El consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon, consideró que las manifestaciones del movimiento de la Oposición Indignada que reclama la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad es “una gran oportunidad para el gobierno de responder al pueblo”.
“Esas protestas no son una crisis, esas protestas son manifestaciones pacíficas, democráticas que muestran claramente el interés del pueblo hondureño en recuperar su voz, entonces yo no lo veo como crisis, lo veo como una gran oportunidad para el gobierno responder al pueblo”, expresó el funcionario en una rueda de prensa ante medios escritos, entre estos EL HERALDO.
Si se conforma una Comisión Internacional contra la Impunidad, este ente tiene que ser “una solución hondureña” para problemas de hondureños y no una copia al carbón de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
“Pero al final del día es una decisión hondureña y sería un error de nosotros tratar de anticipar esa decisión, tratar de interferir en un proceso hondureño”, acotó.
Shannon dijo que si Honduras decide crear un ente de esta naturaleza hay varios países y organismos cooperantes, incluyendo Estados Unidos, dispuestos a prestar colaboración para que esa institución se forme
“Lo que estoy diciendo es que cada país necesita ayuda en promover la transparencia, en enfrentar la corrupción y la comunidad internacional está dispuesta, sea la ONU, sea la OEA, sea los países como Estados Unidos, Colombia o México o la Unión Europea, o sea Brasil, que estarían dispuestos a ayudar y mostrar solidaridad”, indicó.
Una comisión de varias dependencias de Estados Unidos, dirigida por Shannon, se encuentra en Honduras para, en primera instancia, informar a los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador, los avances en las negociaciones que el Ejecutivo de Estados Unidos hace en el Congreso Nacional para que apruebe la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte de Centroamérica.
Esta iniciativa podría significar una ayuda de mil millones de dólares anuales para proyectos en la región, en caso de que el Congreso de esa nación lo ratifique.
Vigor democrático
La Oposición Indignada es una masa de personas, que primero se manifestó mediante las denominadas Marchas de las Antorchas, que exige la instalación de una comisión internacional contra la impunidad que investigue y judicialice casos emblemáticos de corrupción.
Los “indignados” consideran que los operadores de justicia están contaminados con la corrupción y, por eso, no tienen la voluntad de llegar al fondo de crímenes como el desvío de recursos en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), en el que se encuentran involucrados empresarios, exfuncionarios y políticos.
“Lo importante es que está exigiendo el pueblo, qué quiere el hondureño... y con esta voz que ya han asumido en la calle, en la prensa, en los salones de sus casas, es algo desde mi punto de vista inédito y muestra no solamente el vigor de la democracia, sino también el hecho que diferentes sectores, en este caso hondureños, pero especialmente la clase media ha decidido que ser ciudadano quiere decir exigir a su gobierno”, expresó Shannon.
La gira del consejero por la región durará del 6 al 11 de julio. Primero visitó El Salvador, luego se trasladó a Honduras y posteriormente viajará a Guatemala.
Alianza
Shannon explicó que las dos cámaras del Congreso (la de Representantes y el Senado) harán sus análisis del presupuesto de la Alianza para la Prosperidad para decidir en un plenario si lo aprueban.
El presupuesto aprobado después se discute en una conferencia y posteriormente de nuevo las dos cámaras lo tienen que ratificar.
Finalmente, el documento tiene que ser enviado a la Casa Blanca.
Los fondos de la Alianza para la Prosperidad se invertirán en mejorar el desarrollo económico, gobernabilidad, seguridad y fortalecimiento de instituciones.
El diplomático indicó que parte del objetivo de la gira consiste en diseñar la ejecución del presupuesto de esta asistencia.
La misión estadounidense está integrada también por el secretario adjunto de Estado, William Brownfield; el secretario adjunto del Departamento de Seguridad Nacional, Alan Bersin; el administrador auxiliar interino de La agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo, Beth Hogan, y el subprocurador general auxiliar del Departamento de Justicia, Kennet Blanco.
Al ser consultado si las manifestaciones de la sociedad civil podrían afectar en la aprobación de fondos de la Alianza para la Prosperidad, Shannon respondió que esos reclamos los ve “positivos”.
“Estamos en un momento muy efervescente democráticamente, en los tres países, pero especialmente en Honduras y Guatemala, donde estamos viendo una participación del pueblo en definir los fines del gobierno, una exigencia acerca de la capacidad de los gobiernos de enfrentar corrupción y es sano, es digno y muestra claramente que la sociedad hondureña y la sociedad guatemalteca tienen la capacidad de expresarse, de exigir democráticamente fines de sus gobiernos y que esta voz no va a caer y para nuestro Congreso, para nosotros, es sumamente positivo”, expresó.
Estados Unidos quiere apoyar a la región con la Alianza para la Prosperidad porque quiere ser “parte de la solución y no parte del problema”, dijo.
Los países del Triángulo Norte prevén aportar entre cinco y siete dólares por cada dólar que Estados Unidos aporte para financiar la iniciativa, indicó.
La subsecretaria de Estado para Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, manifestó que las instituciones en Honduras no son transparentes o resistentes al crimen organizado.
A juicio de Shannon, en Honduras “hay algunas instituciones que son súper transparentes y otras que no son tan transparentes”.No obstante, resaltó el compromiso del presidente Juan Orlando Hernández en adecentar las entidades públicas.
Shannon se reunió ayer con miembros de la sociedad civil, con el fiscal general Óscar Fernando Chinchilla y con el presidente Hernández.