanos comentó que iba a reportar el robo de un arma y otro de una motocicleta.

Un policía alto, recio, vestido con su uniforme de la DPI, camisa azul, pantalón tipo bombero negro y gorra negra salió de una oficina y preguntó al periodista de qué era la denuncia, y al decirle que se trataba de un robo de celular lo hizo pasar.

En el cubículo solo había un escritorio, dos sillas, una para quien toma la denuncia y otra para la persona que la interpone, y una vieja computadora. El tiempo dura lo que se tarda el sistema informático en cargar para ingresar los datos del afectado, y, efectivamente, es lento. “Me da su nombre, número de identidad y me dicta el IMEI del teléfono”, ordenó el policía al momento que introducía los datos al sistema.

Preguntó cuál era el modelo del aparato celular y el color, sin solicitar factura de compra o alguna referencia. Por último, preguntó “¿cómo fue el robo?”, respondiendo el periodista que “fue alrededor de las 10:50 de la mañana, en el anillo periférico”.

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“Fue hace poco entonces que se lo robaron”, cuestionó intrigado... sí, contestó el reportero, pero el policía no ordenó que se visitara el lugar. Casi al instante consultó ¿cómo fueron los hechos? Una simple explicación fue suficiente para el agente, mostrando el poco interés o incapacidad para recuperar los celulares robados.

“Me subí a un rapidito, de esos brujito alrededor de las 10:50 de la mañana y un hombre que venía en el bus nos quitó los celulares a los pasajeros y se tiró”. Esta fue la narración ficticia dada al agente, quien la redactó a su manera. Un minuto después el policía de investigación hizo una petición. “Me podría repetir los datos, porque el sistema no me los guardó”.

Desinformación
Al agente no le interesó otra información básica, por ejemplo: si el asalto fue a mano armada, la fisionomía del asaltante, rasgos corporales o cuántas personas iban en la unidad. A los minutos, el policía se levantó del escritorio, salió de la oficina y luego regresó con la denuncia impresa y entregó dos copias.

“Eso es todo”, expresó y se despidió, pasando la denuncia al mar de archivos sin investigar que guarda esta agencia policial. Antes de ir a la DPI, la Unidad Investigativa de EL HERALDO visitó las oficinas de Conatel, en busca de ayuda para bloquear el aparato celular.

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“Aquí no le podemos ayudar, mucha gente se equivoca, y personas muy humildes vienen, pero son los operadores los que bloquean los celulares”, explicó una recepcionista. La funcionaria manifestó que Conatel es la responsable de aplicar la “lista negra” y que todo celular que fuera bloqueado no podría ser nuevamente usado en el mercado.

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Celulares han bloqueado en Honduras desde el 2014

El siguiente paso para demostrar la vulnerabilidad del sistema era bloquear por completo el aparato celular y la línea. La Unidad Investigativa fue a una agencia del operador en el bulevar Morazán de Tegucigalpa.

Una agradable señorita atendió. ¿en qué le puedo ayudar, señor”, dijo. “vengo a reportar un celular robado”, contestó el reportero.

La dependienta preguntó si llevaba alguna denuncia hecha en la DPI y al responderle afirmativamente cuestionó sobre el número celular y el IMEI. Al consultarle cuánto tiempo se tardan en hacer el bloqueo del aparato y el número, contestó que menos de diez minutos. “El bloqueo es inmediato, ahorita se lo voy hacer y queda activo el bloqueo, el celular queda en la ‘lista negra’”, afirmó la señorita.

Al terminar el proceso legal de bloquear la línea telefónica y el aparato, la Unidad Investigativa de EL HERALDO compró otro chip y los insertó en el aparato, comprobando que no tenía señal de la red móvil, solo las aplicaciones que funcionan con wi-fi estaban activas.

La tarea más fácil fue desbloquearlo, porque no pasaron ni dos horas cuando el teléfono estaba nuevamente en uso, al reactivarlo en un negocio callejero