Tegucigalpa, Honduras
El combate a las maras y pandillas en Honduras debe ser un esfuerzo integral, que permita rescatar a la juventud, reducir la impunidad y la corrupción.
Por orden del Poder Ejecutivo, un equipo nacional liderado por el viceministro de Seguridad, Luis Suazo, trabaja en la creación la Unidad Antimaras y Pandillas con apoyo del gobierno de Estados Unidos.
Mario Fumero, director del Proyecto Victoria y experto en rescate de jóvenes en riesgo social, consideró que esta Unidad solo es una medida más para hacerle frente a una organización criminal bien estructurada y equipada que por años se ha combatido en el país.
Las maras y pandillas en Honduras, dijo Fumero, son grupos que tienen una red de inteligencia que cada vez es más sofisticada.
Tienen una estructura de mando, de infiltración, de penetración y de recursos que puede ser superior a los que tienen muchas fuerzas de seguridad del Estado.
Pero esta delincuencia nunca podrá ser controlada si no se atacan tres factores que la inducen. El primero es la desintegración familiar, porque alrededor del 45 por ciento de los niños que nacen en el país son hijos de madres solteras.
Impunidad
La segunda causa es la impunidad, “donde hay impunidad no hay temor y donde no hay temor no hay freno, porque la gente sabe que puede hacer lo que haga y no será castigada, no hay temor a la justicia”.
Lo tercero es la corrupción, un país corrupto es muy vulnerable y aunque en Honduras se ha depurado mucho la Policía, no se ha depurado la justicia y de nada vale una Policía recta con un sistema judicial corrupto, señaló.
Mientras no se combatan estos tres factores, el fenómeno de las maras seguirá, aunque se repriman, analizó, porque tienen la capacidad de mutar.
Guadalupe Ruelas, director de Casa Alianza, consideró que una estrategia solamente policíaca-militar frente a las maras y pandillas no es la solución.
“El problema de las maras y pandillas es social, entonces requiere también un abordaje social”, indicó.
Ruelas recomendó que las medidas que se van a tomar deben ser integrales, porque de lo contrario se irán creando unidades para escuelas, iglesias, estadios y otra unidad para los burócratas. “Lo que necesitamos es una nueva estrategia de seguridad”.