Tegucigalpa, Honduras
El miércoles, antes del mediodía, la campanita de la estación del Cuerpo de Bomberos de Honduras, ubicada en la entrada al cerro Juana Laínez, sonó para avisar sobre un nuevo incendio forestal que estaba devorando el bosque del Distrito Central.
Inmediatamente, un grupo de 25 apagafuegos se subió a su unidad y se trasladó hacia el lugar del suceso. Esta vez las llamas estaban consumiendo la Reserva Forestal en La Montañita, en la comunidad de San Juan del Rancho.
Unos minutos después, los bomberos llegaron al lugar y con su equipo puesto se introdujeron a un infierno, sin saber que el viento los iba a traicionar en su intento por salvar un pulmón de la ciudadanía.
Una nueva llamada de emergencia volvió a la estación, esta vez ocupaban ayuda de los paramédicos en la zona: una desgracia acababa de suceder en La Montañita.
Las sirenas de ambulancias y cisternas sonaban sin parar, algo malo estaba pasando en el interior de la reserva que los heroicos hombres trataban de salvar poniendo en riesgo su vida, sí, su vida.
Al filo de las 3:20 de la tarde del miércoles, la noticia que nadie quería escuchar comenzó a circular por los medios de comunicación: cinco heroicos hombres habían sido envueltos por las llamas.
Sus compañeros, al escuchar los gritos de auxilio se metieron sin temor a luchar contra fiero fuego, pero su esfuerzo solo les permitió salvar la vida de tres nobles hondureños.
La tragedia había llegado al ente que se ocupa de salvar vidas, pues nadie pudo hacer nada para salvar la de los apagafuegos heroicos.
Con dolor, las autoridades del Cuerpo de Bombreros de Honduras anunciaron la terrible noticia: los sargentos primeros Josué Vargas y Felipe Varela murieron en el cumplimiento de su deber.
El hecho se comprobó cuando un grupo de rescatistas salieron del bosque cargando dos camillas, ahí venían los cadáveres de los héroes nacionales.
Las lágrimas de los hondureños rodaban por las mejillas de todo el pueblo, mientras el sonido triste de una trompeta y la peculiar alerta de las sirenas de aquellos camiones les daban la despedida.
Dos hombres, que entregaron su vida por la vida de otros, fueron despedidos de este mundo con el Pabellón Nacional extendido en su féretro y el dolor de su familia, a quien Honduras entera acompañó. ¡La Bandera debía ponerse a media asta, dos hijos de la patria habían muerto!
Tres héroes heridos
Las lágrimas de la población continúan rodando. Tres de nuestros héroes fueron trasladados en estado crítico a la Sala de Quemados del Hospital Escuela Universitario (HEU).
Más de 70 horas los bomberos Ever Miguel Velásquez (21), Frank Obilson Santos Girón y Óscar Fernando Madrid González (34) pasaron en el máximo centro asistencial del país, hasta que una mano amiga brindó buenas noticias.
México se hizo presente y envió una tripulación de la Marina para trasladar a los compatriotas al Instituto Nacional de Rehabilitación de la Ciudad de México, para tratar con la mejor tecnología a nuestros héroes.
A la 8:30 de la mañana de este domingo, los tres apagafuegos dejaron la Sala de Quemados del HEU fueron llevados hasta la pista de la Fuerza Aérea Hondureña para subirlos al avión que los llevó hacia su esperanza de vida en México.
Los tres emblemáticos hondureños ya están en tierras aztecas, ahora solo falta esperar para que su recuperación sea satisfactoria y regresen al país para ser recibidos como se los merecen: como héroes nacionales.
El miércoles, antes del mediodía, la campanita de la estación del Cuerpo de Bomberos de Honduras, ubicada en la entrada al cerro Juana Laínez, sonó para avisar sobre un nuevo incendio forestal que estaba devorando el bosque del Distrito Central.
Inmediatamente, un grupo de 25 apagafuegos se subió a su unidad y se trasladó hacia el lugar del suceso. Esta vez las llamas estaban consumiendo la Reserva Forestal en La Montañita, en la comunidad de San Juan del Rancho.
Unos minutos después, los bomberos llegaron al lugar y con su equipo puesto se introdujeron a un infierno, sin saber que el viento los iba a traicionar en su intento por salvar un pulmón de la ciudadanía.
Una nueva llamada de emergencia volvió a la estación, esta vez ocupaban ayuda de los paramédicos en la zona: una desgracia acababa de suceder en La Montañita.
Las sirenas de ambulancias y cisternas sonaban sin parar, algo malo estaba pasando en el interior de la reserva que los heroicos hombres trataban de salvar poniendo en riesgo su vida, sí, su vida.
Al filo de las 3:20 de la tarde del miércoles, la noticia que nadie quería escuchar comenzó a circular por los medios de comunicación: cinco heroicos hombres habían sido envueltos por las llamas.
Sus compañeros, al escuchar los gritos de auxilio se metieron sin temor a luchar contra fiero fuego, pero su esfuerzo solo les permitió salvar la vida de tres nobles hondureños.
La tragedia había llegado al ente que se ocupa de salvar vidas, pues nadie pudo hacer nada para salvar la de los apagafuegos heroicos.
Con dolor, las autoridades del Cuerpo de Bombreros de Honduras anunciaron la terrible noticia: los sargentos primeros Josué Vargas y Felipe Varela murieron en el cumplimiento de su deber.
El hecho se comprobó cuando un grupo de rescatistas salieron del bosque cargando dos camillas, ahí venían los cadáveres de los héroes nacionales.
'Tuve un presentimiento de que iba a suceder algo y le dije a un compañero mío, que lamentablemente murió, que yo presentía algo, que se saliera, pero regresó abajo solo a fracasar'. |
Las lágrimas de los hondureños rodaban por las mejillas de todo el pueblo, mientras el sonido triste de una trompeta y la peculiar alerta de las sirenas de aquellos camiones les daban la despedida.
Dos hombres, que entregaron su vida por la vida de otros, fueron despedidos de este mundo con el Pabellón Nacional extendido en su féretro y el dolor de su familia, a quien Honduras entera acompañó. ¡La Bandera debía ponerse a media asta, dos hijos de la patria habían muerto!
Tres héroes heridos
Las lágrimas de la población continúan rodando. Tres de nuestros héroes fueron trasladados en estado crítico a la Sala de Quemados del Hospital Escuela Universitario (HEU).
Más de 70 horas los bomberos Ever Miguel Velásquez (21), Frank Obilson Santos Girón y Óscar Fernando Madrid González (34) pasaron en el máximo centro asistencial del país, hasta que una mano amiga brindó buenas noticias.
México se hizo presente y envió una tripulación de la Marina para trasladar a los compatriotas al Instituto Nacional de Rehabilitación de la Ciudad de México, para tratar con la mejor tecnología a nuestros héroes.
A la 8:30 de la mañana de este domingo, los tres apagafuegos dejaron la Sala de Quemados del HEU fueron llevados hasta la pista de la Fuerza Aérea Hondureña para subirlos al avión que los llevó hacia su esperanza de vida en México.
Los tres emblemáticos hondureños ya están en tierras aztecas, ahora solo falta esperar para que su recuperación sea satisfactoria y regresen al país para ser recibidos como se los merecen: como héroes nacionales.