A los nueve años, niños hondureños se están adentrando en las drogas y pandillas. Muchos se enrolan en estas organizaciones porque las leyes tienden a ser protectoras. Se estima que a la fecha hay alrededor de 70 mil jóvenes integrantes en maras.
Esto significa que el 0.82 % de la población hondureña forma parte de alguna mara o pandilla. Estos son parte de los hallazgos que muestra el libro “Un análisis del Proyecto Victoria sobre la realidad nacional de Honduras”.
Fue presentado este jueves en el Salón Morazán de Casa de Gobierno por el pastor Mario Fumero a diferentes organismos gubernamentales y de la sociedad civil.
Fumero expresó que se debe estudiar la edad punible para aplicar la ley con base en la edad mental o psicológica de las personas y no con base en la edad biológica.
“Puede haber un criminal de 25 años que esté actuando con una mente de 13 años, pero puede haber un cipote de 15 años que esté actuando con una mente criminal de 25 a 30 años”, afirmó.
Problema
El análisis del Proyecto Victoria establece que uno de los problemas que está generando la incorporación de menores a las organizaciones criminales es que sus delitos no tienen la implicación que ocurre con los adultos.
“Este proteccionismo a los delitos de los menores hace que sean presa fácil de los narcotraficantes y grupos de antisociales”.
“Tal realidad lleva un planteamiento jurídico respecto a la posibilidad de reducir la edad punible para los menores que cometan actos violentos”, señala el análisis.
El libro indica que en los estudios realizados por el Proyecto Victoria y otras organizaciones, se establece que el 35% de los integrantes de pandillas son menores de 18 años.
Revela que muchos de los menores son enrolados en maras o pandillas bajo amenazas de muerte, lo cual impulsa a decenas a viajar ilegalmente a los Estados Unidos.
Los lugares más usados para el reclutamiento de menores de las organizaciones criminales son los centros educativos públicos.
El análisis establece que el 70% de los actos delictivos son cometidos por adictos y mareros menores de edad.
Entre los ilícitos dominan los robos, asaltos, intimidación, extorsión, asesinato y violaciones.
“Una conclusión del libro nos lleva a lo siguiente: ha aumentado el consumo de droga en los menores de edad en un 45%”, aseguró el director de Proyecto Victoria.
“De estos, un 15% de menores de edad se convierten en sicarios porque la ley los protege y un 30% se convierten en mulas, o sea, transportan drogas”.
“Actualmente, el 40% de los que matan o son capturados en actos ilícitos son menores de 18 años”, afirmó Fumero.
Prevención
Sobre el particular, la subsecretaria de Seguridad y coordinadora del Gabinete de Prevención, Alejandra Hernández, explicó que el gobierno impulsa un plan estratégico cuyo principal propósito es “la búsqueda de la paz y la erradicación de la violencia”.
Por su parte, el ministro de Educación, Marlon Escoto, manifestó que en el informe “Salud escolar” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se establece que niños entre 13 y 15 años han tenido contacto con tabaco, alcohol y drogas.
“Estamos trabajando con los padres porque hay muchos padres jóvenes que no tuvieron la mejor educación y son hijos de familias desintegradas”, dijo.
“Yo he hablado con jóvenes que se están rehabilitando por problemas de drogas y que fueron estudiantes de los centros de media y ellos comentan cómo funciona la promoción de la droga”.
“Eso es algo que si un joven y un niño no tiene bien afianzado lo que es los valores, con mucha facilidad puede ser involucrado”.
“Lo que buscamos con el Proyecto Victoria es que esa experiencia exitosa se traslade a los padres de familia y a los jóvenes que no están en riesgo para que sean los promotores de la prevención”.
Escoto dijo que se trabajará con el Proyecto Victoria en la formulación de un esquema educativo orientado en la prevención para evitar que más menores de edad sigan siendo atrapados por maras o pandillas.
El libro presentado por el pastor Fumero contiene 112 páginas en donde se expone un análisis profundo de la niñez en riesgo acompañado de estadísticas y resultados del Proyecto Victoria en los últimos cinco años.
El documento resume el impacto de esta organización en la rehabilitación de decenas de jóvenes y adolescentes con problemas de drogadicción y pandillas.
Resume que es urgente adoptar políticas contundentes en favor de la niñez y la adolescencia en riesgo social.
Asimismo formula que se revise la política de atención a menores infractores mediante el establecimiento de centros especializados y revisión de la legislatura hondureña.
“Nuestro enfoque se fundamenta en nuestro trabajo con más de 28,800 pacientes atendidos en nuestros programas de rehabilitación tanto en San Pedro Sula como en Tegucigalpa”, dijo Fumero.