San Pedro Sula, Honduras
De vivir en zonas marginales donde reclutan a sus miembros y colaboradores, los líderes de la MS-13 pasaron a residir con lujos en zonas residenciales desde donde operan con los mejores vehículos y hasta hacen vida social en los clubes de las ciudades más importantes de Honduras.
Utilizan el dinero cobrado a miles de pulperías, transportistas y empresas grandes que están bajo el yugo de la extorsión. En sus inicios, la MS comenzó como un grupo de antisociales dedicados al sicariato, robo de vehículos, asaltos a carros repartidores y negocios y, en baja escala, a las extorsiones de pulperías, cibercafés y tiendas pequeñas en colonias populosas.
Pero a medida que la extorsión iba convirtiéndose en un “negocio” rentable y con ganancias lucrativas comenzaron a cambiar su forma de vida y modos de operar. Desde el centro penal de San Pedro Sula, los miembros de la MS y de la pandilla 18 comenzaron a sembrar el terror llamando a los teléfonos fijos y celulares de cientos de hondureños que por temor pagaban lo que les pedían. Hace algunos años el dinero era dejado escondido en algún punto señalado por los delincuentes; al tiempo que las ganancias aumentaban, la forma del cobro de las extorsiones se volvió descarada, los miembros de maras y pandillas empezaron a llegar directamente a los negocios a cobrar el mal llamado “impuesto de guerra” y desde a los pequeños comerciantes hasta los empresarios no les ha quedado otra opción que pagar mensualmente cantidades que van desde los 100 hasta los 10 mil lempiras, dependiendo del tipo de empresa.
El dinero de los cobros de extorsiones ya no podían tenerlo en las casas de los líderes, por lo que comenzaron a invertir en propiedades, sobre todo en casas y terrenos ubicados dentro y fuera de las ciudades, como lo demuestra la Operación Avalancha, con la que se ha comprobado que los inmuebles ya no solo están a nombre de los líderes del grupo criminal MS-13, sino que también de las mujeres que tiene cada uno de ellos, así como de hijos y parientes que además de vivir en zonas privilegiadas se dan el lujo de andar en vehículos de las mejores marcas y del año. Los líderes y sus familiares viven cómodamente, en todas las casas que se han asegurado hay muebles y artículos de lujo y caros, dijo un agente que participa en la Operación Avalancha, que se ha extendido en varias colonias de San Pedro Sula, donde hay casas propiedad de los mareros que se dan el privilegio de rentarlas, pues la adquisición de los bienes inmuebles está aumento. Alexander Mendoza, alias “El Porkis”, es uno de los que tiene más casas y terrenos en colonias como Los Álamos, Buenos Aires, Luisiana, residencial Toledo, San Antonio y Las Mesetas.
Otro de los lavadores de la MS es David Elías Cambel Licona, quien tiene empresas, casas y terrenos, igual que varias de sus mujeres y parientes.
Otros investigados por tener propiedades producto del lavado de activos son Luis Alberto Tejada López y German Omar García Maradiaga, así como Jairo Anwar Orellana Recinos, uno de los principales lideres de la asociación criminal.
La MS ha invertido el dinero de las extorsiones y la venta de drogas también en la adquisición de empresas que están a nombre de los líderes, así como de familiares de ellos. Los bienes son constituidos con un grupo de abogados que están al servicio del grupo de mareros y hacen sus trámites legales en todas las dependencias del Estado, según dijo un investigador, pues hasta en el pago de impuestos están al día. Uno de los mayores rubros de la inversión de empresas de la MS está en las sociedades mercantiles dedicadas al transporte, venta y compra de carros.