Honduras

El asesinato de un fiscal y el calvario que hoy vive su esposa

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14.08.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Entregó su vida a la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, y lo mataron. Orlan Arturo Chávez fue uno de los fiscales más prominentes que ha tenido el Ministerio Público. Su vil asesinato -olvidado- hoy es un calvario para su esposa Reina Margarita Morales y sus hijos.

Tras su asesinato se le calificó como “fiscal de oro”, pero rápidamente las instituciones a que sirvió le dieron la espalda a su familia, que hoy sufre una serie de penurias.

El Ministerio Público y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se han negado a pagar las prestaciones laborales del malogrado procurador y catedrático.

Después de cinco años de la muerte de su esposo, Morales rompe el silencio y cuenta su tormento y cómo un abogado está a punto de dejarla en la calle, por lo que implora el apoyo del presidente Juan Orlando Hernández.

¿Qué recuerda de su esposo?
Él era un hombre muy recto, quería a su familia, nunca alzó la voz para tratarnos mal, era prudente, discreto; nunca relacionó su trabajo con su familia. Le quitaron la vida y todavía no sabemos a qué se debió.

¿Quién le comunicó el asesinato?
Todavía no lo sé, fue un impacto demasiado grande. Mi hija lo esperaba siempre para que la recogiera. El bus la dejaba en el Mall Premier a las 8:30 de la noche y él pasaba por ella. Esa noche me llama y me dice: “Mami, mi papi no ha llegado, lo llamé y no contesta, pero el teléfono suena”.

Entonces yo también lo llamé y no me contestó.

En eso me vuelve a llamar mi hija y me dice: “sé que le ha pasado algo porque no contesta”. Tras que cuelga alguien me llama y me dice: “¿usted es la esposa del abogado Orlan?” Sí, contesté. “está muerto”...

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¿Quién la llamó?
Hasta hoy no lo sé. Fue un impacto muy grande. De la angustia mi cuñada se sube al carro y se va y me deja botada a media calle, entonces tomo un taxi para el Hospital Escuela. No tuve el valor de verlo morir, mi cuñada y mi cuñado sí lo vieron fallecer.

¿O sea que él llegó al hospital con vida?
Sí, llegó vivo. Murió a los pocos minutos.

¿Dijo algo antes de morir?
No pudo hablar, estaba muy grave, pero se lo voy a decir a usted, yo le dije al Ministerio Público cuando me llevaron a declarar no una, sino varias veces que afuera de la emergencia estaba uno que había disparado contra mi marido. Yo lo escuché.

¿Por qué el carro lo lavaron tan rápido si otras
veces argumentan que es evidencia y que hay
que hacerle pericias?

¿Qué escuchó?
Yo estaba en la calle, sola, fuera de la emergencia, y oí a un tipo que decía: “ya estuvo, ya está muriendo”, y el hombre se dirigió para la Toyota. No lo conocí, no sé quién era. Yo estaba en la calle fuera de la emergencia porque no tuve valor, estaba desesperada, angustiada.

¿En qué tipo de carro andaba el sujeto?
No andaba en carro, iba caminando, hablaba por teléfono, no era un marero, no era un delincuente cualquiera, era un hombre bien vestido, elegante. Yo estaba sola en la calle, solo me arrodillé y le dije al Señor: me lo llevaste. En eso salió mi hermano de la emergencia y dijo: “ya murió”.

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¿Cree que hubo algún complot dentro de la Fiscalía para asesinar a su esposo?
No le puedo confirmar eso, él nunca me dijo nada. En los periódicos se dijo algo de eso y el Ministerio Público nunca salió a desmentir esa relación.

¿El entonces fiscal general Luis Rubí la visitó y le dijo algo?
Jamás... incluso días después que mi esposo falleció lo visité en el Ministerio Público y él me dijo: van a intervenir el Ministerio Público y yo no puedo hacer nada y punto. Esa fue su respuesta. A mí nunca me dio una condolencia, no me dio nada, ni preguntó si estábamos sufriendo.

¿Alguna vez su esposo le habló de amenazas?
Nunca, pero hay algo que le voy a contar. En el 2009 en Navidad veníamos de visitar a una familia, cuando salimos una camioneta venía atrás, no le tomamos importancia, después venía otro carro y adelante iba un Toyota con gente armada. Él dijo “no tengás miedo” y agarró la pistola, “por si es con nosotros” pero los carros se quedaron en la gasolinera y pudimos entrar a la colonia Cerro Grande. No sé si era que lo venían siguiendo a él...

¿No andaba seguridad?
Muchas veces le dije que pidiera seguridad, no se la dieron. Cuando metía el carro al taller para que lo revisaran, el caminaba en los buses rapiditos de 11 lempiras. No le dieron seguridad viendo su labor. Yo sabía que tenía un trabajo delicado, pero él nunca me contó interioridades.

¿Qué le preguntaron los fiscales cuando la llamaron a declarar?
Lo mismo, que si yo sabía qué le había pasado, si lo andaban siguiendo...

¿Cuántas veces ha declarado?
Unas tres veces. La última vez fue en el 2016 y les contesté que yo no sabía nada, que mi trabajo era mi casa y el trabajo de él era aparte y que quien podría saber algo era quien en ese momento era el jefe de él porque conocía los casos que llevaba.

¿Qué pasó cuando pidió las pertenencias?
Él caminaba una mochila con todos sus papeles, esa no me la dieron porque estaba en custodia, pero en el carro había algunas cositas de él. Fui varias veces a las instalaciones de la Lucha (DLCN), luego de un lapso de dos semanas el jefe de transporte Nelson Suazo me dijo: “ya mandaron a lavar el carro y no sé dónde está”.

¿Pero cómo mandaron a lavar un carro tan rápido si en otros casos tardan meses, argumentan que es evidencia, que hay que hacerle pericias. ¿Por qué el carro lo lavaron tan rápido?

¿Hay dos detenidos por el asesinato?
Y por qué no los sentencian, en febrero se vencen los dos años, ¿qué están esperando? Hace tiempo que no hablan de Orlan Chávez, le pusieron el fiscal de oro, ¡Dios mío!, que le quiten ese nombre y le pongan otro a la escuela (de capacitación) porque no merece que las personas que le pusieron ese nombre no hayan hecho mayor cosa por él, ni por nosotros hasta el día de hoy. Un hombre que dio tanto y recibió muy poco.

¿Económicamente el Ministerio Público ha respondido?
Solo le dieron el seguro de vida; la Fiscalía ni la universidad, donde fue un excelente maestro, le han querido pagar sus derechos laborales.

¿Le incomoda que lo llamen fiscal de oro?
Me incomoda porque no miro que el Ministerio Público lo valore de esa manera. Todavía no sé quiénes lo mataron, quiénes están involucrados.

¿Las actuales autoridades de la Fiscalía se han acercado a usted?
A ellas no les interesa lo que nos pasa. Mire, económicamente estamos mal porque él era el sustento de la casa, del dinero de los seguros que él dejó me tocó pagar hasta vigilancia privada, porque ellos solo me dieron como tres meses aproximadamente y nosotros sin saber lo que había pasado. ¿Usted cree que a este tiempo yo voy a tener dinero, manteniendo una casa, pagando los servicios, las deudas que él tenía?

Desde 1998 fue fiscal contra el narcotráfico. Fiscal
titular desde 1999 de la Unidad contra el Delito
de Lavado de Activos de la Fiscalía Especial contra
el Crimen Organizado. Escribió los libros:
“Comentarios a la Ley contra el Lavado de Activos”,
“Derechos fundamentales y la investigación
criminal, una perspectiva objetiva”, “Las incidencias
del delito del lavado de activos en la economía”
y “Lo que usted debe saber sobre la extradición”.
Fue coautor del manual de “Capacitación conjunta
sobre lavado de activos” y “Lavado de activos
provenientes de actos de corrupción”, entre otros
textos. Redactó el Reglamento de la Oficina
Administradora de Bienes Incautados. Fue coautor
de la Ley de Jueces y Tribunales con Jurisdicción
Nacional. Autor de la Ley sobre la Pérdida Definitiva
del Dominio de Bienes de Origen Ilícito y autor de
la Ley contra el Financiamiento al Terrorismo.

Orlan Arturo Chávez

¿Los abandonaron?
Prácticamente. A él lo abandonaron, no han sido capaces de honrar su memoria, después de todo lo que él hizo por el país. Mire que su madre Mercedes Angelina Chávez murió al año que él murió. Él era el sustento de ella, murió de aflicción.

Me dice que está a punto de quedar en la calle...

Cuando él muere voy a la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) porque él era enlace con el Ministerio Público y me sale doña Vilma Morales, era la presidenta, me dio las condolencias y al verme llorando me dijo que me iba a ayudar, que no me preocupara.

Llama al abogado Tulio David Barahona Fuentes, del Departamento Legal, y le dice que me preste sus servicios de manera ad honórem.

Con gusto le firmé el poder al abogado Tulio, pero lo único que me hizo fue redactarme una declaratoria de heredera. Fue la abogada Ángela Lebit quien de gratis me hizo la mayoría de trámites, sin embargo, en el 2015 me llegan a decir a la casa que estoy demandada por el abogado que me está cobrando una cantidad exagerada de honorarios.

¿Cuánto?
Con los intereses ya va más del millón de lempiras, que tendría que darle la casa en este momento, ¿pero cómo le voy a pagar si doña Vilma me lo asignó ad honórem en un momento de angustia”.

¿El podía litigar estando en el área legal de la CNBS?
Actualmente está acusado por el Ministerio Público por abuso de autoridad porque él no puede procurar, litigar, porque tiene una prohibición.

¿Y usted ha hablado con doña Vilma Morales?
Fui varias veces a buscarla, me atendió pero fue muy cortante, incluso se negó a declarar, se volvió muy renuente… mire que en aquel momento al ver mi situación se ofreció a comprarnos 80 libros que él (fiscal) había escrito, pero a la fecha no se nos ha hecho efectivo el pago, ni tampoco se nos han regresado los libros, cinco años después.

¿A cuánto asciende la cantidad por los libros?
Los libros se los dejamos con Wendy a petición de doña Vilma Morales. Los 80 libros representaban unos 40,000 lempiras.

¿Teme perder su casa?
La muerte de mi esposo ha sido un calvario continuo. Temo perder mi casa, pero me da más pesar ver la justicia que impera en este país, que por un abogado yo tenga tres años de andar en bus, de andar llorando, de no tener paz en la noche.

Le pido al presidente de la República que me ayude porque sé que no es ajeno a todo esto que me está pasando, creo que no está de acuerdo en que después que matan a un buen fiscal, que hizo leyes, formó a otros abogados, ahora me quieran dejar en la calle.