Tegucigalpa, Honduras
Tres bellas modelos, un animador y un técnico rodean la vieja máquina de los sorteos de la Lotería Menor de Honduras, conocida como la “Chica”.
En el segundo piso de las instalaciones del Patronato Nacional de la Infancia (Pani), a las 12:00 del mediodía de cada domingo se realiza el sorteo.
Tres urnas se ubican en el centro del estrado principal, una es para seleccionar el número ganador de la “Chica” y las otras dos para formar las series. La Unidad Investigativa de EL HERALDO presenció el sorteo del domingo anterior, donde sorpresivamente cayó uno de los “números especiales”, el 18 y de revés 81.
Desde el domingo 4 de marzo, los jugadores y vendedores de lotería andan molestos porque el sistema dejó de funcionar en pleno sorteo.
La máquina que rota las esferitas se detuvo de forma intempestiva después de tirar el número 1.
Las autoridades decidieron suspender la transmisión televisiva y radial por un momento, mientras buscaban una salida.
A los minutos, el sorteo continuó y la transmisión volvió al aire; un niño se encargaría de tomar la bolita que faltaba.
Cuando el pequeño tomó una esfera, reseñaron los vendedores, alguien lo asustó y la dejó caer, luego tomó otra, que resultó ser el 4, formando como ganador el número 14.
Para los comerciantes en el Pani no se deben permitir estas situaciones porque generan desconfianza en todo el sistema de sorteos. Pero ¿qué fue lo que pasó ese domingo?, que no se borra de la mente de los jugadores de “Chica”.
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Obsoleta
Saíd Ortiz, encargado del mantenimiento de la máquina de los sorteos, aseguró a la Unidad Investigativa de EL HERALDO que un “bajón” de electricidad provocó que se bloqueara el sistema operativo de la máquina.
Para el técnico, la maquina es vieja, utiliza un sistema análogo que se activa con un control de mando, es así que al apretar un botón abre el espacio por donde salen los números ganadores.
Todo el sistema funciona mediante un compresor de aire, el cual mueve unos pistones mediante tarjetas electrónicas que se activan de acuerdo a los comandos. Para Ortiz el sistema es confiable porque todo es por gravedad, pero urge uno nuevo.
Indicó que la máquina funciona desde inicios de los 90, es decir que tiene casi 30 años y algunas de las piezas se han ido desgastando. En ese sentido, las autoridades están analizando la compra de una nueva máquina, pero con sistemas digitales, es decir más actualizados.
Sobre posibles manipulaciones, afirmó que el sistema es confiable y ellos no pueden decidir qué numero caerá, todo es con base en las probabilidades entre los 100 dígitos.
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Las esferas tienen un radio de 3.8 milímetros y pesan aproximadamente 0.3 gramos, “es difícil adulterarlas”, afirmaron las autoridades consultadas.
Los encargados de todo el proceso afirmaron a la Unidad Investigativa de EL HERALDO que se esfuerzan para que todo el proceso del sorteo sea transparente. Las esferitas son guardadas en una caja fuerte donde solo el encargado de su custodia, tiene la contraseña.
El día del sorteo las esferas son extraídas y llevadas en una maleta transparente con dos candados a los auditores del sorteo.
El representante del banco que distribuye la lotería, el de la Secretaría de Gobernación Departamental de Francisco Morazán y del Pani, abren los candados, después del sorteo las vuelven a poner en llave y regresan a la bóveda.
Para evitar la manipulación, según Ramos, tiene dos maletas con esferitas de la “Chica”, para alternarlas cada fin de semana.