Honduras

Desde centro penal ordenaron crimen contra tres niños

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12.05.2014

San Pedro Sula, Honduras

Garras criminales que estaban en libertad acabaron con sus vidas, pero mentes malévolas que están tras los barrotes del centro penal sampedrano maquinaron el atroz crimen.

El expediente judicial revela cómo Anthony Osmán Castellanos Raudales (13), Luis Edgardo Hernández (13) y Kenneth Alejandro Castellanos Raudales (7), tres de los nueve niños de la colonia La Pradera que han sido asesinados en el transcurso de un mes, fueron liquidados por órdenes de “El Smurf” o “Pitufo”, un integrante de la pandilla 18.

El requerimiento fiscal presentado contra Héctor Alejandro Medina Alcerro, alias “El Tío”, capturado la semana anterior en la colonia Perpetuo Socorro, por el asesinato en perjuicio de los tres menores y asociación ilícita, establece que en la vivienda del imputado fue donde permanecieron privados de libertad los niños y en donde acabaron con sus vidas.

Medina Alcerro está recluido en el presidio sampedrano bajo la medida de detención judicial.

Según el expediente, un testigo protegido declaró que el viernes 27 de abril de este año, a eso de las 3:00 PM, José Javier Mejía alias “Chito” o “Baby Pegajoso”, junto a tres individuos identificados por los alias de “Subchiro”, “Cali” y “Ariel” se acercaron a él diciéndole que estuviera pendiente de la presencia de la Policía, ya que en la casa del “Tio” tenían a Anthony Castellanos Raudales y a Luis Edgardo Hernández, atados de manos y pies, esperando a los homies ya que desde el penal habían dado la orden de matarlos porque ya no querían seguir colaborando con la pandilla.

El testigo relató a las autoridades competentes que horas después llegó otro pandillero conocido como “Porkino” con un tatuaje de 666 en la frente, sacó a los infantes de la casa del “Tío” y los metió en el baúl de un turismo verde sin placa y se los llevó a las cañeras en la 33 calle.

Buscaba a su hermano

Al día siguiente el pequeño Kenneth Alejandro Castellanos Raudales (7) llegó a la casa de “El Tío” a preguntar por su hermano y se encontró con los pandilleros “Chito”, “Ariel”, “Subchiro”, “Roker” y “Cali”, quienes comenzaron a bromear con él y mediante engaños lo llevaron adentro de la casa.

Los pandilleros golpearon al niño con piedras y reglas de madera.

Luego de golpear y torturar al menor, los antisociales le pidieron al testigo protegido y a alias “Ariel” que fueran a dar punto (vigilar que no llegue la Policía).

“Pasaron unas horas, nos llamaron y nos dijeron que estuviéramos pendientes que nadie llegara, ya que Kenneth estaba muerto y no hallaban cómo sacarlo de la casa”, relató el testigo.

El declarante contó que “Subchiro” y “Chito” salieron de la “casa loca” y llegaron con una carreta de mano, envolvieron al pequeño en las sábanas de una cama dentro del cuarto, lo subieron a la carretilla y lo fueron a botar a una cancha de fútbol de la colonia San Sebastián, cerca de la colonia Calpules, donde fue encontrado putrefacto días después.

Escalofriante relato

El testigo protegido colaboraba como puntero (avisar a los mareros, que están cometiendo un delito, si llega la Policía o un carro sospechoso) de la pandilla 18 en la colonia La Pradera.

Según relató, fue alias “Chito” o “Baby Pegajoso” quien lo obligó mediante amenazas con pistolas a colaborar para ellos.

“Me dijo que si yo no era puntero mataría a mi familia y como ellos no son de bromas, acepté”, aseguró.

Los pandilleros le dijeron al testigo que les diera “punto” ya que habían capturado a dos niños de 12 y 13 años que vivían en La Pradera y que los habían metido a un cuarto de la casa del “Tío”.

“Les preguntaban a los niños que si ellos eran punteros y les pegaban patadas, puñetazos, les daban con piedras y palos. Me dijeron que fuera a puntear y fue cuando llegaron cinco pandilleros en un carro verde sin placas con fusiles AK-47.

“Chito”, “Cali”, “Subchiro” y “Ariel” sacaron a Anthony Osmán Castellanos y Luis Edgardo Hernández de la casa, los metieron al baúl y se los llevaron”.

Los dos infantes fueron encontrados el lunes 28 de abril en las cañeras en las cercanías del estadio Olímpico, torturados y con balazos en la cabeza.

Durante el interrogatoriol el atestiguante manifestó que el pequeño Kenneth Alejandro Raudales Castellanos llegó a la casa del “Tío” en una bicicleta pequeña verde luego de que mataran a su hermano.

Los menores fueron torturados en uno de los cuartos de la “casa loca” propiedad de Héctor Alejandro Medina Alcero, alias “El Tío”, miembro activo de la pandilla 18.