Responsabilidad
TEGUCIGALPA, Honduras
Pueblo hondureño y compañeros del gabinete de gobierno, quiero dejar constancia que yo no voy a ceder en mis intentos por recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño y como demócrata que soy, respeto la voluntad de la mayoría de los diputados del Congreso Nacional, así como de los que no están de acuerdo con la ratificación de elevar a rango constitucional a la Policía Militar del Orden Público.
Así es la democracia, así funcionamos y estas son posiciones que se respetan por que vivimos en una democracia. Aquí los enemigos no son los ciudadanos Salvador Nasralla, Mauricio Villeda ni Manuel Zelaya... Son los delincuentes, son los líderes de las maras que capturan a los jovencitos y que los someten para que comentan fechorías
Son aquellos que abusan de las jovencitas que no pueden decir nada, son aquellos que cometen atrocidades en contra del pueblo hondureño. Tenemos que recuperar la paz y la tranquilidad y por eso he venido impulsando una serie de reformas de seguridad, entre ellas, FUSINA, Tigres, Dirección de Investigación e Inteligencia, entre otras y siempre en favor del pueblo hondureño.
Recuerdo las posiciones que se daban sobre este tema de la Policía Militar y muchos acordaron que había que recuperar la paz y la tranquilidad, pero otros dijeron que debían regresar a los cuarteles o que debían colaborar o hacer su labor desde los escritorios.
Hoy puedo decir que la Policía Militar necesita el rango constitucional para combatir la delincuencia. Hemos invertido recursos y con el excelente desempeño de la Policía Militar es necesario darle la permanencia que se necesita para cumplir el mandato del pueblo hondureño en las urnas.
He visto cómo el pueblo se ha manifestado masivamente en apoyo a la Policía Militar, obreros, campesinos, empresarios, jóvenes, adultos, ancianos, iglesia y líderes de las iglesias, entiendo a cada uno de ellos porque allá están sin esperanza, atemorizados sin poder salir de su casas y acosados por la delincuencia y el crimen.
Por eso no voy a ceder en mis intenciones y yo Juan Orlando Hernández voy a hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño, dentro de la Constitución de la República y las leyes del país, la Ley de las Fuerzas Armadas y la misma Policía Militar del Orden Público.
Por eso quiero pedir a mis compañeros de gabinete de gobierno que me acompañen para consultar al pueblo hondureño mediante la figura del plebiscito, el hecho de elevar a la Policía Militar a rango constitucional y que sea el pueblo el que decida.
En las cúpulas de los partidos políticos y en el Congreso Nacional pueden existir unas interpretaciones diferentes de lo que se vive en las calles, en los barrios y colonias y en el país en general. Ante esa duda, propongo ante este Consejo de Ministros que el pueblo hondureño se exprese mediante un plebiscito y que diga si o no a la Policía Militar del Orden Público.
Recuerdo que en esta semana, en conversaciones y hablando con el Presidente del Congreso Nacional Mauricio Oliva y con algunos miembros de la bancada, me consultaron si lo que se quería era disponer de la Policía Militar en todo momento y de la oposición salió que lo que se quería era disponer de la Policía Militar a antojo.
Pero ante eso sin importar quien sea el próximo presidente en los próximos años, esa duda hoy está resuelta porque no tengo ningún problema en que todo lo que se decida, esté bajo el marco de la ley de las Fuerzas Armadas y bajo el marco de la ley de la Policía Militar del Orden Público, dejando claro que las posiciones de la oposición son infundadas.
La diferencia puede ser abismal entre lo que se piensa y siente, lo más justo es que cada hondureño que el pueblo decida si o no a la Policía Militar en su rango constitucional.
Ante la duda de lo que puede pasar y lo que quiere el pueblo hondureño y lo que se interprete, es necesario consultar al pueblo hondureño mediante un plebiscito para que el pueblo tenga la oportunidad de expresarse y por eso presentaremos ese proyecto de ley ante el Congreso Nacional de la República.
Pueblo hondureño y compañeros del gabinete de gobierno, quiero dejar constancia que yo no voy a ceder en mis intentos por recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño y como demócrata que soy, respeto la voluntad de la mayoría de los diputados del Congreso Nacional, así como de los que no están de acuerdo con la ratificación de elevar a rango constitucional a la Policía Militar del Orden Público.
Así es la democracia, así funcionamos y estas son posiciones que se respetan por que vivimos en una democracia. Aquí los enemigos no son los ciudadanos Salvador Nasralla, Mauricio Villeda ni Manuel Zelaya... Son los delincuentes, son los líderes de las maras que capturan a los jovencitos y que los someten para que comentan fechorías
Son aquellos que abusan de las jovencitas que no pueden decir nada, son aquellos que cometen atrocidades en contra del pueblo hondureño. Tenemos que recuperar la paz y la tranquilidad y por eso he venido impulsando una serie de reformas de seguridad, entre ellas, FUSINA, Tigres, Dirección de Investigación e Inteligencia, entre otras y siempre en favor del pueblo hondureño.
Recuerdo las posiciones que se daban sobre este tema de la Policía Militar y muchos acordaron que había que recuperar la paz y la tranquilidad, pero otros dijeron que debían regresar a los cuarteles o que debían colaborar o hacer su labor desde los escritorios.
Hoy puedo decir que la Policía Militar necesita el rango constitucional para combatir la delincuencia. Hemos invertido recursos y con el excelente desempeño de la Policía Militar es necesario darle la permanencia que se necesita para cumplir el mandato del pueblo hondureño en las urnas.
He visto cómo el pueblo se ha manifestado masivamente en apoyo a la Policía Militar, obreros, campesinos, empresarios, jóvenes, adultos, ancianos, iglesia y líderes de las iglesias, entiendo a cada uno de ellos porque allá están sin esperanza, atemorizados sin poder salir de su casas y acosados por la delincuencia y el crimen.
Por eso no voy a ceder en mis intenciones y yo Juan Orlando Hernández voy a hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño, dentro de la Constitución de la República y las leyes del país, la Ley de las Fuerzas Armadas y la misma Policía Militar del Orden Público.
Por eso quiero pedir a mis compañeros de gabinete de gobierno que me acompañen para consultar al pueblo hondureño mediante la figura del plebiscito, el hecho de elevar a la Policía Militar a rango constitucional y que sea el pueblo el que decida.
En las cúpulas de los partidos políticos y en el Congreso Nacional pueden existir unas interpretaciones diferentes de lo que se vive en las calles, en los barrios y colonias y en el país en general. Ante esa duda, propongo ante este Consejo de Ministros que el pueblo hondureño se exprese mediante un plebiscito y que diga si o no a la Policía Militar del Orden Público.
Recuerdo que en esta semana, en conversaciones y hablando con el Presidente del Congreso Nacional Mauricio Oliva y con algunos miembros de la bancada, me consultaron si lo que se quería era disponer de la Policía Militar en todo momento y de la oposición salió que lo que se quería era disponer de la Policía Militar a antojo.
Pero ante eso sin importar quien sea el próximo presidente en los próximos años, esa duda hoy está resuelta porque no tengo ningún problema en que todo lo que se decida, esté bajo el marco de la ley de las Fuerzas Armadas y bajo el marco de la ley de la Policía Militar del Orden Público, dejando claro que las posiciones de la oposición son infundadas.
La diferencia puede ser abismal entre lo que se piensa y siente, lo más justo es que cada hondureño que el pueblo decida si o no a la Policía Militar en su rango constitucional.
Ante la duda de lo que puede pasar y lo que quiere el pueblo hondureño y lo que se interprete, es necesario consultar al pueblo hondureño mediante un plebiscito para que el pueblo tenga la oportunidad de expresarse y por eso presentaremos ese proyecto de ley ante el Congreso Nacional de la República.